Por Cecilia Di Lodovico
La madre del niño asesinado y su pareja esperan el veredicto del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa en una cárcel de San Luis
Difícil es profundizar sobre el pasado de la madre de Lucio Dupuy y su novia: desde el aberrante crimen, toda aquella persona que conoció Magdalena Espósito Valenti y a Abigail Páez opta por permanecer a un lado de las crónicas policiales.
Tiene lógica: desde que sus nombres aparecieron en los medios de comunicación, las redes sociales de su entorno se llenaron de insultos, solo por el hecho de ser familiar o contacto en la agenda de Facebook de las acusadas.
“Ellas la están pasando muy mal. Están en un lugar de m…”, llegó a decir a Infobae un allegado de Páez que no quiso dar más detalles y pidió no ser mencionado. Argumenta que “el asedio de la prensa es permanente. No queremos revolver más todo lo que pasó”.
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“Prefiero no hablar. Mucha gente me ha tratado mal a mí y a mi familia por el solo hecho de conocerlas”, dijo otra persona vinculada a las mujeres que, este jueves, podrían ser condenadas a prisión perpetua. Indagar más en su entorno es como jugar a la mancha venenosa.
A diferencia de “Magui” -tal es el apodo de Valenti-, cuyo hermano fue categórico al hablar sobre ella y su vínculo, “Abi” -el alias de Páez, parece tener mayor respaldo de su círculo íntimo.
De todos modos, la mamá de la progenitora de Dupuy va a visitarla en el Complejo Penitenciario N°1 de la provincia de San Luis, donde están alojadas. En el caso de su novia, los encuentros con su mamá son más frecuentes y, en una oportunidad, fue a verla su papá, detalló una fuente del caso.
¿Qué se sabe hasta el momento de la pareja? Se conocieron en 2018 y, desde 2020, vivían juntas en la calle Allan Kardec al 2300, donde desarrollaron un emprendimiento de repostería. En esa misma casa, el niño recibió la bestial paliza que provocó su muerte.
Páez es hincha de Boca, jugaba al fútbol, tiene tres hermanos y es muy apegada, desde pequeña, a su madre. También tenía muy buena relación con su tía.
Valenti, oriunda de General Pico, es fanática de Las Pastillas del Abuelo. De acuerdo a sus redes, curso la primaria en el colegio Don Eduardo de Chapeaurouge. No terminó el secundario. Trascendió, además, que fue moza del hotel Mercure de Santa Rosa.
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Cuando un médico del Hospital Evita constató la muerte de Lucio, el 26 de noviembre de 2021, Páez fue a buscar en moto a su novia al Casino-Club de Santa Rosa, donde trabajaba. Las cámaras de seguridad registraron esos movimientos.
Ambas se definían como feministas, razón por la cual hubo quienes responsabilizan al movimiento del homicidio. “Odio de género” es una figura que busca integrar al fallo del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa el abogado de la familia de la víctima, Mario Aguerrido.
“Nunca permitas que nadie te diga que no podés ser feliz”, escribió Valenti en su biografía de Instagram. La cuenta permanece cerrada. “Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, dice el posteo que Páez dejó fijo en Twitter. En esa cuenta canalizaba su vida cotidiana y publicaba mensajes sobre su relación de pareja.
Abigail Páez junto a Magdalena Valenti
¿Por qué Valenti tenía la tenencia de Lucio? En 2019, se separó de Christian Dupuy, el papá del nene que, en ese momento, vivía en Luján. Ambos acordaron, con expediente judicial mediante, que quedara por un año a cargo de sus tíos paternos, en General Pico.
En enero de 2020, Valenti informa al Juzgado de Familia y del Menor N° 1 de La Pampa, a cargo de Ana Pérez Ballester, que su situación socio económica había cambiado (vivía con su pareja en una propiedad alquilada y había comenzado su emprendimiento de repostería) y manifestó su deseo de volver a tener la tenencia de su hijo.
En julio de ese año, tras una audiencia de mediación, se definió un régimen de visitas: un fin de semana por medio, se quedaría Lucio en su casa. En el medio, las restricciones por la pandemia impidieron que vuelva a la casa de sus tíos. El niño quedó al cuidado de su madre desde entonces.
“A muchos les parecerá mal que no esté llorando, pero me mentalicé para ser lo más fuerte posible para poder hablar claramente. A Lucio lo lloro en privado, me parece más humano que hacerlo delante de personas que no me conocen a mí, ni conocieron a Lucio”, declaró Espósito en una de las 18 jornadas del juicio.
Páez, por su lado, dijo: “Quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé, porque ella no me enseñó estas cosas. No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él (por Lucio) me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar”.
Este jueves, el Tribunal -conformado por Alejandra Ongaro y los jueces Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora-definirá si recibirán prisión perpetua por el “abuso sexual ultrajante” y “homicidio calificado de Lucio Dupuy”.