Por: Marcelo Seghini
El FONDEF y otras ilusiones ópticas.
El ministro Taiana posee la admirable capacidad de creer que las palabras se convierten en realidad por arte de magia. Lamentablemente, cuando se trata de Defensa, mucho se promete y poco se concreta. Mirando el presupuesto y el FONDEF 2023 esta ilusión aparece con toda claridad.
El discurso oficial del Ministro y del Presidente sostiene que Argentina está llevando a cabo un proceso de recomposición de sus capacidades básicas para poder cumplir con la Defensa Nacional, pero la realidad es otra. El FONDEF es un ejemplo de las ilusiones ópticas con las que el Ministro nos quiere confundir.
Si diéramos el beneficio de la duda al Ministro y analizáramos los proyectos mencionados para el FONDEF 2023, hay un énfasis marcado en la Antártida. Se ha hecho mucho hincapié en la construcción de la Base Integrada de Ushuaia para la cual, sin embargo, tan solo se ha nivelado el terreno de construcción cuando la obra ya debería estar en plena ejecución. En cuanto a su enlace en la Antártida, el proyecto de recuperar la Base Petrel, solo se han limpiado los escombros del incendio que inutilizó la instalación en 1974. Se reproduce en ciertos medios de comunicación que se está construyendo en el Astillero Tandanor un nuevo Buque Logístico Polar para ampliar la capacidad operativa en el Continente Blanco. Sin embargo, el proyecto estrella del FONDEF tan solo consta de unas carpetas de papel con planos y buenas intenciones, pero de chapa naval, nada.
Base Petrel. Antartida Argentina.
Los proyectos de adquisiciones en el caso de la Armada se inclinan por proyectos que poco tienen que ver con la disuasión y ponen en peligro el funcionamiento futuro de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, en el corriente año se priorizaron proyectos como el carenado de buques de superficie en Tandanor y el recorrido en FADEA, de la electrónica del avión P3, aunque no de la obra prioritaria, su estructura completa. Simultáneamente, quedan desatendidos proyectos como los de modernización de los Destructores Meko 360 y las Corbetas Meko 140, que, de seguir postergándose, resultarán en su baja como unidades de la Flota de Mar; en definitiva, una mayor pérdida de las ya frágiles capacidades navales militares existentes.
Otro proyecto desatendido es el de la puesta en funcionamiento de los cinco aviones cazabombarderos navales Súper Etendard Modernisé (SEM) adquiridos por el gobierno anterior. Cabe destacar que esos aviones vinieron con un paquete de 10 turbinas nuevas, 30 cajas de repuestos, un simulador y un banco de pruebas, por lo que se podrían poner en funcionamiento hasta 8 de las 10 unidades (SUE) con las que la Argentina ya contaba en desuso. Esto significaría que el país podría volver a disponer de la capacidad para proyectar su poder aeronaval sobre el Atlántico Sur, aún antes de firmar contratos millonarios por los aviones caza previstos en un futuro para la Fuerza Aérea.
Radio de acción disuasoria de los SEM.
Evidentemente, el Presupuesto 2023 en su Jurisdicción 45 para Defensa es una gran ilusión óptica.
El Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF), fue creado por una ley de consenso en el año 2019, y preveía una asignación fija de los ingresos corrientes del Estado para recuperar, modernizar e incorporar capacidades militares. Según el ministro Taiana, para 2023 este presupuesto llegaría al 0,8% de los ingresos del Estado, equivalente a unos 160.000 millones de pesos.
Teniendo en cuenta esto, un hecho todavía más preocupante es que del análisis del texto del presupuesto 2023, tan solo aparecen asignados créditos para financiar proyectos por un total de 34.000 millones de pesos del FONDEF, cuando el ministro asegura que el monto total será de 160.000 millones y el mensaje del proyecto afirma que “se prevé la asignación en inversiones destinadas al Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF) priorizando la recuperación, modernización y la incorporación de material en las distintas Fuerzas y empresas públicas que conforman el Ministerio de Defensa..” Resulta elemental en el marco de las normas de transparencia que la erogación de fondos públicos esté explicada en su origen, más allá de que el fin pueda ser secreto. Entonces, cabe preguntar al ministerio, porque no se detalla la totalidad de los fondos, o en su caso donde se encuentran asignados.
Si comparamos el gasto total en Defensa entre 2012 y 2023, este se redujo un 35,62% en términos reales, tomando la inflación proyectada por el REM de septiembre de 2022, con una inflación del 90,5% para el año próximo. La comparación entre 2022 y 2023 arroja una reducción en términos reales del 9,25%. Es decir, un presupuesto de ajuste.
Como ya venimos señalando en otros artículos, el mayor ajuste se realiza en gastos de funcionamiento. Estos se van a reducir en el 2023 en términos reales por lo menos un 43,5%. El gasto que se destinaba a funcionamiento en el año 2012 representaba el 19,03% del gasto total en Defensa. Según el presupuesto presentado para 2023 este número se reducirá al 6,2% del total.
Tabla Presupuesto 2023. Funcionamiento FFAA. Jurisdicción 45.
Este ajuste en el presupuesto de funcionamiento va a contramano de lo que piden las Fuerzas como gastos mínimos para poder operar. Para el año 2022 la Armada Argentina había pedido para funcionar 9.200 millones de pesos, pero recibió unos 5.000 millones de pesos. Para el 2023 la Armada pidió 16.000 millones de pesos, pero según el presupuesto presentado se le asignarán tan solo 6.700 millones de pesos. Con estos números existe un riesgo real de que las Fuerzas Armadas dejen de funcionar por falta de dinero a mediados del próximo año. Como consecuencia de estos números, la Armada ha instituido este año dos turnos de servicio, uno de mañana y otro de tarde para no tener que servir almuerzo a nuestros marinos, además de reducir el Servicio de Guardia a su mínima expresión.
Entre 2012 y el presupuesto 2023 el gasto que se destina a alimentación en el Ejército se ha reducido en términos reales un 83,48%. Si comparamos el presupuesto 2022 con el previsto para el año que viene vemos que los gastos alimenticios se reducen un 28,96% en el caso del Ejército. En el caso de la Armada esta reducción es del 54,47%.
La política reduce la comida a quienes dedican su vida a la Nación.
Radiograma filtrado a la Prensa.
Podríamos enumerar muchos más ejemplos, pero todos ilustran la misma realidad.
Asistimos a una política no escrita de desarme unilateral y de ajuste que se viene ejecutando con todo éxito.
Fuente Sedyseg