Por Guido Carelli Lynch
Es el programa del PNUD Argentina contra el Hambre. Lo controlará la mano derecha de la ministra y permite girar fondos a municipios y organizaciones. También se queda con una iniciativa para gente en situación de calle.
Victoria Tolosa Paz enfrenta la presión de las organizaciones sociales de la oposición y del oficialismo que marchan contra la política social del Ejecutivo aunque sus referentes ocupen puestos clave en el ministerio de Desarrollo Social que ella conduce. La ministra, que se posiciona para jugar en los próximos comicios, no retrocede. En una Cartera híper-loteada en la que todos se desconfían, la ex diputada acaba de avanzar sobre una caja millonaria que administraba una importante dirigente de La Cámpora.
La resolución 2023-51186931-APN-MDS del 5 de mayo le quitó a la secretaria de Política de Inclusión Social Laura Alonso, que pertenece a la agrupación que lidera Máximo Kirchner, el control de los “recursos físicos y humanos” del proyecto PNUD, de Naciones Unidas, que forma parte del Plan Nacional Argentina contra el Hambre. Se trata de fondos nacionales y créditos del BID y la CAF supervisados por el organismo de la ONU. En los primeros dos años se invirtieron US$186 millones. Solo en 2021 se gastaron US$ 76 millones de los US$ 77.9 millones presupuestados. En 2022, la brecha entre el presupuesto y el gasto se ensanchó a pesar de la crisis. Se gastaron US$ 80 millones de los US$110 millones presupuestados, según los números del PNUD. Fuentes oficiales argumentan que a través del proyecto ya se transfirieron mas de US$ 217 millones.
En el presupuesto 2023 se destinaron al programa $611 millones a través de los organismos de crédito regionales. Ya se gastó más de la mitad en los primeros 4 meses del año. Ninguna inflación es más alta que la de los alimentos. Máximo Kirchner y Laura Alonso en la marcha del 24 de marzo.
Ahora el programa será administrado por el secretario de Articulación de Políticas Sociales Leonardo Moyano, uno de los dos únicos secretarios de Estado que pudo nombrar Tolosa Paz, cuando reemplazó a Juan Zabaleta.
El programa del PNUD se trata de una ventanilla codiciada, porque permite enviar sin demasiadas dilaciones fondos para la compra de alimentos a comedores, merenderos que administran las organizaciones sociales, las iglesias o los propios municipios. “Es una instancia que permite mucha articulación política y que se resuelve de manera muy rápida”, explica un dirigente que conoció de cerca las múltiples virtudes de esa herramienta de política asistencial y alimentaria que lubrica los vínculos políticos.
Daniel Arroyo, el primer ministro de Desarrollo Social de esta gestión, potenció los diferentes programas del PNUD detrás del Plan Argentina contra el Hambre, que se extenderá hasta 2025. Las partidas sirven para complementar los fondos provinciales a comedores escolares y la adquisición de módulos alimentarios. El proyecto original pretendía facilitar la compra de productos frescos, verdes y carnes, uno de los principales déficits de los comedores populares, donde más se siente la inflación.
El PNUD es una de las agencias de desarrollo de la ONU y trabaja en 170 países. El comité ejecutivo. El italiano Claudio Tomasi es el Representante Residente del Programa, pero fuentes gubernamentales destacan que la decisión de adónde se envían los fondos es potestad del Ejecutivo y que el organismo no interfiere.
La noticia corrió como pólvora entre los intendentes del conurbano y organizaciones sociales del Frente de Todos, piqueteros de izquierda y puertas adentro del ministerio de Desarrollo Social. La mayoría se enteró por una comunicación interna que hicieron circular dos subalternas de Alonso, María Victoria Colombo, directora Nacional de Seguridad Alimentaria; y Mariana Vilaseco, directora de Planificación y Evaluación de Políticas Alimentarias.
En ese texto, las dirigentes de La Cámpora sugirieron que no se desarrolló ningún tipo de transición ni se muestran demasiado entusiasmadas sobre la lógica del cambio. “No se nos ha informado y desconocemos cómo será la continuidad operativa y la modalidad de trabajo a partir de esta novedosa decisión. Por lo que a todo evento, deberán remitirse al funcionario político de la Secretaría de Articulación de Políticas Sociales”, señala el texto que lleva la firma de las dos funcionarias citadas.
Alonso pierde así una palanca relevante de su Secretaría, que también administra y reparte las tarjeta Alimentar, que en realidad paga la ANSES. “Ella siempre estuvo parada sobre su firma y costaba convencerla de agilizar transferencias”, explica un funcionario con el que le tocó lidiar. La relación entre la dirigente camporista y Tolosa Paz es nula. Hay que retroceder a octubre de 2022 para encontrar fotos y actividades comunes entre ambas.
Fuentes ministeriales señalaron que la decisión de Tolosa Paz fue netamente técnica. “Es una medida de reordenamiento administrativo estrictamente vinculada al funcionamiento interno de la cartera social y en virtud de perseguir una mejor administración de los recursos existentes”, señalaron con extrema formalidad ante la consulta de Clarín.
Dirigentes del peronismo bonaerense consignaron que Tolosa Paz había conversado al respecto con Máximo Kirchner, pero nadie difundió el contenido de esa supuesta conversación. No lo confirmaron ni en La Cámpora ni en Desarrollo Social, donde señalaron que ambos dirigentes tienen línea directa. Alonso milita en La Cámpora desde los orígenes de la agrupación, hace 14 años.
En medio del malhumor indisimulable de las funcionarias que responden a Alonso, Tolosa Paz recibió esta semana a su par bonaerense Andrés “Cuervo” Larroque, ex secretario general de La Cámpora. Firmaron un convenio para que la Nación transfiera $23.500 millones al Servicio Alimentario Escolar de la Provincia. Ambos compartieron la imagen del encuentro en sus redes, aunque el funcionario bonaerense se muestra más serio en las suyas. Algunos de los aliados en su flamante agrupación La Patria es el Otro planean marchar el jueves próximo contra la política social del Ejecutivo, igual que otros referentes social vinculados a La Cámpora.
Alonso no solo perdió a manos de Moyano el programa PNUD-Argentina contra el Hambre. La mano derecha de Tolosa Paz también se quedó con el programa IntegrAr destinado a gente en situación de calle; una decisión administrativa que limita a la principal referente de La Cámpora en Desarrollo Social.
Este año ejecutarán un monto total aproximado de mil millones de pesos para crear el registro nacional de situación de calle que harán las jurisdicciones en 24 provincias: el primer distrito relevado será la Ciudad y regresará el “operativo frío” al calor de la campaña.
Tras la demorada reglamentación de la ley 27.654 para familias en situación de calle, se creará un nuevo programa que conducirá la secretaría de Política Social. En Desarrollo Social minimizaron el cambio y añadieron que integrantes de la secretaría de Alonso, referentes de Juan Grabois y del CELS –todos críticos de Tolosa Paz– participaron del proceso de reglamentación.
En el Ejecutivo agregan que a la brevedad se presentará una mesa interministerial para que en todas las Carteras exista una unidad de enlace para hacer operativos en conjunto que antes se hacían de manera informal.
La convivencia de las facciones que habitan Desarrollo Social es compleja. A la tensión permanente entre Tolosa Paz y el Movimiento Evita, cuyo jefe Emilio Pérsico controla el Potenciar Trabajo -que consume la mitad del presupuesto de la Cartera- se suman los cortocircuitos de La Cámpora con la ministra y con el Evita, que ahora mermaron. Todos contra todos.
“Seguimos igual que antes, parece que si no sos `Camino a la Victoria` estás vetado”, ironizó un dirigente social sobre la fuerza provincial que impulsa la ministra, que avanza contra detractores de peso.
Fuente Clarin