Por Mircely Guanipa
PUNTO FIJO, Venezuela 3 feb (Reuters)
estatales de Irán y Venezuela comenzarán en las próximas semanas
una renovación de 100 días del complejo de refinación más grande
de la nación sudamericana para restaurar su capacidad de
destilación de crudo, dijeron cuatro fuentes cercanas al plan.
El esfuerzo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y
la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de
Irán (NIORDC), de propiedad estatal, para aumentar la producción
de combustibles del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) marca
un paso hacia el fin de la dependencia de Venezuela de
tecnologías de refinación estadounidenses, dijeron las fuentes.
Venezuela, que tiene las reservas de crudo más grandes del
mundo, ha enfrentado problemas en los últimos años para producir
suficiente gasolina y diésel debido a frecuentes interrupciones
y fallas, insuficiente inversión y sanciones de Estados Unidos
que crean obstáculos para importar. Largas filas frente a las
gasolineras son habituales desde 2020.
Teherán ha fortalecido los lazos con Caracas en los últimos
años, proporcionando crudo y condensado, piezas y materias
primas para la envejecida red de refinación de Venezuela, con
capacidad para procesar 1,3 millones de barriles por día (bpd).
Una unidad de NIORDC firmó un contrato de 110 millones de
euros con PDVSA en mayo para reparar la refinería más pequeña de
Venezuela, El Palito, de 146.000 bpd y ubicada en el centro del
país, un proyecto que actualmente está en marcha.
Ahora se espera que las compañías firmen en las próximas
semanas un contrato propuesto de 460 millones de euros para
modernizar el CRP, que tiene una capacidad instalada de 955.000
bpd, según las fuentes.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein
Amirabdollahian, llegó a Caracas y se reunió el viernes con el
ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami, según
mensajes en la cuenta de Twitter de la embajada iraní en Caracas
y el Ministerio de Petróleo de Venezuela.
La embajada no respondió a llamadas para solicitar
comentarios sobre la agenda del funcionario. PDVSA, NIORDC y el
Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron a
solicitudes de comentarios.
El proyecto de modernización de Paraguaná permitirá que
NIORDC negocie con contratistas y subcontrate trabajos
específicos para reparar cinco de las nueve unidades de
destilación del complejo, que realizan la refinación primaria de
petróleo crudo, dijeron las cuatro personas.
El CRP, integrado por las refinerías de Amuay y Cardón, está
operando este mes al 25% de su capacidad aun tras el reinicio
del craqueador catalítico de Amuay, clave para producir
gasolinas.
Irán estará a cargo de la procura de piezas y unidades,
instalación e inspección antes de devolver las operaciones de la
refinería a PDVSA, dijeron dos de las personas.
La reforma prevista de las unidades de destilación combinará
piezas y equipos chinos e iraníes en refinerías construidas
originalmente con tecnología estadounidense, dijeron las
fuentes. La integración de los componentes nuevos y antiguos no
será fácil, agregaron.
Si la renovación tiene éxito, podría continuar con un
proyecto de modernización más grande en 2024 y 2025, según las
fuentes.
“Si las plantas de destilación no funcionan, la refinería no
funciona”, dijo el experto en energía radicado en Caracas Nelson
Hernández. “Es necesario someter a todas las refinerías a un
programa de renovación de su infraestructura o a un
mantenimiento mayor”.
Un cuarto de capacidad
También se planea un proyecto para restaurar el suministro
de energía del deteriorado complejo como parte de la
modernización, según las fuentes.
El suministro de crudo a las refinerías de Amuay y Cardón
podría modificarse para elevar la producción de combustibles de
motor, como lo hizo NIORDC en El Palito, donde agregó petróleo
iraní a la dieta de la refinería, dijeron las personas.
Técnicos de Irán también están considerando agregar crudo
mejorado del proyecto Petromonagas, una empresa mixta entre
PDVSA y una compañía estatal rusa, agregó una de las personas.
“Quieren eliminar las líneas de gasolina. Eso es lo que
quieren, estabilizar el suministro”, dijo otra fuente sobre los
planes del gobierno de Venezuela.
El buque de carga de bandera iraní Golsan llegó a Venezuela
este mes con equipos, según mostraron los datos de Refinitiv
Eikon. El barco hizo una primera parada en el puerto de La
Guaira, cerca de Caracas, y se dirigió luego al terminal de
Jose, cerca de la refinería Puerto la Cruz en el oriente del
país, según los datos.
Reuters no pudo determinar de inmediato qué descargó el
buque en Jose.
Trabajadores iraníes
Técnicos iraníes han inspeccionado las refinerías
venezolanas varias veces en el último año en preparación a la
llegada de al menos 400 trabajadores iraníes que trabajarán
junto a entre 1.000 a 1.500 empleados y contratistas locales,
dijeron las fuentes.
A funcionarios venezolanos se les asignó la tarea de
encontrar viviendas temporales y vehículos para los
trabajadores, incluida la posibilidad de establecer un
campamento cerca de Paraguaná, donde se ubica el complejo
refinador, en el noroeste venezolano, dijo una de las fuentes.
Aún no se ha comunicado al personal de Paraguaná una fecha
firme para la llegada de los trabajadores iraníes, según las
fuentes.
Durante la remodelación de El Palito, PDVSA envió a casa a
cientos de trabajadores venezolanos para abrir paso a los
técnicos iraníes, lo que desencadenó protestas. Un grupo
separado de contratistas que afirman que no se les ha pagado por
trabajos en Paraguaná desde 2021 también protestó recientemente.
“Nos podrán criticar, que tenemos puros malos profesionales
o sin experiencia”, dijo un trabajador venezolano de Paraguaná
que pidió no ser identificado por temor a represalias. “Pero la
verdad es que a nosotros nos toca producir en las condiciones
más difíciles y aun así lo hacemos”.
PDVSA no se ha pronunciado públicamente sobre la situación
y no respondió a preguntas de Reuters sobre el estado de los
reclamos laborales.
(Reporte de Mircely Guanipa; Reporte adicional de Marianna
Parraga en Houston, Deisy Buitrago en Caracas y Tibisay Romero
en Valencia; Escrito para Marianna Parraga; editado por Aida
Peláez-Fernández)
Fuente La Nacion