La decisión del Banco Central Europeo (BCE) era una de las citas destacadas de esta semana. La entidad presidida por Christine Lagarde ha cumplido el guion previsto y ha incrementado los tipos de interés en 50 puntos básicos, hasta el 2,5%, para contener una inflación que parece haber tocado techo. No obstante, sus augurios sobre la economía no son muy optimistas, ya que vaticina que la economía de la eurozona pueda entrar en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de caídas del PIB).
En su comunicado, el BCE esgrime que “la economía de la zona del euro puede contraerse en el trimestre actual y el próximo, debido a la crisis energética, la elevada incertidumbre, el debilitamiento de la actividad económica mundial y las condiciones de financiación más estrictas”. No obstante, y según las últimas proyecciones de los expertos del Eurosistema, sería “relativamente breve y poco profunda”.
La entidad sostiene que “se espera que el crecimiento sea moderado el próximo año y se ha revisado significativamente a la baja en comparación con las proyecciones anteriores. Más allá del corto plazo, se proyecta que el crecimiento se recupere a medida que se desvanezcan los vientos en contra actuales”.
Así, las proyecciones de los expertos del Eurosistema son de que la economía de la eurozona crezca un 3,4% en 2022, tres décimas más que la estimación anterior; un 0,5% en 2023, cuatro décimas menos; un 1,9% en 2024, cuatro décimas menos, y un 1,8% en 2025. Todo ello, debido a que esperan que la inflación promedio alcance el 8,4% este año, antes de disminuir al 6,3% en 2023. Cifras que caerían notablemente los próximos ejercicios: hasta el 3,4% en 2023 y 2,3% en 2025.
El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido subir los tipos de interés en 50 puntos básicos ante la incertidumbre “excepcional” y espera subirlos mucho más debido, principalmente, a que la inflación sigue siendo demasiado alta y se prevé que se mantenga por encima del objetivo durante demasiado tiempo, pese a que se ha rebajado desde el 10,6% al 10% en noviembre. “La disminución se debió principalmente a los menores precios de la energía. La inflación de los precios de los alimentos y las presiones subyacentes sobre los precios en toda la economía se han fortalecido y persistirán durante algún tiempo“.
El objetivo del BCE es que la inflación vuelva a situarse en el objetivo del 2% a medio plazo y esperan lograrlo, ya que, “con el paso del tiempo, mantener los tipos de interés en niveles restrictivos reducirá la inflación, moderando la demanda y también servirá de protección frente al riesgo de un desplazamiento persistente al alza de las expectativas de inflación”. Un cóctel que provocará un deterioro en la marcha de la economía de la eurozona, el principal temor de unos mercados que han recibido de manera negativa la decisión, puesto que el Ibex 35 ha caído un 1,7%.
La decisión del Banco Central Europeo (BCE) era una de las citas destacadas de esta semana. La entidad presidida por Christine Lagarde ha cumplido el guion previsto y ha incrementado los tipos de interés en 50 puntos básicos, hasta el 2,5%, para contener una inflación que parece haber tocado techo. No obstante, sus augurios sobre la economía no son muy optimistas, ya que vaticina que la economía de la eurozona pueda entrar en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de caídas del PIB).
Fuente El Confidencial