Por Marcelo Duclos
Cristina Fernández de Kirchner reapareció para recordar el supuesto ataque en su contra y armó un show para que le pidan que sea candidata el año próximo
“No vinimos a pedirte que seas candidata”, dijo el sindicalista Abel Furlán en su rol de maestro de ceremonia, como para cuidar la fórmula. Lo cierto es que, en realidad, le armaron un acto para que la vicepresidente diga lo que se le ocurra y para que la asistencia tenga la oportunidad de cantar “Cristina presidenta”. Después ella verá qué hace. Porque, al fin y al cabo, define ella. Cuándo juega, cuándo no juega o cuándo utiliza un títere para entrar por la puerta de atrás y adueñarse igualmente de los hilos del Poder Ejecutivo.
La Unión Obrera Metalúrgica, histórico gremio peronista, le armó el circo para que CFK haga su retorno triunfal luego del confuso episodio que sufrió en la puerta de su casa. Lógicamente, la vicepresidente aprovechó el escenario para que nadie olvide lo que para ella fue un fallido intento de magnicidio. En este sentido, señaló que no vio el arma que pretendió “volarle la cabeza”, al momento del episodio. Con respecto a la causa judicial del hecho, Kirchner dijo que no espera nada, ya que el Poder Judicial la quiere como “acusada” y no como “víctima”.
Una vez más, CFK es la que termina banalizando el suceso, al mezclarlo con lo que a ella realmente le importa: las causas de corrupción y malversación de fondos que pesan en su contra. Perfectamente, la vicepresidente puede tener un expediente donde sea la víctima de un ataque en su contra, pero nada tiene que ver con la existencia de otro, donde se la acuse de liderar una asociación delictiva. Son dos cuestiones absolutamente diferentes y compatibles. Pero ella utiliza una cuestión para anular políticamente y retóricamente la otra. Lo único que hace con este mamarracho es darle un argumento a los que consideran que todo se trató de un montaje.
“Esta es mi primera salida. Hoy se cumplen dos meses y tres días de eso que todos vieron por televisión. Yo también lo vi por televisión, el arma que pretendía volarme la cabeza. Dicen los psiquiatras que es mucho mejor porque eso te acompaña. Yo por suerte no lo vi. En estos meses y tres días no me podía sacar de la cabeza; qué hubiera pasado si hubiera gatillado. Esa imagen para mis hijos y mis nietos”, dijo la jefa del Frente de Todos.
Por ahora, su rol para 2023 es un misterio. Su hijo, el diputado Máximo Kirchner dijo que no la veía como candidata. Sin embargo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, ya se sumó al operativo clamor que hoy se oficializó con el acto de la UOM. Cristina Fernández puede tener un acto armado con los sindicalistas afines que le canten «Cristina presidenta», pero lo que por ahora no tiene, es la mínima posibilidad de ser electa, según lo que manifiestan todas las encuestas.