En su visita por Rosario, Alfredo Cornejo dejó una serie de definiciones sobre la interna de Juntos por el Cambio y también habló sobre su gestión como gobernador de Mendoza.
Entrevistado por diario El Litoral, el hoy legislador nacional se refirió de la necesaria unidad como condición necesaria para que el país “construya en Juntos por el Cambio una esperanza” y “un programa de gobierno”, antes de que se instale una discusión por los nombres “que no nos debe confundir”.
Cornejo confía en que las Paso la van a resolver, pero piensa que antes de marzo, para cuando esa carrera de precandidatos sea más fuerte, deben ensayarse respuestas a preguntas de fondo. ¿Cuál debe ser la intervención del Estado sobre los mercados? ¿Cómo equilibrar el país? ¿Qué decisiones, aunque no sean aplaudidas deberían tomarse? ¿Hasta dónde puede llegarse con medidas pragmáticas?
“Los dirigentes -agregó- recorremos las provincias y vemos los equipos técnicos que tienen una solvencia técnica impresionante. Todo lo que nos falta es resolver los matices políticos, ¿cómo haremos los cambios sobre los que coincidimos: repentina o gradualmente?”.
Desde el interbloque
El ex gobernador de Mendoza admite que hay diferencias internas en la coalición que busca recuperar la Casa Rosada pero subraya que en el oficialismo esas contradicciones son mucho más profundas. Recuerda que hay peronistas que “se oponen al derecho a la propiedad privada y otros que lo reivindican”, por ejemplo.
Expresa que “se cometieron errores” y por eso votó dividido JxC a la ley de promoción industrial para Tierra del Fuego. La Coalición Cívica al hacerse públicas sus diferencias con el radicalismo y desde su partido por no haberlo planteado con el anterioridad, puertas adentro. Y lo dice Cornejo que preside el interbloque del Senado, justamente es en ámbitos como ese donde esas posiciones deberían haber sido saldadas.
El senador nacional acepta una larga discusión sobre los matices y las diferencias ideológicas internas en ese espacio político y se define como un radical que es liberal. No le gusta que lo crean un conservador. Y ciertamente, su proyecto de ley de Eutanasia le da la razón. “Hay gente que me tiene en sus oraciones“, bromea cuando se le pregunta si no ha recibido presiones por buscar que el ejercicio de la libertad llegue al punto de consagrar el derecho a una muerte digna.
Voluntad política
Busca las palabras para no ofender a nadie, pero dice lo suyo: “El radicalismo debiera tener un candidato a presidente” aunque “lamentablemente no se está haciendo la necesaria construcción affectio societatis”, latinajo que describe que para que haya una sociedad debe haber voluntad, en este caso política.
“Si se hubiese empoderado a un candidato en 2022 hoy los radicales estaríamos competitivos, entre Horacio y Patricia”, como para terciar. “No ha ocurrido aún, probablemente suceda en 2023. Esperemos que se haga, todavía hay tiempo”, confirma. Una vez más, insiste: lo más importante “es seguir juntos”, lo contrario “es hacerle el juego al Kirchnerismo“.
“A veces los dirigentes que somos como figurones no lo notamos, pero en las segundas líneas entre los dirigentes radicales con responsabilidades en sus localidades el compromiso es muy grande con JxC. Nadie se imagina a la UCR fuera de ese espacio, incluso en Santa Fe donde hay ya una alternativa en marcha”, elogió.
Tonadas
El dos veces intendente de la Ciudad de Godoy Cruz no ha perdido el hablar pausado y elegante de los cuyanos. Sólo sube la voz y acelera cuando lo puede el entusiasmo de la pasión partidaria, al describir el mapa político de 2021, que proyecta para 2023.
Dice que por entonces JxC “hizo las cosas bien”. Y pide esperar a marzo para que los nombres de los candidatos se echen a rodar y se armen binomios. Que hasta entonces “no conviene”.
“En lugar de proyectar especulaciones sobre 2023, veamos qué pasó en 2021, cuando se trabajó muy bien. En medio de la pandemia pudimos ir juntos los tres partidos en Juntos por el Cambio (o los cuatro partidos con el peronismo republicano). Y en 17 fuimos a las Paso y en 16 de esas provincias fuimos mezclados radicales con pro y pro con radicales; en las segundas líneas ya estamos mezclados y es bueno que eso se repita. Con lo cual las diferencias ideológicas se acortan, porque no son tan profundas. En el Frente de Todos hay diferencias hasta respecto del derecho a la propiedad”.
“Es difícil decir que no”
Su recorrido partidario provincial y nacional, así como los altos cargos con que lo han honrado los mendocinos hacen de Alfredo Cornejo un hombre de Estado. El Litoral lo convidó a reflexionar sobre las decisiones más difíciles que le tocó afrontar en el gobierno provincial, en sus dos períodos como intendente de Godoy Cruz, como presidente de la UCR en Mendoza y en el país, o ahora como jefe del interbloque de JxC del Senado en el Congreso.
“Hay varias, pero resumiría en que las decisiones difíciles son básicamente decir que no. En la dirigencia política en general, supongo que en gran parte del mundo, pero en la Argentina parece que no saben decir que no. Y es un poco como sucede con los padres con los hijos. Y a veces hay que saber decir ‘no’.
“En Mendoza (como en Santa Fe) el gobernador tiene la facultad de indultar, está en una Constitución que ya tiene ciento y pico de años… Es una facultad que considero antigua. Tomé la decisión de no conmutar ninguna pena. Siempre he vivido en una casa común, fuera de los barrios cerrados, y los familiares de los penados hacían cola para verme… Después he tomado decisiones de cambios que muchos amigos y colegas me desaconsejaban, pero las tomé igual. Por ejemplo las oficinas de conciliación para evitar juicios laborales. Hoy los propios abogados laboralistas reconocen que es un buen sistema y algunos que temían por sus ingresos porque no iban a tener tantos juicios vieron que tienen trabajo en las conciliaciones con incluso mejores ingresos que con sus estudios particulares”.
Otro caso fue imponer a los docentes “el ítem aula, que aumenta a los docentes un 20% sus salarios”, como el presentismo de Santa Fe (que fuera eliminado por Jorge Obeid). “Mis hermanas docentes me reclamaban que no lo pusiera, pero como con otras cosas que son antipáticas en un comienzo luego fueron aceptadas e incluso valoradas. Mendoza fue la primera en regular servicios como Uber y Cabify y los taxistas se enojaron pero les tuve que decir que no. Y hoy entienden que la regulación es mejor”.
“En lo que aflojé y no supe decir que no fue con los colegas. Yo quería que antes de otorgarse la matrícula los abogados debiéramos rendir un examen nivelador ante la Corte, y finalmente los colegas me torcieron el brazo y no se hizo. Me faltó valor. En Mendoza había sólo una facultad privada cuando yo estudiaba y ahora hay 9 lugares donde recibirse de abogado”, explica.
Fuente Mendoza Today