La republicana María Elvira Salazar aseguró que el Gobierno motiva “un pacto con el diablo” y dijo que espera que los argentinos “se queden en el mundo libre”
En encendido discurso dirigido a la Argentina y hasta con referencias bíblicas fue pronunciado el martes por una legisladora estadounidense en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes. La congresista María Elvira Salazar, presidenta del Subcomité del Hemisferio Occidental, denunció vínculos entre el gobierno de Alberto Fernández y China propiciados, según planteó, por la vicepresidenta Cristina Kirchner. En un tramo de su mensaje, la representante del Partido Republicano por Florida, quien tiene raíces cubanas, dijo que la cúpula de la Casa Rosada motivaba un pacto “con el diablo” y que esperaba que los argentinos “se quedaran en el mundo libre”.
“Lo voy a decir en español para que quede muy bien claro a mis amigos argentinos. Su presidenta y su presidente están haciendo un pacto con el diablo que puede tener consecuencias de proporciones bíblicas”, sostuvo Salazar y agregó: “Los Estados Unidos no se va a quedar con los brazos cruzados porque no se puede tener un aliado que fabrique y exporte aviones militares chinos, y que se los venda a los vecinos”.
Para concluir este pasaje, que después compartió en Twitter, la también periodista que ganó cinco premios Emmy indicó: “Hay dos mundos: el mundo libre y el mundo de los esclavos. Espero que los argentinos se queden en el mundo libre”.
Antes, y bajo esta misma postura, la congresista marcó que es “preocupante” que los miembros del Departamento de Estado no hayan “ni siquiera respondido las preguntas más básicas sobre la penetración china en América Latina”. Asimismo, se comprometió a garantizar que América Latina “siga formando parte del mundo libre”, en su rol de titular del Subcomité del Hemisferio Occidental.
Todas estas acusaciones de vínculos con la nación que conduce Xi Jinping se deben a que, de acuerdo a lo que expuso Salazar en su página web, Cristina Kirchner estaría considerando “abiertamente” la posibilidad de comprar aviones de combate chinos JF-17 y fabricarlos en la Argentina en industrias con capitales del país oriental que serían especialmente construidas para la ocasión.
“Esta política sigue la tendencia de acuerdos similares que los chinos hicieron con Venezuela y Bolivia”, sostuvo la congresista republicana en su sitio oficial, donde aseguró que la Argentina le permitió al Partido Comunista de aquella nación “el control total de las operaciones de una estación espacial, que tiene un tamaño aproximado de 400 campos de fútbol y está situada en medio del desierto patagónico”. Dijo, sobre eso, que no existe ningún acuerdo de supervisión de la base ni de sus actividades de vigilancia de parte del gobierno de Alberto Fernández.
En tanto, también pidió mayor atención a la administración de Joe Biden. Denunció que el Departamento de Estado “ni siquiera parecía estar al tanto de la existencia de esta estación espacial en el suelo argentino” y dijo que eso le causaba “decepción”.
La estación espacial a la que hizo referencia Salazar está emplazada en Neuquén y partió de un convenio que se firmó durante el kirchnerismo, que aprobó el Congreso en 2015 y que fue renegociado en parte por Mauricio Macri, con el propósito de constatar los fines pacíficos de esta instalación. Desde su inicio, el proyecto generó rispideces por la injerencia que China podía desplegar en el continente y por los objetivos de esta construcción que, formalmente, tiene un uso científico.
Quién es María Elvira Salazar
De 61 años, Salazar, que hoy puso el foco en esta cuestión, suele abordar temas vinculados a la región, sobre todo en relación con la inmigración y contra las administraciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Extrabajadora de medios como CNN en Español, Telemundo y Univisión, nació en el barrio de Little Havana, es hija de exiliados cubanos y madre de dos jóvenes: Nicoletta y Martina, con quienes vive en Coral Gables.
La republicana, que fue elegida para integrar el Congreso en 2020 tras perder en 2018, es una ferviente opositora a la política de la Casa Blanca, más que nada por la forma en que se vincula con esta región. “La gestión de Biden está empecinada en apoyar a la izquierda en América Latina. Sus actos hablan por sí solos. Que alguien venga y me diga que no es así. ¡Muy mal por ellos!”, se quejó en Instagram ayer.