El Gobierno demócrata estudia la posibilidad de levantar el bloqueo de las exportaciones venezolanas hacia Estados Unidos, con el fin de reducir el precio del combustible en el mercado doméstico.
En cara a las próximas elecciones legislativas, el presidente Joe Biden considera el levantamiento de las restricciones a la importación de petróleo venezonalo, como una medida improvisada ante los pésimos resultados de su política energética y el shock internacional provocado por Rusia.
Las sanciones contra Venezuela fueron incrementando con el tiempo, y el bloqueo de sus exportaciones hacia Estados Unidos fue impuesto por el expresidente Donald Trump en noviembre de 2018, en respuesta a la violación sistmeática de derechos humanos por parte de la dictadura chavista.
El presidente Biden podría abandonar la retórica hacia los derechos humanos en Venezuela y priorizar sus intereses políticos para las elecciones de medio término. El principal incentivo a hacerlo es la rebaja sustancial sobre los precios de los combustibles, aunque la medida es sumamente impopular entre el voto latino.
El precio del crudo a nivel internacional acumula un aumento de hasta el 42% desde el primer trimestre del año. Asimismo, los precios de la nafta en Estados Unidos acumularon un aumento del 67,6% desde que Biden asumió la presidencia en enero de 2021.
Tras haberse registrado un pico de hasta 5 dólares por galón de gas natural en la segunda semana de junio, los precios tuvieron una rebaja sustancial conforme el presidente Biden firmaba la quema de reservas estratégicas más importante de la historia.
Pero a partir de la tercera semana del mes de septiembre, la decisión de la OPEC para restringir la oferta global de petróleo y gas volvió a poner contra las cuerdas a la administración demócrata, y los precios volvieron a recuperar la tendencia alcista.
La importación de petróleo venezonalo, que alguna vez constituyó el país con la producción más importante de América Latina, conforma una posible alternativa para reemplazar el suministro que ya no pueden o no quieren cubrir otros países.
Además, pese a que el régimen socialista posee prácticamente inutilizada la capacidad instalada del país y mantiene nacionalizado el sector petrolero, Venezuela posee la reserva petrolera más grande del planeta con una capacidad para extraer hasta 303.500 millones de barriles.
La economía venezolana se encuentra completamente desorganizada y destruída por el socialismo, tras 9 años de depresión e hiperinflación. Sin embargo, el sector petrolero continúa siendo el más dinámico del país y uno de los pocos que aún conservan capacidad exportable.
Fuente Derecha a Diario