El Consejo de Ministros ha aprobado este jueves el real decreto ley de reforma de las pensiones. Tras varios meses de negociación en el seno de la coalición, el PSOE y Unidas Podemos han consagrado su acuerdo sobre el nuevo modelo, que asegura la viabilidad del sistema hasta 2050 a costa de un incremento de las cotizaciones sociales. Esta segunda parte del acuerdo, que ya tiene el visto bueno de la Comisión Europea, era una condición de Bruselas para solicitar el cuarto desembolso de los fondos de recuperación. También ha logrado el visto bueno de los sindicatos, aunque la patronal y el Partido Popular se han quedado fuera. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, no cree que esto amenace la continuidad de la reforma en el tiempo, y se ha mostrado confiado en que la hucha de las pensiones alcance los 130.000 millones de euros en 2040.
Escrivá ha asegurado que la reforma “blinda el poder adquisitivo de todos los pensionistas en el presente y en el futuro”, y refuerza el pacto generacional. En ese sentido, ha contrapuesto la reforma actual que llevó a cabo el Partido Popular en 2013, “totalmente lesiva con los pensionistas“, ha dicho, ya que suponía un hachazo del 30% a las pagas, especialmente para los jóvenes. Y lo hace, ha asegurado, mejorando la equidad y suficiencia del sistema.
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Escrivá ha repetido los argumentos que viene utilizando durante los últimos días, desde que el pasado jueves se llegó al acuerdo en el seno de la coalición y se inició una negociación contrarreloj que culminó el martes con el aval de Comisiones Obreras y UGT. Tras la revalorización de las pensiones conforme al IPC, contemplada en la primera parte de la reforma, esta segunda debía asegurar la sostenibilidad del sistema, y lo ha hecho con una mejora de la previsión de ingresos. “La sostenibilidad debe entenderse en el sistema español como una cuestión transitoria“, ha dicho el ministro, en referencia a la gran cantidad de boomers que se jubilarán en los próximos años, con salarios muy superiores a los de los pensionistas actuales.
Esas soluciones transitorias, que Escrivá ha calificado de “robustez adicional”, y la oposición y la patronal tachan de “parches”, se centran en el incremento progresivo de las cotizaciones sociales. Un ejemplo es el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), destinado a engrosar la llamada hucha de las pensiones. Esta medida supone un recargo del 0,6% que ya se aplica desde 2023 e irá aumentando una décima anual hasta alcanzar el 1,2% a partir de 2029, unos 6.000 millones en cada ejercicio. A partir de 2032, ha dicho Escrivá, la hucha se empezará a vaciar, pero el dinero que entrará será superior, de tal forma que acumulará 130.000 millones al principio de los años 40. El MEI estará en vigor hasta 2050, un momento en que el ministro ha asegurado que se “reequilibrará” el sistema.
Además, se destoparán las bases máximas de cotización, con un incremento anual del 1,2% sumado al de la inflación, que será 10 veces superior al del incremento de las pensiones máximas. La parte de los salarios altos que no cotiza sufrirá un recargo de solidaridad que llegará al 6% en 2045. Sin embargo, Escrivá ha anunciado que este tendrá un carácter progresivo, es decir, no afectará de la misma forma a todas las pensiones superiores a la base máxima de cotización actual, que se sitúa en 54.000 euros. Esta novedad, que no se contemplaba en el acuerdo inicial, ha sido una aportación del PDeCAT. El ministro confía en que el Gobierno obtendrá los votos suficientes para la convalidación del real decreto, y ha confirmado que después tramitará la reforma como proyecto de ley. En ese proceso, se ha mostrado abierto a nuevos cambios introducidos por los grupos.
El debate este miércoles en el Congreso confirmó la buena disposición de Esquerra Republicana y Bildu, los socios parlamentarios del Ejecutivo. Precisamente, este jueves los independentistas vascos han confirmado su apoyo a la reforma a cambio de una subida de las pensiones mínimas de viudedad entre 2024 y 2027, según informa EFE. La revalorización será del 17% para las individuales y del 30% para las de cónyuge a cargo, con el objetivo de equipararlas a las pensiones mínimas contributivas.
El debate de las cotizaciones
Frente a las críticas de la patronal, que ha acusado al Gobierno de cargar a las rentas del trabajo en un país que lidera el desempleo en Europa, Escrivá ha recordado que el coste laboral medio por hora pasará de 23,4 euros a 23,87 en las próximas tres décadas: “Es modesto y perfectamente asumible para el sistema económico. No pone en cuestión la competitividad de las empresas españolas”. En términos relativos, la subida será del 1,16%. Este refuerzo de los ingresos, ha asegurado el ministro, evitará que la Seguridad Social se tenga que financiar a través de los presupuestos generales del Estado: “No es necesario para asegurar la sostenibilidad del sistema acudir a medidas de ingresos presupuestarios adicionales, ni me consta que se haya planteado”.
Esas soluciones transitorias de la reforma se centran en el incremento progresivo de las cotizaciones sociales
Escrivá ha dicho que estas medidas no van a poner en riesgo el “extraordinario funcionamiento del mercado de trabajo”, en referencia al dato adelantado de afiliación de marzo, conocido este jueves, y que sitúa la creación de empleo desde los niveles prepandemia en casi un millón de puestos laborales. Sobre la permanencia de los cambios, ha destacado que forman parte del plan de recuperación y han sido avalados por Bruselas, por lo que espera que tengan continuidad en el tiempo: “Cuando una reforma está bien hecha, tiende a durar”. El ministro ha descartado que la derecha tumbe la reforma cuando llegue al poder, ya que, ha precisado, no existe alternativa. “Creo que es una reforma para muchísimos años, que aporta muchísima tranquilidad y certidumbre a los pensionistas”, ha concluido.
Pese a todo, las nuevas medidas cuentan con la oposición del Partido Popular, como quedó patente este miércoles en la reunión del Pacto de Toledo. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha criticado la posición de la formación de Alberto Núñez Feijóo, y la ha contrapuesto a su abstención en la moción de censura presentada por Vox: “La resulta muy fácil decir no a las pensiones, pero se estrecha la mano con la derecha y la extrema derecha”.
El Consejo de Ministros ha aprobado este jueves el real decreto ley de reforma de las pensiones. Tras varios meses de negociación en el seno de la coalición, el PSOE y Unidas Podemos han consagrado su acuerdo sobre el nuevo modelo, que asegura la viabilidad del sistema hasta 2050 a costa de un incremento de las cotizaciones sociales. Esta segunda parte del acuerdo, que ya tiene el visto bueno de la Comisión Europea, era una condición de Bruselas para solicitar el cuarto desembolso de los fondos de recuperación. También ha logrado el visto bueno de los sindicatos, aunque la patronal y el Partido Popular se han quedado fuera. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, no cree que esto amenace la continuidad de la reforma en el tiempo, y se ha mostrado confiado en que la hucha de las pensiones alcance los 130.000 millones de euros en 2040.
Fuente El Confidencial