Como viene cubriendo La Derecha Diario hace varias semanas, Perú atraviesa lo que otros medios llaman un “estallido social” pero que no es otra cosa que una revolución comunista financiada por entidades extranjeras.
Los llamados “ronderos“, pueblos indígenas y grupos de izquierda están levantándose en protesta en todo el país, con foco en la región del Puno y en Lima, donde recientemente se intentó efectuar un golpe de Estado quemando los principales edificios del Estado, afortunadamente sin éxito.
La justificación de estos manifestantes es que Pedro Castillo, el ex presidente que intentó dar un golpe de Estado cerrando el Congreso y la Corte Suprema pero fue detenido por la Policía Nacional tras ser destituido por el Parlamento en flagrancia, está injustamente arrestado y debe ser liberado.
Además, piden un llamado a elecciones y una reforma constitucional, un calco a la agenda de los grupos del Apruebo en Chile que tras meses de protestas lograron sacar a Piñera, colocar un presidente comunista y escribir una nueva Constitución de izquierda, que no pudieron aprobar de lo extremista que era.
En Perú, falta mucho para las elecciones, y Dina Boluarte, quien era la vicepresidente de Castillo, decidió pactar con el Congreso dominado por partidos de derecha y quedarse como presidente provisional en vez de anticipar el proceso electoral que tendrá lugar en 2025.
Las protestas no son autoconvocadas. Según denuncia el gobierno, el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, está actualmente ubicado en la región del Puno, promoviendo las protestas de los ronderos, con sus bloqueos de rutas y ataques a la policía. Además, financia grupos separatistas que quieren independizar la región.
También está como organizador el Gallo Zamora, embajador cubano en Perú, acusado de ser uno de los principales instigadores de la insurgencia terrorista en Perú. Bolivia pone el dinero y Cuba la logística.
Gran parte del Perú permanece bloqueada por cortes de rutas, que han llevado a la muerte de decenas de personas que no han podido acceder a hospitales porque los ronderos no les permitían el paso.
Ciudades enteras sufren de desabastecimiento por los cortes de ruta, y la insurgencia comunista también ha atacado aeropuertos para evitar que el Gobierno Nacional asista a la población por la vía aérea.
Pedro Castillo había prometido en la infame cadena nacional que dio el pasado 7 de diciembre que ponía al Perú bajo estado de sitio y le pedía a la gente que se quede en sus casas. A pesar de que el intento de dictador fue frenado, la realidad de los peruanos terminó siendo la misma, no por terrorismo de Estado si no por terrorismo de los grupos insurgentes.
En la CELAC, que este año se reunió en Argentina y cuyo primer presidente en 2010 fue el tirano comunista Hugo Chávez, los países que han caído bajo las garras del Foro de Sao Paulo han lanzado fuertes ataques contra la presidente legítima del Perú, Dina Boluarte.
El chileno Gabriel Boric, el brasileño Lula da Silva, el argentino Alberto Fernández y la hondureña Xiomara Castro apuntaron contra el gobierno peruano y pidieron que se “reduzca la violencia policial” y que se llame a elecciones anticipadas. El pedido de Xiomara Castro fue tan burdo, al borde de pedir la destitución de Boluarte, que el gobierno peruano anunció que quitaría la Embajada de Honduras.
Boluarte por el momento no ha autorizado a las Fuerzas Armadas a intervenir en el combate contra las fuerzas terroristas que amenazan con llevar a Perú por el mismo camino que el vivido en la década del ’80. Por ahora es la Policía Nacional la que enfrenta a los ronderos y los grupos de choque de la izquierda, pero no da abasto, y desde el Parlamento piden que se declare el estado de sitio y se combata de frente la amenaza a la Seguridad Nacional.
Fuente La Deecha Diario