Por Guillermo Villarreal
Nueve amigos del adolescente de 18 años recordaron, durante la segunda jornada del juicio, cómo fueron golpeados por los rugbiers.
Se ven en plena acción y sus víctimas describen cuáles fueron sus roles: lo identifican al que gritó “es ahora, es ahora” como dando la orden para el ataque; al que le pegó la trompada por la espalda y lo puso de rodillas, y a quien “le daba patadas en la cabeza a Fer, puntinazos”. Ante el Tribunal que los juzga, los rugbiers ven los videos en que ejecutan a golpes a Fernando Báez Sosa, y sus amigos les ponen nombre y apellido a cada atacante.
Es sus palabras primero, y luego contando lo que les mostraron en videos, los amigos de Fernando Báez Sosa (18) que fueron con él al boliche Le Brique de VIlla Gesell aquella madrugada de enero de 2020 contaron qué vieron, desde dónde, qué estaban haciendo cuando fueron sorprendidos por la patota y qué hicieron luego, con su amigo tendido en el suelo. Fue la segunda jornada del juicio del asesinato que conmocionó al país.
Y así como ellos, los protagonistas de la agresión mortal y los testigos pudieron verse en la escena del crimen, Graciela Sosa y Silvino Báez también los vieron. Resolvieron permanecer en la sala del Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores pese a la dureza de los relatos
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Los amigos de la víctima declararon como testigos. Foto: Andres D’Elia.
Una y otra vez, por cada testimonio, cuadro a cuadro, vieron los videos que las partes exhiben en la pantalla de la sala: cuando son retirados del boliche los rugbiers, cuando Fernando está con sus amigos instantes antes de ser golpeado, cuando recibe el primer golpe, el que lo derriba, y cuando lo patean en el suelo.
“¡Tienen un coraje! Pero quieren estar“, dice a este diario uno de los integrantes del equipo de Fernando Burlando, que representa a los papás. Mientras ve los videos, Graciela, la mamá, mira fijo a los rugbiers, luego vuelve a las imágenes, y cierra los ojos. Antes de oír el último testimonio, salió de la sala, cansada y con la presión un poco alta. “Pero estoy bien, vamos a venir todo lo que podamos”, afirmó a Clarín.
Oyeron además, lo que hizo más dolorosas esas imágenes, los audios originales de los videos, el aliento que se daban entre ellos los rugbiers y que los amigos de Fernando coincidieron en explicar: “Arengas para alentarse a cumplir un objetivo, para estar más motivados“, dijo Lucas Begide (22): daban miedo.
Los amigos de la víctima declararon como testigos. Foto: Andres D’Elia.
Iba a comenzar la jornada de declaraciones testimoniales la novia de Fernando, Julieta Rossi (21), y no lo hizo por “no estar emocionalmente en condiciones” para afrontar el juicio. Lo explicó su papá, Oscar Rossi (53), y luego contó que la noche del crimen estaba en Pinamar con su esposa, cuando lo llamó su hija: “Papá, ¿donde estás? Por favor, venite a Gesell, porque Fernando está en el hospital y yo en la comisaría”.
“Llamé a mi esposa, salimos de Pinamar a Gesell. En el transcurso la llaman a mi esposa. Era la mamá de Fernando, Graciela, contándole el deceso de Fernando. Mi mujer se pone muy nerviosa, le agarra un ataque emocional y la llevo al hospital de Gesell”, dijo.
“Juro -contó con la voz quebrada- que no le deseo a nadie como padre (que vea) lo que yo vi; ver a Fernando acostado, esperando que lo ingresen a un cajón. Estaba como un animal en el medio del campo”
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Los amigos de la víctima declararon como testigos. Foto: Andres D’Elia.
Luego, Lucas Filardi (21) relató como les pedían a los rugbiers un inútil “paren, paren por favor” cuando les comenzaron a pegar. “En el momento impactó y después yo, por mi parte, entro y pido ‘basta por favor, paren‘. Ahí es cuando uno de ellos me pega una piña, no llego a taparla, me queda como raspado la cara”.
“Me pega y caigo arriba de un auto, arriba del capó, vuelvo a pedir que basta. Fue un impacto, porque ninguno se lo esperaba”, cerró. Reconoció ante los magistrados que quien lo golpeó fue Lucas Pertossi.
Fue la más extensa de las declaraciones la de Filardi, que debió repasar los videos y las partes indagaban cada detalle, por ejemplo qué vieron antes, dentro del boliche, durante la agresión, y cuando Fernando comenzó a ser asistido, hasta determinar que no tenía pulso.
Juan Bautista Besuzzo (21), otro de los amigos de Fernando, relató la secuencia del ataque y señaló a Máximo Thomsen como la persona que pateó a Báez Sosa cuando estaba en el suelo y a Enzo Comelli dándole el primer golpe
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Silvino Báez y Graciela Sosa, al final de la jornada.Foto: Andres D’Elia.
“Me acuerdo de un masculino de remera blanca y pantalón marrón que a Fer lo sienta, lo deja arrodillado. Mi recuerdo que otro masculino que tenía bermuda de jean y una camisa o remera medio verdosa, con Fer de rodillas, prácticamente inconsciente y él dándole patadas en la cabeza, y Fer sin responder, sin poder hacer nada, con los ojos cerrados, con la cabeza mirando hacia arriba”, narró.
Besuzzo contó que luego del ataque a Fernando lo habían tapado con una manta. “No medía la gravedad de lo que estaba pasando. Yo a Fer lo acariciaba y le decía ‘amigo, vas a estar bien, tranquilo‘. Fer no respondía. En mi cabeza añoraba la posibilidad de que estuviese escuchándome. El último recuerdo que tengo suyo es arrodillado con un masculino pegándole en la cara”, relató.
El joven cerró su testimonio afirmando que el cruce con los rugbiers “no fue una pelea, fue una especie de emboscada“.
Santiago Corbo (22) relató que vio a “un chico de ojos medio achinados y pelo lacio, que gritaba ‘es ahora, es ahora‘”, momentos antes de la estampida que se llevó la vida de su amigo. El agresor al que se refería, dijo, era Ayrton Viollaz
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Los acusados del crimen. Foto: Andres D’Elia.
Declaró también Julian García (21), a quien lo golpearon dentro del boliche, uno que estaba “alterado” y que Fernando habría intentado defenderlo, que por eso lo sacaron de Le Brique.
“Tomamos la decisión de salir. Habremos estado hablando con Fer y otros amigos unos pocos minutos. Ahí vemos que vienen cinco, seis personas a pegarnos. ‘Ahora que estamos afuera‘, decía uno y me dan un golpe cerca del oído. Cruzo la calle, quedo como desconcertado. Les pido a los patovicas si pueden cruzar, pero no hacen nada, y cuando a vuelvo a mirar ya Fer estaba en el piso, no respondía”.
Primero la fiscalía, luego los querellantes, y por último preguntó la defensa, encabezada por Hugo Tomei. El abogado defensor procuró encontrar contradicciones entre las declaraciones originales de los jóvenes en Villa Gesell, hace tres años, y las que dieron ahora. Pero, al parecer, no dio con alguna significativa, más allá de que las hizo notar al Tribunal.
Tomás D’Alessandro Gallo (21), otro amigo, dijo que Luciano Pertossi lo golpeó dentro del boliche, y que cuando le preguntó porque lo había hecho, le dijo “no es con vos“.
El reclamo por Fernando. Foto Andrés D’Elia
Enseguida, estando con Fernando ya afuera, “veo que le van a pegar una trompada de atrás. Le pegan, lo tiran al piso y se le van al humo. Trato de separar, pero antes de hacer algo me tiran también al piso, me empiezan a pegar patadas. Me agarro de la pierna de uno que me estaba agrediendo. Cuando me puedo reincorporar, veo a uno de pelo marrón claro y rubio, con remera oscura. Después reconocí que era Lucas Pertossi“.
Para Federico Tavarozzi (22), hubo un plan con distribución de roles, les pegaron a quienes estaban cerca de Fernando, “luego con los otros afuera, fueron contra él”.
Con las declaraciones, quedó claro que el grupo de amigos de Fernando Báez no esperaba el ataque, ya habían dado por concluido lo que había pasado en el boliche. “Ya estábamos en otra cosa, esperando que salgan los que faltaban para irnos”.
Tan en otra cosa estaban que Ignacio Vaudagna (21) recordó el momento como gracioso. “Lo veo a Fernando, riéndose con un helado palito en la mano, sabor uva, y me causó risa, era cómico, amagué con sacarle una foto”. Un instante después, la patota transformó la escena en horror
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El equipo de abogados de la familia de Fernando Báez Sosa. Foto: Andres D’Elia
Dolores / Enviado Especial
EMJ
Fuente Clarin