Por Daniel Romero
Tuvo muchos llamados y mensajes, pero no sabe si alguno fue sincero o solo por conveniencia…o si, tiene la certeza.
Nunca tuvo amigos, solo intereses, también mucho capital, que le reditua otro tipo de intereses.
El velo y engaño fueron los cimientos de su construcción de poder. Aún los aplica y exige que otros lo hagan también.
De joven fue una mujer bella, eso lo supo usar para codearse con la alta sociedad gracias a un novio que de allí provenía.
Pero aspiraba a más, el poder real, construyó su reino y se hizo fuerte gracias a la miseria de millones que le redituaban más millones. Dinero, solo dinero.
Bailo y mostró sus joyas a quienes mantuvo en coma, mientras se nutrió de ellos para levantar su reino.
Su rostro hoy muestra la oscuridad de su alma y los comatosos, ya no todos la veneran.
Ya de nada sirve el poder y dinero, el retrato qué escondía sus pecados y miserias ya no las absorbe y es ella quien envejece y padece la impotencia de no poder seguir amedrentando a quienes la juzgan y señalan.
Hoy cumplió años una mujer sola y probablemente, por primera vez, corrió el velo de ese cruel retrato y se espantó por lo que vio.