Vuelven las reglas fiscales. Tras una larga hibernación desde 2020, las normas fiscales europeas volverán a aplicarse a partir de enero de 2024 y la Comisión Europea avisa: los Estados miembros deben empezar a ajustarse el cinturón, tienen que acabar con las medidas de apoyo amplias y con los presupuestos expansivos. Deben empezar a apretarse el cinturón ahora para evitar sustos en el futuro. Tan pronto como en primavera de 2024, el Ejecutivo comunitario avisa de que abrirán los primeros procedimientos de déficit excesivo, teniendo en cuenta los datos de cierre de 2023.
España es uno de los países que se encuentra en riesgo de ser expedientado en la próxima primavera. La Comisión Europea espera, con base en las previsiones macroeconómicas de noviembre de 2022, que el déficit presupuestario se sitúe en el 4,3% en 2023, muy por encima del límite del 3%. La última actualización de la Autoridad Fiscal (AIReF) lo sitúa incluso por encima, en el 4,5% del PIB. En 2022, el Ejecutivo comunitario ya mandó el aviso a las capitales de que la barra libre fiscal de la época de la pandemia había concluido, y las que tenían altos niveles de deuda pública debían empezar a prepararse para una vuelta a la normalidad. En todo caso en Bruselas no esperan que se produzcan ajustes radicales y lo que busca es una aplicación de las reglas fiscales de forma gradual.
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La Comisión Europea quiere aplicar las reglas fiscales siguiendo el espíritu de la futura reforma, para la que todavía no ha terminado de surgir un consenso entre los Estados miembros, aunque las fuentes comunitarias apuntan a que esperan que en la reunión de ministros de Finanzas aparezca ese terreno común de acuerdo. Por eso, Bruselas ha publicado este miércoles una comunicación con la que busca dirigir de forma general la dirección de los Programas de Estabilidad, y lo hace sobre la base de ese consenso inicial que cree que está empezando a aparecer.
Pero será en mayo cuando el Ejecutivo comunitario dará una orientación fiscal particular a cada Estado miembro. El próximo Programa de Estabilidad español cubrirá del 2023 al 2026 y la Comisión Europea deja claro que en ese lapso de tiempo tendrá que poner encima de la mesa medidas que hagan creíble la reducción de la deuda pública y la vuelta del déficit presupuestario por debajo del nivel del 3%, un hito que no se moverá en la futura reforma de las reglas fiscales. Así, España debería ser capaz de devolver el déficit por debajo del 3% al final de ese periodo, es decir, en 2026. Cristina Herrero, presidenta de la AiRef, ve “factible” ese objetivo. Actualmente el órgano prevé un déficit del 3,2% en 2026.
Bruselas considera que en 2022 y 2023 las medidas que se han adoptado contra la crisis energética fueron demasiado amplias, muy compensatorias, derrochadoras, poco efectivas. Han sido “medidas no muy dirigidas, muy amplias, y algunas hicieron poco para reducir el consumo de energía”, explica una fuente comunitaria. Ahora deben empezar a tomar medidas y aquellos que tengan más desequilibrios deben poner sobre la mesa planes creíbles para devolver las cuentas al camino correcto a medio plazo.
Lo que sí hará la Comisión Europea, siguiendo ese consenso que está apareciendo entre los Estados miembros, es dejar a un lado la regla de la reducción de la deuda pública en una veinteava parte cada año mientras se encuentre por encima del 60% del PIB, una idea que claramente está fuera del terreno común entre las capitales de cara a las próximas reglas fiscales.
“Se invita a los Estados miembros a establecer objetivos fiscales en sus programas de estabilidad y convergencia que cumplan los criterios de ajuste fiscal establecidos en las orientaciones de reforma de la Comisión. También están invitados a discutir cómo se espera que sus planes de reforma e inversión contribuyan a la sostenibilidad fiscal y al crecimiento sostenible e inclusivo, incluidos los objetivos de resiliencia y transición verde y digital, en línea con los criterios establecidos en las orientaciones de reforma”, señala el texto.
“Se invita a los Estados miembro a incluir en sus programas de convergencia explicaciones de cómo sus planes fiscales asegurarán el respeto del valor de referencia del 3% del PIB, así como una reducción de deuda constante y creíble, o para que la deuda se mantenga en niveles prudentes a medio plazo. Más en concreto, los países que tengan niveles de endeudamiento sustanciales o moderados deben definir objetivos fiscales que aseguren su reducción constante hasta niveles prudentes a medio plazo y para que el déficit baje del 3% o no exceda del mismo”, añade el documento de orientación de la Comisión Europea.
La idea es que esta orientación fiscal sirva como “puente” entre la reactivación de las reglas fiscales en 2024, que está ya decidido, y las nuevas reglas fiscales que todavía están por construir y que la Comisión Europea quiere que puedan estar ya listas para ser utilizadas en 2025. Esas nuevas normas fiscales serán más flexibles, más adaptadas a la situación de cada Estado miembro y con un enfoque más a medio plazo.
Vuelven las reglas fiscales. Tras una larga hibernación desde 2020, las normas fiscales europeas volverán a aplicarse a partir de enero de 2024 y la Comisión Europea avisa: los Estados miembros deben empezar a ajustarse el cinturón, tienen que acabar con las medidas de apoyo amplias y con los presupuestos expansivos. Deben empezar a apretarse el cinturón ahora para evitar sustos en el futuro. Tan pronto como en primavera de 2024, el Ejecutivo comunitario avisa de que abrirán los primeros procedimientos de déficit excesivo, teniendo en cuenta los datos de cierre de 2023.
Fuente El Confidencial