Por Mariano Roa
Los intendentes de la provincia de Buenos Aires ya habían recibido más de $34 mil millones. Pero ahora reclaman más para bonos a municipales y obras.
Sergio Massa suma más frentes abiertos en Economía que Cristina Kirchner en la Justicia. Cómo si ya no tuviera suficiente con el ajuste y la inflación, la semana pasada se le agregó un pedido de mayores fondos públicos para los intendentes del Conurbano.
Los poderosos jefes peronistas del Gran Buenos Aires no se andan con chiquitas: quieren $100.000 millones, una parte para repartir en diciembre entre sus empleados municipales y otra para afrontar obras “que los vecinos noten rápidamente” antes de la primaria de agosto, si efectivamente se realizan. En la Casa Rosada dan por hecho que saldrá y que Economía lo instrumentará en breve.
Entre enero y septiembre de este año, el Gobierno Nacional también envió fondos discrecionales a todos los municipios del país. Fueron unos $ 60.000 millones. De ese total, el 57 % ($ 34.317 millones) lo giraron a las 135 comunas de la Provincia. El grueso de ese dinero se destinó a los partidos del Gran Buenos Aires.
Este sistema de repartir recursos de manera directa fue un invento de Néstor Kirchner para tener un control y contacto sin intermediarios con los jefes comunales sin tener que pasar por los Gobernadores.
Esta montaña de recursos se agrega a otra montaña de dinero que el Estado Nacional ya gira para financiar la campaña kirchnerista en la Provincia de Buenos Aires. Como ayer publicó Clarín, entre enero y septiembre de este año, la Casa Rosada le envió a Axel Kicillof fondos por $203.000 millones.Los jefes peronistas del GBA esperan volver a reunirse con Axel Kicillof y Máximo Kirchner para coordinar la llegada de más fondos al Conurbano.
Es decir, la chequera que recibe el Gobernador bonarense para gastar es la misma, aunque las firmas que autorizan esas transferencias difieren según quién sea el ministro de Economía: primero las rubricó Martín Guzman, luego (y por unos pocos días) Silvina Batakis y ahora Sergio Massa. Hay cosas que no se discuten y en la Provincia no hay achique.
Volviendo al reclamo de los intendentes, la película es mas o menos así: los jefes comunales son críticos de la gestión de Kicillof. Lo extraño es que varios de ellos cumplen funciones que deberían ser cruciales en el Gabinete provincial. Martín Insaurralde es el jefe de todos los ministros de Kicillof y Leonardo Nardini (de Malvinas Argentinas) es el que maneja la cartera que se encarga de hacer las obras públicas.Alberto Fernandez, Juan Manzur y Sergio Massa, en la reunión con los intendentes. Fernando Espinoza de espaldas, fue uno de los que pidió más plata. Otros jefes comunales criticaron la gestión de Kicillof.
Lo que reclaman los alcaldes se divide en tres propuestas que seis representantes de la Tercera y Primera Sección (casi ocho millones de electores) le presentaron a Alberto Fernández y Sergio Massa en una reunión que tuvieron el lunes pasado. Todo el futuro electoral que plantea Cristina Kirchner radica en ese sector del Gran Buenos Aires. Quizás empatar o perder por poco en la Primera y sacar una ventaja considerable en la Tercera que le haga compensar el rechazo del interior de la Provincia.
Por un lado, piden $8.000 millones para los municipios de AMBA (incluidos los de Cambiemos). Dinero que será repartido en diciembre, como un bono para los salarios municipales.
“Los muchachos putean porque aparentemente esa plata ya estaba pactada con Axel para que se gire antes de fin de año pero ahora el Gobernador se niega a entregar”, señalan en Economía Nacional.
La respuesta que desde el entorno de Kicillof le dieron a Clarín es conceptual: “Muchas de esas comunas son más ricas que la Provincia. Nosotros somos muy ordenados para administrar los recursos y si alguien viene para afrontar gastos como salarios y no tiene fondos, se los vamos a dar. Pero la mayoría de esos jefes municipales tiene hasta un presupuesto anual en plazos fijos. Que se dejen de joder y rompan el chanchito“. retrucan.
Por su parte, los jefes del Conurbano critican la “subejecución” de partidas de Kicillof. “No para de guardarse la plata, no sabemos ni entendemos para qué. Este año va a terminar con más de $ 80.000 millones de sobra“, estiman ante Clarín dos intendentes de municipios con más vecinos que varias provincias de Argentina.
Es cierto que la bicicleta financiera les sirve, en el corto plazo, a los intendentes para hacer política: gracias a las altas tasas, del 75 % anual, varias comunas recaudan mensualmente más plata por los intereses de los plazos fijos que tienen en el Banco Provincia (Kicillof tiene la manía de conocer cuánta plata reciben por este grifo los jefes municipales) que por la recaudación de tasas locales, como el ABL o Seguridad e Higiene.
El segundo punto que plantean es la llegada de fondos frescos para la campaña del año que viene. Los intendentes quieren tener más plata para dar respuestas en Seguridad y Obras de alumbrado publico. “Entre estos dos puntos nos piden unos $30.000 palos”, indican cerca de Sergio Massa.
“Cuando los bolsillos de la gente parecen rotos, todos los otros problemas se potencian. Y la inseguridad está, creo, más caliente que nunca. En estos casi tres años nos dimos cuenta que el problema no es Sergio Berni, sino Kicillof, que no lo cambia porque cree que le cuida la imagen atajando los penales”, reflexiona uno de los alcaldes que acaba de volver de una licencia.
El plato principal viene de la mano de una gambeta impositiva. Los intendentes quieren dejar de pagar el 10,5% de IVA por cada obra pública. “Y es cierto que no la recuperan, más allá que están amparados por una ley que rige para todos los municipios”, reconocen en Economía. De cuánta plata hablan: “69.000 palos al año”.
Fuente Clarin