El presidente, Isaac Herzog, pidió demorar la polémica reforma judicial impulsada por el nuevo Gobierno de Benjamin Netanyahu e instó al diálogo para buscar un “amplio consenso” entre los distintos sectores de la sociedad.
La petición del presidente llega a horas del comienzo de los procedimientos legales para aprobar una reforma que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente debilitada, según sus numerosos críticos.
«Estamos al borde de un colapso social y constitucional», advirtió Herzog en un discurso televisado, en alusión no solo a los planes del nuevo Gobierno de Netanyahu junto a sus socios ultraortodoxos y de extrema derecha, sino también a la polarización en torno a esta medida, que ha desencadenado masivas protestas en distintos puntos del país.
El presidente destacó además la enorme cantidad de israelíes que «ven esta reforma como una amenaza sustancial» para la democracia del Estado y opinó que los cambios impulsados por el Ejecutivo «plantean una profunda preocupación por su potencial de daño a las instituciones democráticas de Israel».
Entre otras cuestiones, el plan que impulsa el ministro de Justicia, Yariv Levin, prevé la denominada «cláusula de anulación», que implicaría que una mayoría simple de diputados en el Parlamento pueda derogar los fallos emitidos por la Corte Suprema.
La Corte tiene competencias para tumbar normas que ve contrarias a la ley básica -con rango constitucional-, por lo que quienes se oponen al plan creen que la reforma erosionaría la separación de poderes y debilitaría las bases formales de la democracia en el país.
El Gobierno tiene previsto comenzar a votar los primeros aspectos de la reforma hoy lunes, por lo que los líderes del movimiento de protesta han convocado una multitudinaria manifestación en los alrededores del Parlamento, en Jerusalén.
Según los reportes, cientos de empresas han autorizado a sus trabajadores a tomarse el día libre para asistir a la manifestación en una nueva expresión de rechazo a la reforma por parte del sector privado, ante el creciente temor de que inversores extranjeros comiencen a abandonar el país debido a la erosión de su democracia. EFE y Aurora
Fuente Aurora