Por Carlos Ruckauf
Solo un acuerdo entre Estados Unidos y China, las dos superpotencias del siglo XXI, puede ponerle límites a esta guerra, por lo que aún faltan muchos meses de conflicto
Hace un año Vladimir Putin ordenó la invasión a Ucrania. Las ansias expansionistas de este admirador de Iósif Stalin han destruido, y siguen destruyendo, al pueblo ucraniano, que se defiende con un coraje que sus propios amigos no esperaban.
En un año de combates las fuerzas invasoras han perdido 10 veces más efectivos que durante la invasión soviética a Afganistán que duró una década y fue el comienzo del fin de la URSS.
Casi siete millones de mujeres, niños y ancianos han debido exiliarse, dejando atrás sus hijos y hermanos, olvidando sus sueños que se han convertido en pesadillas y perdiendo todo lo material.
Quienes han quedado en el martirizado territorio vivieron tormentos inenarrables, violaciones de mujeres y niños, torturas, muertes, sepulturas ilegales. Bombardeos a hospitales, guarderias, y la destruccion del sistema electrico para tratar de matarlos de frio, hambre y sed.
Ahora se acerca una nueva embestida para tratar de lograr la ocupación del territorio que el Kremlin, por segunda vez en la historia reciente, le ha robado a Ucrania.
(Fuente)
Afortunadamente, a diferencia de 2014, las democracias occidentales han reaccionado a tiempo y suministrado a los defensores armamento para que puedan soportar la agresión.
Lukashenko, el dictador bielorruso, se ha ofrecido como mediador para buscar una salida al conflicto.
Dado que se trata de una persona totalmente subordinada a Putin, sin cuyo apoyo, perdería el poder, la propuesta demuestra que Moscú no quiere arriesgarse a un conflicto interminable.
Un análisis objetivo de la situación indica que solo un acuerdo entre Estados Unidos y China, las dos superpotencias del siglo XXI, puede ponerle límites a esta guerra.
En la Cumbre entre Joe Biden y Xi Jinping en Bali, durante el G-20, se dieron los primeros pasos en esa dirección. El Secretario de Estado nrteamericano y su par en Beijing aún tienen que pulir los detalles. Faltan muchos meses de guerra.
Fuente Infobae