Denuncian al PAMI por homicidio: Una jubilada falleció tras ser inyectada con una bacteria letal
Nuevamente, la clínica Los Cedros, ubicada en La Matanza, fue denunciada por mala praxis: “Mataron a mi mamá y modificaron el acta de defunción para decir que murió de un ACV”, expresó el denunciante.
Nuevamente, la clínica Los Cedros, ubicada en La Matanza, fue denunciada por mala praxis: “Mataron a mi mamá y modificaron el acta de defunción para decir que murió de un ACV”, expresó el denunciante.
La administración del PAMI, comandada por Luana Volnovich, y la clínica Los Cedros, fueron denunciados por negligencia y homicidio. La clínica privada ubicada en San Justo (La Matanza), que atiende a adultos mayores adheridos a PAMI, fue señalada como responsable del deceso de Candelaria Raquel Álvarez, una jubilada que gozaba de un estado de salud pleno, según Ramón Rueda, su hijo y denunciante. REALPOLITIK se contactó con Rueda y este detalló el terrible desenlace que provocó la muerte de su progenitora.
“Mi mamá murió en diciembre, víctima de una cadena de corrupción y podredumbre”, inició Rueda. Según el denunciante, su madre “tenía una simple gripe” a fines de noviembre del 2022, al no notar mejoras, la familia de la víctima se contactó con el PAMI y derivaron a la paciente a la clínica Los Cedros, desde allí enviaron a un médico (que la familia no pudo identificar hasta la actualidad). El 13 de diciembre, el supuesto profesional de salud se hizo presente en la vivienda e inyectó a Candelaria (con una sustancia que no especificó qué era). Horas más tarde, la adulta mayor comenzó a sentirse mareada y la zona donde el médico la había inyectado comenzó a inflamarse anómalamente.
Rueda volvió a llamar a la clínica y nuevamente el médico no identificado volvió a la vivienda y minimizó las dolencias e inflamación de la paciente, alegando que “se le pasaría” en unos minutos. Ramón contó a este medio que su madre “se retorcía del dolor”, “no era normal”. Por ello, al día siguiente (13 de diciembre) trasladaron a Candelaria a Los Cedros, para que la atendiera otro profesional. No obstante, dicha fecha jugaba la selección argentina contra Croacia, y los médicos no la atendieron.
La víctima.
“La enviaron a mi casa nuevamente porque jugaba ese día la selección. El médico le dijo ‘que se haga unos masajes, se le va a pasar'”, detalló Rueda. No contento con la recomendación del despreocupado médico, llegando a la noche, la familia de Candelaria la llevó al hospital Doctor Alberto Balestrini, ubicado en Ciudad Evita, donde el panorama dio un giro de 180°.
Con la víctima agonizando, algunos enfermeros de guardia le pidieron a Rueda volver con Candelaria al otro día, hasta que el doctor Ezequiel Panetta decidió recibirla. Lamentablemente, Candelaria falleció horas más tarde.
Cuando los médicos del Balestrini atendieron a Candelaria, según detalló su hijo, se percataron que la zona donde había sido inyectada estaba inflamada por una grave infección. Al parecer, los insumos utilizados por el médico de Los Cedros no estaban desinfectados o ya habían sido utilizados con otro paciente. Según precisaron los profesionales del Balestrini a Ramón Rueda, Candelaria fue infectada por la bacteria denominada “Vibrio Vulnificus”, también conocida como bacteria “come-carne”.
Esta, primero genera la fascitis necrosante en la zona por donde entró al cuerpo y después se esparce contaminando y devorándose el tejido celular. “Tú mamá recibió, a través de una inyección, una bacteria llamada come-carne. Por eso murió”, le dijo un doctor del hospital Balestrini a Rueda.
A pesar de la afirmación de este último, en el hospital Balestrini obviaron lo sucedido y escribieron en el acta de defunción que Candelaria murió a causa de un ACV. Rueda explicó que, claramente, su madre tuvo un ACV, pero que este fue causado por el inmenso dolor que le generó la bacteria.
Por ello, desde fines del año anterior, Rueda continúa en búsqueda de justicia. Si bien, realizó las denuncias correspondientes, el hijo de la víctima explicó que no le dan la relevancia necesaria porque “no tenemos para pagar un abogado”. Además, denunció que desde la UFI Nro. 2 de Laferrere, donde está radicada la denuncia, les “ponen trabas”. Tampoco quisieron darles una copia de la denuncia caratulada como “averiguación de homicidio”.
“No solo tengo que lidiar con la muerte de mi madre sino con la pésima Justicia. Ya hicimos la denuncia, pero no podemos contratar a un abogado, por eso nos ignoran”, comentó Rueda.
“Ella era una mujer llena de vida, salía a bailar, estaba bien. Por eso quiero que conozca el caso de mi mamá para dar con los responsables y saber quién está trabando las denuncias y quién está detrás de todo esto”, cerró.
EL HISTORIAL DE LA CLÍNICA LOS CEDROS
El centro médico bonaerense se encuentra bajo la lupa desde hace más de una década. De hecho, estuvo cerrado por varios meses por las denuncias y manifestaciones en su contra, pero volvió a abrir sus puertas por la necesidad de camas que generó la pandemia.
En abril de 2020, un grupo de familiares y allegados de víctimas fatales se manifestaron en las afueras de la clínica mencionada. En esta oportunidad, los denunciantes expresaron que, no solo hay negligencia en el trato de los supuestos profesionales de salud, sino que también hay maltratos físicos contra adultos mayores.
“Son atados, drogados y maltratados”, narró el hijo de una víctima en aquel entonces.
En ese mismo marco, otra de las presentes expresó: “No es normal que se produzca el deceso de tantos pacientes; además, los maltratan y no les dan de comer. Hay un total abandono de los pacientes”.
Médico Ezequiel Panetta, el señalado por falsificar el acta de defunción de la víctima.
Los manifestantes coincidieron en los detalles de los maltratos contra los pacientes, pero además y aún más alarmante, confesaron que desde la clínica nunca les “pasaron los partes médicos”.
“No se entiende cómo es que se permite que este nosocomio siga funcionando con la cantidad de muertes que se registran”, se lamentaron los manifestantes. Los reclamos y denuncias formales lograron que la clínica cerrara sus puertas y dejara de brindar servicio.
Además de las manifestaciones, para dimensionar el pésimo servicio que brinda Los Cedros basta con ver el historial de calificaciones virtuales que recibe.
Sin embargo, a pesar de los insistentes protestas, el desfavorecedor historial y las miles de denuncias, en pleno confinamiento por coronavirus, Los Cedros volvió a reabrir sus puertas bajo la promesa de mejorar sus condiciones y hacer cumplir las normas. Desde entonces, continúan valiéndose más víctimas fatales.
Fuente Realpolitik