Por Guillermo Saavedra
El Foro de Seguridad del Hemisferio Occidental 2023, organizado por el laboratorio de ideas Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), se llevó a cabo el 19 de enero en Washington, D.C., con la participación de líderes políticos y funcionarios de defensa, inteligencia y fuerzas del orden del hemisferio, donde analizaron temas como las amenazas a las democracias en Latinoamérica y las estrategias para enfrentar a regímenes autoritarios como China, Irán, Rusia, y Venezuela.
“El consenso de este foro es que China, Irán y Rusia, presentan desafíos estratégicos (…). La competencia de las grandes potencias se está convirtiendo en una confrontación (…), y los gobiernos autoritarios aumentan el uso de tácticas no convencionales y guerra asimétrica, aprovechando el alto uso de la desinformación y ciberespionaje para desestabilizar a las naciones democráticas y a los países socios de los EE. UU. en Latinoamérica y el Caribe”, dijo a Diálogo Joseph Humire, director ejecutivo de SFS.
El primer análisis comenzó con John Gizzi, corresponsal en la Casa Blanca de Newsmax TV, quien recordó a la audiencia cómo Latinoamérica enfrenta una agitación catalizada por amenazas regionales y extrarregionales.
Luego, Humire describió los desafíos estratégicos y geopolíticos que plantean lo que calificó como una crisis migratoria en curso.
Su tesis es que es un síntoma de varias crisis fronterizas en todo el mundo, y señaló específicamente que la frontera más peligrosa del hemisferio occidental corresponde a la frontera entre Colombia y Venezuela. Humire explicó que las crisis migratorias masivas son utilizadas de manera intencional como armas de guerra asimétrica por gobiernos regionales malignos, y luego son explotadas por China, Irán y Rusia.
Luego hubo dos paneles. En el primero, “Deteniendo la Ola Autoritaria”, analizaron el auge de los gobiernos autoritarios en Latinoamérica. En el segundo, denominado Contrarrestando la Amenaza de Venezuela, Rusia, Irán y China, analizaron cómo la invasión de Rusia a Ucrania, la revolución iraní y la fusión cívico-militar de China, impactan la seguridad y las sociedades libres en el hemisferio occidental.
Ahí, María Corina Machado, figura de la oposición del régimen venezolano, describió telemáticamente desde Venezuela cómo el dictador Nicolás Maduro blanquea sus crímenes de lesa humanidad y sus actividades ilícitas, al establecer una fachada democrática promovida por algunos actores internacionales. Luego, Francisco Santos, exvicepresidente de Colombia, explicó cómo Venezuela se convirtió en “la Somalia” de Latinoamérica, donde reinan los criminales y terroristas, y tienen tomadas las fronteras. También advirtió que Rusia y Venezuela afianzan su relación, y que ésta se extiende al ciberespionaje y otras acciones subversivas en Bogotá.
“Entre las principales lecciones que deja este foro está el hecho de que la sociedad civil es clave para luchar contra la ola autoritaria en aumento en todo el mundo”, dijo Humire. “China sigue siendo el principal actor estatal externo, un desafío estratégico para los EE. UU. en la región, y es necesario ser consciente de su fusión militar-civil, ya que países latinoamericanos pueden ser engañados al pensar que solo tienen relaciones comerciales con China, y no reparan en las capacidades duales comercial-militares chinas con su Ejército de Liberación Popular”.
Para John Griffiths, jefe de Estudios en Seguridad y Defensa de Athenalab de Chile, y exjefe del Estado Mayor del Ejército chileno, la presencia china en Latinoamérica y el Caribe se da en un escenario de competencia y confrontación entre “grandes poderes”.
“Cuando uno habla de competencia se refiere a la competencia por recursos (…), pero si un país establece bases militares y puertos en áreas estratégicas de un país, como Argentina, por ejemplo en el caso de China con la base militar en Neuquén y la construcción de un puerto multipropósito en Río Grande, Tierra del Fuego, aquello está en el ámbito de la confrontación”, dijo a Diálogo Griffiths. “Con estas iniciativas China claramente podría propender al control bioceánico del Pacífico y Atlántico, o al auxilio eventual de la flota pesquera de China, o a la proyección desde ese puerto hacia la Antártica”.
Humire agregó que Irán podría asumir un papel más importante en Latinoamérica y el Caribe, a medida que Rusia se consume por la guerra en Ucrania y la economía de China se desacelera.
Pero dado que Irán no tiene una fuerza convencional en Latinoamérica, su experiencia en la guerra asimétrica podría volverse más prominente en la inestabilidad regional. Respecto de Rusia, advirtió que aumentaron la desinformación en español y portugués, con un impacto en las elecciones locales a través de la “armamentización” de las redes sociales.
Fuente Dialogo-Americas