En principio, tras largos meses de pirotecnia mediática y alboroto en el oficialismo, daría la sensación de que el mandatario Alberto Fernández logró finalmente imponer su postura y el Frente de Todos resolverá candidaturas mediante las PASO de cara a los próximas elecciones para jefe de Estado en la Argentina.
Así lo admitió en estos días el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, un kirchnerista de la primera hora que sostuvo que por “decisión unipersonal” de Fernández, la estrategia electoral de la alianza gobernante incluirá la presentación de dos o más fórmulas presidenciales en la instancia de votación prevista para el 13 de agosto.
El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, mencionó que podrían llegar a ser tres los postulantes del oficialismo. Y en ese contexto, De Pedro, que coquetea con la posibilidad de competir este año por el sillón de Rivadavia, acotó que “sería muy bueno que Alberto se presente -en las PASO- y que el resto del Frente de Todos pueda armar una alternativa”, para que “la gente pueda definir quién es el mejor candidato”. A su vez, pidió acelerar los tiempos en la toma de decisiones.
El camporista De Pedro planteó que finalmente no se abrió dentro del oficialismo una instancia para discutir de manera orgánica la planificación electoral de 2023 y en este marco, parecería que el jefe de Estado consiguió prevalecer en la pulseada interna contra quienes le pedían que se subordinara a las decisiones -eventuales- de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Así las cosas, da la sensación de que en esta oportunidad no será el “dedo” de Cristina el que resuelva la candidatura a Presidente del Frente de Todos (FdT), como sucedió con el propio Fernández en 2019. De cualquier modo, que el kirchnerismo termine tirando la toalla y admitiendo que “ganó Alberto”, como en apariencia está sucediendo, no significa que no se abran nuevas interrogantes para el Gobierno en el escenario electoral de corto plazo.
Sino por el contrario: primero habrá que ver si el mismo jefe de Estado se presenta en busca de su reelección o bien, al cabo de tanto desgaste capeando las ráfagas de fuego amigo de los últimos meses, considera que la misión está cumplida con la apertura de la instancia de las PASO y únicamente designa -o no- a un delegado de su gestión para que compita, antes de dar un paso al costado. A estas alturas, sin embargo, le resultaría más sencillo continuar adelante que bajarse, pero en política nunca se sabe.
Por otra parte, el kirchnerismo, que tanto ha reclamado a Fernández que desista de ir por una renovación de mandato, acepta ahora a regañadientes que la candidatura presidencial del FdT se dirima en elecciones primarias, aunque esa postura ¿supone avanzar hacia un contexto de tregua en la discusión electoral del oficialismo, o bien el camporismo apacigua el debate a nivel Nación para concentrar sus energías definitivamente en el ámbito de la provincia de Buenos Aires?
El kirchnerismo busca atrincherarse en la Provincia
Es decir, el núcleo duro K, cuyo objetivo primordial en los próximos comicios parece ser mantener el poder en el estratégico distrito bonaerense, ¿estará dispuesto a permitir que el jefe de Estado se inmiscuya -también- en la planificación electoral del FdT en la Provincia? Ciertamente, da la sensación de que es poco probable que eso suceda, en especial después de las tensiones -en alza- registradas últimamente entre la Casa Rosada y la administración que lidera Axel Kicillof.
La inseguridad y la lucha contra la delincuencia urbana se convirtieron en tema de -mayor- discordia entre la Nación y la Provincia en los últimos días, sobre todo después del asesinato del colectivero Daniel Barrientos en La Matanza y del ataque a trompadas sufrido por el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, por parte de compañeros de trabajo del chofer ejecutado a balazos en Virrey del Pino. Como acto reflejo, largas horas después del homicidio, la Gobernación mandó a realizar cacheos en transportes públicos en ese populoso distrito del oeste del Gran Buenos Aires: un show montado para las cámaras de televisión.
Las renovadas fisuras en la relación entre Balcarce 50 y La Plata, en especial en materia de combate del crimen en las cada vez más peligrosas calles del Conurbano, se suman al ruido interno que existe en el oficialismo con respecto a la evolución de la economía o, mejor dicho, al evidente fracaso del Gobierno en la pelea contra la inflación: el próximo viernes (14 de abril) se conocerá el dato oficial de marzo que, según consultoras privadas, podría ubicarse ¡por encima del 7 por ciento mensual!
Este escenario, este combo “inseguridad, aumento del costo de vida fuera de control y persistente incertidumbre política en el oficialismo”, genera un terreno fértil para que se robustezcan las ofertas electorales de la oposición con vistas a los comicios generales del 22 de octubre, especialmente en el caso de Juntos por el Cambio (JxC) y del espacio libertario que conduce Javier Milei: a propósito, el economista lanzó una convocatoria para reclutar fiscales en todo el país y sumó ya a 25 mil voluntarios, de los 100 mil que entiende que necesitará este año.
En el caso de JxC, la coalición que pugna por regresar al poder el 10 de diciembre venidero se prepara para transitar semanas cruciales en lo que se refiere a su armado interno definitivo probablemente con vistas a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). En este sentido, se condensa por estas horas el manto de duda sobre la figura de la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y sus chances reales de mantenerse como precandidata presidencial.
Quienes sí se mantienen firmes, en cambio, son Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich como aspirantes a la Jefatura de Estado, inequívocos representantes de las tribus de “palomas” y “halcones” que conviven en el PRO. En filas del radicalismo, en tanto, movió primero Gerardo Morales, pero todo hace suponer que el mandatario jujeño terminará confluyendo en una fórmula mixta con el alcalde porteño.
Según pudo averiguar NA consultando a voceros de JxC, una combinación similar podría producirse en la provincia de Buenos Aires, con los radicales Maximiliano Abad y Gustavo Posse sumándose como candidatos a vicegobernador en las boletas que encabecen -eventualmente- postulantes del PRO. Claro que primero ambos partidos deberían formalizar un acuerdo para evitar ir a las PASO por separado en ese rubro.
Al menos en lo que respecta al partido amarillo, da la sensación de que serán dos los aspirantes del PRO a la Gobernación bonaerense que competirán en las primarias de agosto, uno acoplado a la boleta de Rodríguez Larreta -Diego Santilli seguramente- y otro a la de Patricia Bullrich. Es decir, no habrá en el ámbito provincial un solo candidato, como sí quedó resuelto que ocurrirá en la ciudad de Buenos Aires, para enfrentar en las PASO, como es de esperar, al radical Martín Lousteau. Quien corre con ventaja en esa disputa interna es Jorge Macri, ex intendente de Vicente López y actual ministro de Gobierno porteño.
Armas no letales en Lanús
Por el lado de Bullrich, en las próximas semanas deberá resolver quién será su competir en la Provincia, en un intento por desbancar a Kicillof -que pretende ir por la relección, pese a que sectores del kirchnerismo lo ven hoy por hoy como el mejor “presidenciable” del espacio (o mejorcito) con vistas a las elecciones que se avecinan-. Un nombre sobre tres tendrá que escoger la ex ministra de Seguridad nacional: Joaquín de la Torre, Javier Iguacel o Néstor Grindetti.
En este sentido, con la intención de robustecer sus posibilidades de convertirse en el “elegido”, está previsto que Grindetti -intendente de Lanús desde 2015- encabece la semana próxima un acto para presentar una serie de armas no letales que a partir de ahora usarán integrantes de sus equipos de seguridad comunal. Así, por primera vez ese tipo de dispositivos se utilizarán en un municipio argentino, según dijeron a esta agencia fuentes cercanas al funcionario.
Allí en Lanús el candidato del oficialismo para suceder a Grinetti será Diego Kravetz, jefe de Gabinete y responsable del área de Seguridad de la intendencia, incluso sin PASO a la vista, en el caso de que prospere un acuerdo -hoy encaminado- a nivel comunal con el radicalismo. Por el lado del FdT, es amplio el abanico de aspirantes a recuperar el municipio para el peronismo: se asoman en esa nómina el camporista Julián Álvarez, Edgardo Depetri -otro que busca revancha en las urnas- y el massista Nicolás Russo, ex presidente del club Lanús, entre otros.
La estrategia del PRO en la provincia de Buenos Aires, en el ámbito municipal, ya está resuelta por cierto. No habrá una planificación unificada, sino que está previsto que se aclimate a cada coyuntura comunal en particular. De todos modos, los intendentes del partido amarillo en funciones, y que pretendan ir por una reelección, no se someterán a una interna en las primarias de agosto, como así tampoco los dirigentes que aspiren a candidatearse y “midan muy bien”. ¿Por ejemplo? Martiniano Molina en Quilmes y Ramiro Tagliaferro en Morón, si es que la ex pareja de Vidal resuelve finalmente “jugar” este año.
A propósito de la ex gobernadora bonaerense y actual diputada nacional -por la ciudad de Buenos Aires-, si abandona la carrera presidencial quien en principio quedaría a la deriva sería “su” candidato en la Provincia, Cristian Ritondo, al menos a la espera de lo que acontezca con José Luis Espert: es decir, si se pliega o no a JxC de cara a las PASO y aportando desde qué rol, o candidatura, si en definitiva ocurre ese acople. Para llevar a su colega diputado nacional en su lista, como mínimo el líder de Avanza Libertad debería avanzar de casillero y cambiar a “modo presidencial” sus ambiciones de competir por el sillón que ocupa por estos días Kicillof.
Tendrá por delante lo que queda de abril JxC para terminar de separar la paja del trigo, antes de zambullirse definitivamente en la campaña electoral. Por lo pronto, se espera que Ritondo, que también coquetea con Patricia Bullrich, acompañe en los próximos días a dirigentes del PRO con pretensiones de disputar intendencias hoy en manos del FdT enarbolando banderas de lucha contra la inseguridad y un mayor orden urbano, como es el caso de Clarisa Armando en Villa Gesell.
Finalmente, otra de las incógnitas que queda por despejar en el corto plazo gira en torno de la resolución que finalmente tomará el radical Facundo Manes: ¿será o no candidato a Presidente? De su decisión podría estar supeditada la suerte que corra “Maxi” Abad como aspirante a la Gobernación bonaerense, mientras Posse se siente cómodo jugando en el mismo equipo que Morales y ambos quizás estén hoy más preocupados por la interna del PRO que por las tensiones en la UCR en el ámbito provincial.
Fuente Mendoza Today