Por Natasha Niebieskikwiat
Se trata de Martha Huatay, emblemática cabecilla del grupo terrorista. También ingresó Maritza Garrido Lecca. Ambas entraron “legalmente” en junio y julio de 2022.
Era jueves y de noche ese 16 de julio de 1992 cuando el coqueto barrio limeño de Miraflores se estremeció con la explosión de dos coches cargados con 250 kilos de explosivos. Fue uno de los peores atentados del temido grupo terrorista Sendero Luminoso comandado por el ya fallecido Abimael Guzmán. Dejó 25 muertos, 200 heridos y fuertes pérdidas en casas, negocios, automóviles.
Se lo conoce local e internacionalmente como el atentado de la calle Tarata, porque fue precisamente allí donde los terroristas terminaron dejando los vehículos con explosivos porque fueron corridos inicialmente de la zona donde estaba su verdadero objetivo: la sucursal del Banco de Crédito de Perú.
Una de las más emblemáticas cabecillas de Sendero Luminoso, Mirtha Huatay, está en la Argentina desde junio del año pasado y ahora el Ministerio Público de Perú pide por ella, porque si bien cumplió 25 años de prisión de una condena por terrorismo, se le abrió un nuevo proceso precisamente como cabecilla del atentado de la calle Tarata.
Y ello podría derivar en un pedido de prisión preventiva, seguido de un pedido de extradición a la Argentina y una decisión local de si se la entrega o no a Perú por sus delitos.
Tal como lo confirmó en diálogo con este diario el procurador antiterrorista de Perú, Milko Ruiz, desde su oficina, que se ocupa de ese tipo de delitos complejos, ya hizo una denuncia, que tomó y transmitió la Fiscalía y esta a su vez pidió la prisión preventiva de Huatay que ahora debe aceptar o no la Justicia de ese país para que disponga un pedido de captura internacional a través de Interpol a la Argentina.
Terroristas de Sendero Luminoso. En la foto, su Comité Central: Angelica Salas, Osman Morote, Marta Huatay (primera de derecha a izquierda entre los que están parados), Elena Iparraguirre Abimail Guzman (sentado, en el centro) María Pantoja Foto AFP
No es la única terrorista de Sendero Luminoso que está en el país. La ex bailarina Maritza Garrido-Leca, también miembro del temible grupo, entró a la Argentina en julio de 2022, y a diferencia de Huatay, que está con paradero desconocido, pidió refugio político a la CONARE.
Altas fuentes en el gobierno argentino afirmaron a Clarín que aún no se le ha concedido. Pero su situación igual es menos complicada.
También confirmaron que las dos mujeres están en el país, “legalmente y sin ningún pedido de captura internacional”, por el momento.
Como lo indicaba una reciente editorial del diario peruano El Comercio, titulado, El Sendero a la Argentina, por su política migratoria de brazos abiertos, Argentina vuelve a albergar activistas y terroristas con cuentas pendientes en la justicia de su respectivo país. Pero ambas entraron legalmente, y así lo están aquí bajo un sistema normativo que no es actual.
Más aún, varias veces desde Perú, las autoridades advirtieron que el llamado Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) , que es el brazo legal de lo que fue Sendero Luminoso, tiene simpatizantes en la Argentina, y algunos aliados como el llamado Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).
Hoy, en Perú, afirman que Sendero Luminoso y sus varias vertientes están detrás de las violentas protestas -también duramente acalladas- contra el Gobierno de Dina Boluarte,en el marco de la última crisis que explotó tras el intento de golpe de Estado que dio Pedro Castillo y que derivó en su destitución y detención.
Tensión en la relación bilateral
Las relaciones bilaterales con Lima tampoco son buenas hoy. El Gobierno debió dar marcha atrás de un comunicado que firmó con Gustavo Petro, de Colombia; Andrés Manuel López Obrador, de México; y Luis Arce, de Bolivia, que pedía la restitución de Pedro Castillo.
Dina Boluarte presentó una fuerte protesta, y su debilitado gobierno resiste. Siguió la atención, por un lado, de la visita de unos diputados argentinos acompañados por el dirigente kirchnerista Juan Grabois. Por el otro, observa el asesoramiento a Castillo que le brinda el ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni.
Causante de una de las peores tragedias de la historia actual peruana, la guerrilla marxista-leninista-maoista de Sendero Luminoso nació en los ’70 y fue liquidada por el controvertido gobierno de Alberto Fujimori que detuvo a todos sus cabecillas, incluyendo a Guzmán, fallecido a los 86 años en la cárcel con una perpetua.
Se estima que de los casi 50.000 asesinatos en tiempos del terrorismo peruano y la guerra con el poder central, casi 20.000 fueron cometidos por Sendero, a través de matanzas rurales, atentados teroristas, y el recurso del narcotráfico.
Varios de cuyos líderes vivieron en la Argentina. Entre ellos, Rolando Echarri Pareja, a quien la CONARE le rechazó conceder el refugio político, y fue encontrado en 2021 en un centro comunitario vinculado a La Cámpora. También Oswaldo Ceferino Quispe Caso, quien también habría muerto
¿Quiénes Huatay y Garrido Lecca?
Martha Huatay, también conocida en sus años de violencia como “Camarada Rosa” es una abogada nacida en Trujillo, que hoy tiene 77 años. Sin embargo, se la busca por el atentado en Tarata, por lo tanto para la ley peruana no podría recibir beneficios en virtud de su edad, señalaron fuentes en Lima.
En una entrevista esta semana de la periodista de El Comercio Karem Barboza Quiroz, el procurador Ruiz, contó lo que luego ratificó a este diario.
Encarcelada en el año 1992 por el delito de terrorismo, salió en libertad el 16 de octubre de 2017, tras cumplir 25 años de condena. Sin embargo, hoy vuelve a estar imputada por el atentado de la calle Tarata. Está acusada y el Ministerio Público solicitó contra ella cadena perpetua mientras que el Poder Judicial acogió un pedido de 3,7 millones de soles (U$S 973.326) para la reparación civil del atentado.
La diferencia entre 1992 cuando fue acusada como miembro de Sendero Luminoso con posibilidad de salir en libertad una vez cumplida la pena es que ahora Huatay se la busca por el caso Tarata, en el que inicialmente no estuvo incluida.
Pero uno de los sentenciados por este atentado dijo que la mujer era cabecilla del grupo Socorro Popular, brazo de Sendero Luminoso que ejecutó el atentado en Miraflores. Por eso sí le correspondería una cadena perpetua.
Sobre un eventual pedido de prisión preventiva estando la mujer en Argentina, Ruiz dijo que ya en 2017, cuando salió libre, y en mayo de 2021 solicitó la prisión preventiva que luego formalizó la Fiscalía, que debe avalar o no la justicia. El viernes 24 de febrero esta debió pronunciarse pero no lo hizo por una formalidad: la prófuga no pudo ser comunicada al no estar en su domicilio.
Es poco probable que regrese a Perú, dijo Ruiz. “No sabemos si ella pueda conectarse desde allá, ponerse a derecho desde allá, pero con la prisión preventiva que ha pedido la fiscalía esto tendrá que resolverlo un juez y esperamos, obviamente, que se declare procedente la prisión preventiva para ella y si lo decreta el Poder Judicial ella tiene que ser capturada y extraditada, salvo que se ponga a derecho”, remató el Procurador.
Distinta es la situación de Garrido Lecca.
Maritza Garrido Lecca tenía 27 años cuando fue atrapada en su casa de la calle Varsovia por la inteligencia peruana. Bailarina nacida en una familia de la clase alta peruana, estudiante en el colegio Sagrado Corazón y luego en la Universidad Católica del Perú, entró a Sendero posiblemente tentada por una tía.Maritza Garrido Lecca tras ser detenida, en 1992, al brindarle escondite al temible terrorista Abimael Guzmán.
Fue en esa casa de la calle Varsovia, donde le brindaba escondite a Abimael Guzmán, el fundador de Sendero y a su mujer y segunda de la organización, Elena Iparraguirre. Todos cayeron en la Operación Victoria sobre la casa de la calle Varsovia, el 12 de enero de 1992.
Un tribunal militar sin rostro la condenó a cadena perpetua, pero por distintas anulaciones y sentencias terminó cumpliendo 25 años de prisión y salió en libertad el mismo año que Huatay. Entró a la Argentina legalmente en julio de 2022, y se presume que está protegida por simpatizantes de Movadef hasta que se decida su refugio político o su rechazo.
De todas maneras, Garrido Lecca no tiene cumplimento de pena aunque sí una deuda de unos 13.000 dólares porque ya pagó una parte de su reparación civil por sus actividades terroristas
Fuente Clarin