
MIAMI, Estados Unidos. — El 6 de abril de 1906 nació en la ciudad de Román (Rumanía), Sandu Darie Laver, quien se convertiría en uno de los principales exponentes de la abstracción geométrica, que ganaría auge en la década de 1950.
Dibujante, pintor, escultor y diseñador, Darie se trasladó a Francia para estudiar leyes entre 1926 y 1932. A la par, trabajaba como caricaturista para medios rumanos y franceses, mientras estrechaba lazos con los círculos de artistas interesados en el Surrealismo.
No se conoce mucho más sobre su vida antes de su arribo a Cuba, en 1941. Cuatro años después obtuvo la ciudadanía cubana y, en 1949, realizó su primera exposición personal, titulada “Composiciones”, en el Lyceum de La Habana y también en la galería Carlebach, de Nueva York.
Estas obras iniciales de Darie se inscribían dentro de la abstracción lírica, con trazos vigorosos y colores brillantes, influidos por la naturaleza y la luz del trópico. Por esa época conoció a Gyula Kosice, fundador del grupo argentino de arte concreto Madí, y considerado como uno de los precursores del arte cinético.
Inspirado por este movimiento y el Neoplasticismo, el rumano derivó rápidamente hacia el arte concreto. Invitado por el propio Kosice, participó en muestras organizadas por el grupo argentino y colaboró en la creación de la revista Arte Madí.
En 1950, Darie exhibió sus “Estructuras Pictóricas” en La Habana, obras en las que fue posible apreciar un rigor formal superior. Dos años después, junto a Mario Carreño y Luis Martínez Pedro, fundó la revista “Noticias de Arte”, que divulgaba todas las novedades relacionadas con el arte de la abstracción geométrica.
A mediados de la década, experimentó con el arte cinético a través de sus “Figuras Transformables”, incluidas en la Primera Exposición Concreta, que se celebró en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la Habana, en 1955.
Entre 1958 y 1961, Darie fue miembro del grupo Diez Pintores Concretos, nucleados en torno a la Galería de Arte Color-Luz, cuyos propietarios eran los también pintores Loló Soldevilla y Pedro de Oráa. Durante ese tiempo difundió activamente el arte abstracto-geométrico hecho en Cuba.
A partir de la década de 1960, Sandu Darie amplió y diversificó sus intereses como artista. Incursionó en el cine experimental con su Poema No.1, dirigido por Enrique Pineda Barnet. Este material, que dio origen a un nuevo concepto de arte cinético audiovisual, fue presentado en la muestra Cosmorama Electropintura en Movimiento, acogida por el Museo Nacional de Bellas Artes, en 1966.
Sobre esta idea, Darie comenzó a trabajar en instalaciones luminocinéticas para cualificar diversos espacios institucionales y recreativos. Entre sus piezas más conocidas figuran la escultura ambiental “El árbol rojo”, emplazada en el Palacio de Pioneros del Parque Lenin; los murales “El Día” y “La Noche”, del Hospital Hermanos Ameijeiras; y la escultura “La columna de la vida”, ubicada en el Instituto de Genética y Biotecnología.
Fuente Cubanet.org