Ucrania debe recibir armas y apoyo: esta es la mejor alternativa para luchar contra el agresor.
Las declaraciones de Putin y sus secuaces sobre la posibilidad de sentarse a la mesa de negociaciones, no es más que una maniobra de distracción para ganar tiempo y cambiar la suerte en el frente a su favor. Por otro lado, el dictador del Kremlin no demuestra disposición alguna a negociar. Si la Federación Rusa realmente quisiera iniciar el diálogo y detener el conflicto, no continuaría asesinando ucranianos, no seguiría destruyendo el sistema energético del país para que su población se muera de frío con la llegada del invierno, no bombardearía áreas residenciales, no anunciaría la movilización de 300.000 militares adicionales y no seguiría chantajeando al mundo, incluso con la amenaza de una guerra nuclear.
Es por ello que, Rusia está haciendo todo lo posible para frenar la asistencia militar de Occidente a Ucrania, en especial de los países de la OTAN, porque es plenamente consciente que va a perder esta guerra y que no tiene capacidad para contrarrestar el heroísmo y la determinación de los soldados ucranianos, respaldados por la asistencia militar occidental. El único escenario realista para una posible negociación con Rusia debería consistir en el cese inmediato de la agresión armada contra Ucrania por parte de Putin y la retirada del ejército ruso fuera de las fronteras de 1991.
Es importante remarcar que Ucrania y Rusia han estado manteniendo conversaciones de paz desde el cuarto día de la invasión. El objetivo de estas conversaciones fueron el alto el fuego, la retirada de las tropas rusas de los territorios ocupados después del 24 de febrero y la firma de un acuerdo sobre garantías de seguridad para Ucrania.
La parte ucraniana puso en práctica todos los procedimientos necesarios que exige una negociación de este tipo: designó y conformó un grupo de negociación – existe un decreto presidencial al respecto -, y se sentó a la mesa de negociación. Pero las condiciones exigidas por la Federación Rusa pretendían que Ucrania quedara prácticamente en sus manos, exigiendo la desmilitarización y diversas restricciones, cómo, la prohibición de unirse a la OTAN y el despliegue de armas. Al mismo tiempo, Putin pretendía introducir reglas tales que realmente pudiera administrar Ucrania. y desplegar sus tropas en su territorio. Se trataba de un verdadero estatus colonial. Pero ahora, después de cambiar las circunstancias en el campo de batalla, y estar Ucrania ganando en el frente, cualquier decisión dependerá del pueblo ucraniano y sus fuerzas armadas.
Ucrania nunca se ha negado a negociar, y su disposición al diálogo es conocida por todos, principalmente por los rusos. Pero Ucrania ya cuenta con experiencia anteriores en negociaciones con Rusia, donde se cometieron errores causados por la falta de garantías suficientes que terminaron conduciendo al conflicto actual. Es por eso que, en este momento, cualquier negociación con Rusia debe sustentarse en otros principios, teniendo en cuenta el hecho de que este país terrorista representa una amenaza mundial. En esta etapa, está claro que la parte rusa no quiere realizar negociaciones serias, sino que solo pretende exigir la capitulación de Ucrania. Además, ¿de qué tipo de negociaciones podemos hablar, al referirnos a Putin, un terrorista y asesino? Esto suena a puro cinismo, cómo mínimo.
El pueblo ucraniano no solo desea poner fin al conflicto armado, sino también obtener las garantías necesarias que Rusia no volverá a iniciar otra guerra en el futuro. Además, si la guerra se detuviera en este momento, Rusia conseguiría quedarse ilegalmente aún con más territorio ucraniano, y esto es inaceptable. Cualquier presión y coerción a las negociaciones por parte de otros países debe considerarse una injerencia en los asuntos internos de Ucrania. Si Ucrania se sentara a la mesa de negociaciones con la Federación Rusa y detendría la guerra en esta etapa, la amenaza que pesa sobre Ucrania y otros países – sobre todo europeos- no desaparecía, sino que se incrementaría. Esto, sin tener en cuenta, que Putin no ofrece credibilidad alguna.
Putin está buscando apoyo porque, evidentemente, la presión internacional que pesa sobre él, sumado al heroísmo de los soldados ucranianos, es una pesada carga. Ucrania, por el contrario, cuenta con el apoyo de sus socios – en lo político, económico y militar -, y es precisamente este apoyo incondicional lo que permite y permitirá al pueblo ucraniano ganar esta guerra sangrienta, esta verdadera batalla contra la encarnación del mal.
En estos momentos no hay otra opción. Las únicas negociaciones posibles están en el campo de batalla.