Por Pablo de León
Las peleas en el peronismo por los “Off the record”. Massa, Scioli y Wado, atentos a la marcha de la economía.
Uno de los lemas más repetidos por los abnegados albertistas rezaba lo siguiente: “Para que funcione el Gobierno, hay que sacarle el celular al Presidente a las 11 de la noche”. Esta máxima era para evitar que Alberto Ángel Fernández se relajara y, en las primeras horas de la madrugada, pusiera “Send” a chats inconvenientes.
Ese deseo de algunos colaboradores del jefe de Estado se había comenzado a cumplir cuando Gabriela Carla Cerruti asumió la vocería presidencial y logró que Fernández delegara algunas cuestiones mediáticas en ella, como la relación con algunos periodistas de aceitado vínculo y amistad con la autora de “El Pibe”, un libro sobre Mauricio Macri convertido en fetiche para el kirchnerismo.
Pero la difusión de un chat que el Presidente mantuvo con el periodista oficialista Roberto Navarro detonó los pocos puentes que quedaban entra la Casa Rosada y el Senado, pues allí, Alberto hizo pública una idea que tiene hace tiempo: “Vamos a unas PASO, por ejemplo, con (Jorge) Coqui Capitanich. Si él le gana al Presidente, sale tan fortalecido que es un gran candidato para llegar a la presidencia. Si yo le gano, como Coqui será el candidato de Cristina, seré el que termine con 20 años de kirchnerismo y puedo ganar las elecciones”.
De todos modos, en el Instituto Patria algunos recordaban que ese razonamiento presidencial ya lo había blanqueado, delante del propio Máximo Kirchner. Un año atrás, en un almuerzo que fue el último contacto entre ambos, Alberto le habría dicho lo mismo al hijo de Néstor y Cristina, lo que generó la disolución definitiva de ese vínculo político y personal
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Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Foto Xinhua
Esto es marcado como una paradoja, tanto en el albertismo como en el cristinismo: “¿Cómo puede terminar Alberto con el ‘kirchnerismo’ si él siempre se jactó de ser el creador de la marca? Nos taladró siempre con eso de que él lo convenció a Eduardo Duhalde de que Néstor tenía que ser el candidato presidencial. Y fue el jefe de Gabinete del primer gobierno K. No resiste un análisis de sangre…”, razona un habitué de la Casa Rosada que aún mantiene línea con el entorno vice presidencial.
Pero quienes se habían ilusionado, brevemente, con que la reunión de la Mesa Política del PJ podía ordenar la vida interna peronista, ya se han resignado de modo definitivo. “Juntamos a todas las tribus en un encuentro en la sede histórica pejotista de Matheu 130. Y un radical, como el bancario Palazzo, se le anima al Presidente peronista y le enrostra que no defiende a Cristina. Estamos todos locos…”, rezonga un ministro que ya cuenta los días para el 10 de diciembre.
Ahora, resta esperar el discurso de este viernes de CFK en Río Negro y el acto cristinista del sábado en Avellaneda, bajo el lema “Luche y Vuelve”, esta vez relacionado a Cristina y no, a Perón. Este sábado, no estará la Vice pero sí Axel Kicillof y Máximo Kirchner. Y también estarán Wado de Pedro y Andrés Larroque, los voceros predilectos de la ex Presidenta en su diálogo con los medios. Cada uno de ellos, con perfil distinto: al ministro del Interior le permite -y le avala- su ida a la exposición Expoagro, con fotos que muestran amplitud de criterio. Mientras que al apodado “Cuervo” le pide que lance los dardos más duros contra el Presidente, para que quede claro que la jefa política del Senado no aceptará otra cosa que la rendición incondicional de Alberto Fernández, o sea, la resignación pública de aspirar a participar de las PASO presidenciales. Un Tranquinal a la derecha…
Wado Pedro en Expoagro. Foto Maxi Failla
Candidateando
El tema que desvela a tanto cristinista es quién será el candidato o candidata presidencial de ese espacio, que cree que aún mantiene entre un 30 a 35% de votos en una elección general. En esa discusión, hay diferencias de opinión entre la Vice y su hijo.
Máximo -al igual que los caciques de La Cámpora- está convencido de que la elección 2023 está perdida a nivel nacional y que la discusión máxima solo debe tener un nombre: Cristina candidata. Como harán este sábado en Avellaneda -con el acto que convoca el ex ministro e intendente Jorge Ferraresi– donde insistirán con la idea de que la líder de este espacio es la única alternativa.
De todos modos, Wado de Pedro y Jorge Milton Capitanich seguirán activos en la idea de competir en las PASO en las 12 semanas que quedan para el cierre de listas.
Pero CFK no dejará de apostar a la idea de una pelea un poco más pareja con Juntos por el Cambio: cree que Sergio Tomás Massa aún tiene chances de quedarse con ese casillero. El ministro de Economía se mueve -y se viste- como un “presidenciable” y, más allá de que repite que no será candidato, su apuesta de sentarse en la silla eléctrica de la economía argentina es tras un solo objetivo.
Sergio Massa con el Gte de Operaciones del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg
Massa apuntará a hablar solo de economía por estos días y sigue diciendo que si es candidato, debería resignar la silla ministerial, algo que inquietaría en términos políticos y económicos de junio a diciembre de este año.
Mientras recibe el visto bueno de CFK a su gestión ministerial -y de los intendentes del Conurbano, apuntalados por Martín Insaurralde-, el tigrense ve cómo algunos movimientos de la Casa Rosada no resultan muy confortables para él. “La góndola le dice que no a su candidatura”, indica un fiel colaborador de Alberto Fernández, aún ilusionado con la idea presidencial de reelegir. Pero Massa ve que la entronización de Daniel Osvaldo Scioli como pre-candidato es insuflada por allegados a Alberto, que lo verían al ex motonauta como una “salida peronista” a la crisis total que vive el Frente de Todos. Con deporte, con trabajo, con cascotazos…
Fuente Clarin