Por Matías Moreno
La decisión de definir el candidato a gobernador en las PASO inquieta a intendentes y referentes provinciales de Juntos; el impacto que sufre Santilli y el optimismo del ala dura
El pacto que sellaron este lunes Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, con Mauricio Macri y María Eugenia Vidal como testigos, hizo crujir el tablero bonaerense de Pro. Es que, después de varias semanas de especulaciones y operaciones cruzadas, la exministra y el jefe de gobierno porteño acordaron que competirán en la provincia de Buenos Aires con candidatos propios a la gobernación en las PASO. De esa manera, descartaron unificar la oferta en el distrito más poblado del país, como reclamaban intendentes de Pro y los aliados del radicalismo –Maximiliano Abad, jefe de la UCR-, la Coalición Cívica o Encuentro Republicano Federal, el espacio que lidera Miguel Ángel Pichetto, para aumentar las posibilidades electorales de derrotar al kirchnerismo y sortear una interna cruenta que ponga en jaque la unidad opositora.
El comunicado conjunto que firmaron Bullrich y Larreta tras la cumbre con Macri y Vidal dejó insatisfechos a jefes municipales y dirigentes territoriales de Pro que pedían evitar una confrontación en las PASO para garantizar una mayor cohesión interna y aumentar las chances de desbancar a Axel Kicillof. Dirigentes de peso en la estructura de la oposición en Buenos Aires apuestan una negociación al filo del cierre de listas para convencer a Larreta y Bullrich de que repliquen la estrategia porteña en el terruño bonaerense. En resumen, quieren que el postulante a gobernador de Pro se defina a través de encuestas. “Aún queda una vuelta de tuerca”, intuye uno de los referentes bonaerenses de Juntos.
Apenas se oficializó el trato entre Bullrich y Larreta, intendentes de Pro intercambiaron mensajes en los que evaluaron con preocupación las consecuencias de la estrategia de los presidenciables de JxC en la provincia. Los acuerdistas temen que el pacto les complique el control de sus distritos. Los más críticos deslizan que fue pensado por dirigentes porteños que no entienden la ingeniería electoral de la provincia. Por eso, avanzaron durante las últimas horas con la idea de convocar a una reunión de referentes bonaerenses de Pro para la próxima semana. Insisten en que se necesita una estrategia integrada en la provincia y que JxC podría pagar un costo electoral excesivo si se resignan a dirimir sus liderazgos en una interna descarnada en todos los niveles. “Ellos siempre cuidan lo suyo. Pero tendrán que elegir entre el oro y el bronce”, desafía uno de los impulsores de la interna.
Los detractores del pacto Larreta-Bullrich alertan sobre los riesgos de incentivar una competencia -los alineamientos podrían generar una ola de internas en distritos clave dominados por el Pro-, mientras el kirchnerismo se encamina cerrar filas detrás de Axel Kicillof y Javier Milei se consolida como la tercera fuerza. A los integrantes de esa rama interna les inquieta, sobre todo, la chance de que Kicillof desdoble la elección para disminuir el desgaste que sufre la gestión nacional por la crisis cambiaria y la escalada inflacionaria. En cambio, otros actores centrales de Juntos en la provincia no creen que el gobernador pueda jugar esa carta: advierten que quien sea el postulante presidencial del Frente de Todos no aceptara el desacople.
En los últimos días se había incrementado la presión de los alcaldes -desde Julio Garro (La Plata), Héctor Gay (Bahía Blanca) o Pablo Petrecca (Junín)- para que Larreta acepte la idea de compartir a Santilli con Bullrich. Sin embargo, el jefe porteño descartó de plano esa posibilidad la semana pasada cuando se reunió con altos mandos de Pro en Buenos Aires en Palermo. “Ya está. Es un caso cerrado”, aseguran allegados al alcalde.
Ganadores y perdedores
El pacto de Larreta y Bullrich dejó ganadores y perdedores en el esquema de Juntos por el Cambio. Por caso, Gerardo Morales, jefe de la UCR, le había reclamado a Larreta que terminara con la discusión sobre el esquema “Y” para apropiarse de Santilli, su ficha electoral más rentable. El sector de Morales, aliado de Martín Lousteau (Evolución Radical), ya había cerrado filas con Gustavo Posse (San Isidro), aspirante a gobernador, para arrinconar a Abad y presionarlo para que se defina por Bullrich o Larreta. “Están discutiendo táctica y nosotros la estrategia para ganar la provincia”, dicen cerca de Abad. En ese grupo creen que no se podrán impulsar reformas estructurales a nivel nacional con el kirchnerismo acuartelado en Buenos Aires.
Los lugartenientes de Jorge Macri en Buenos Aires, como Soledad Martínez (Vicente López), Petrecca o Javier Martínez (Pergamino), también ansiaban un acuerdo de unidad en Buenos Aires. Están pendientes de la resolución en la Ciudad, donde Jorge Macri se encamina a ser ungido como el candidato único. Allegados al ministro porteño descuentan que Martínez tendrá las dos boletas presidenciales. Lo comparan con el caso de Guillermo Montenegro (General Pueyrredón). Está claro que los movimientos en la Capital, fortaleza de Pro, tienen correlación en la provincia. “Horacio estaba preocupado por compartir a Santilli. Tuvo que entregar la ciudad. A nosotros no nos cambia nada: vamos con nuestro candidato”, se envalentonan alrededor de Bullrich.
Santilli es el principal afectado por la decisión de Larreta. Pese a que Macri había dado el visto bueno a la posibilidad de que sea el candidato único, el jefe porteño apuesta un pleno al conurbano bonaerense para doblegar a Bullrich en la interna. Por eso, considera inviable ceder la boleta del postulante más taquillero en Buenos Aires, según las encuestas, a su competidora. Allí, entiende, se librará la madre de todas las batallas con Bullrich por la candidatura presidencial.
El exvicejefe porteño motorizó el acuerdo para unificar la candidatura en la Capital hace quince días. Si bien es el más competitivo en la categoría de gobernador, su rostro aparecerá en el quinto cuerpo de la boleta. Ahora su triunfo dependerá más que nunca de la performance de Larreta. ¿Lo empuja o lo hunde? Santilli visualiza un escenario de paridad entre Larreta y Bullrich, por lo que apostará a segmentar su mensaje, es decir, a “municipalizar” la campaña para no quedar atado a la discusión nacional.
Santilli le avisó a Larreta que él competía en Buenos Aires con la condición de que arregle la sucesión porteña. En su campamento ya se preparan para la interna con el candidato que Bullrich suba el ring. El diputado puso la mira en el interior y activó un operativo de contención de intendentes y socios. La disputa interna de la UCR obstaculizó su plan de aunar fuerzas con Abad y Facundo Manes. Mantiene los lazos con la CC y Pichetto.
En el macrismo especulan que presionará a Larreta para que explore un acuerdo, pero Santilli repite que se mantendrá bajo la órbita del jefe porteño y no ensayará una aproximación a Bullrich. Eso sí: sus laderos se esperanzan con la chance de que se reabra la negociación por la unificación de la candidatura. Visualizan que la presión de los socios de Pro podría alterar la ecuación.
Julio Garro (La Plata), uno de los hombres más cercanos al larretismo en Buenos Aires, había dado muestras de rebeldía ante la postura intransigente de Uspallata, sede de la administración porteña. Alerta por los números que ostenta la exministra en su distrito, dijo que Bullrich también era su candidata a presidenta. Por ese gesto, ella aceptó visitarlo el sábado después de lanzar a Juan Pablo Allan como su candidato a intendente de La Plata. Bullrich insiste que mantendrá su receta de analizar “caso por caso”. En otras palabras, tendrá armado propio en los municipios de Pro que no le garanticen neutralidad.
En la tropa de Garro repiten como un mantra que el Pro debe evitar la interna en los distritos que gobierna. Especulan que las tratativas con la UCR por las listas podrían reabrir el debate sobre el esquema de “Y”. Entre los detractores de usar las PASO para definir el candidato a gobernador advierten sobre las tensiones que generará la interna en el armado de las listas para los cargos provinciales.
En medio de los tironeos, Bullrich desestimó la chance de reabrir la negociación. En diálogo con TN, sostuvo que nunca pensó en unificar la candidatura en Buenos Aires e insistió que definirá en los próximos días quién será su representante. Mencionó a Joaquín de la Torre, Javier Iguacel y Néstor Grindetti, pero no descartó a Cristian Ritondo. A su vez, remarcó que Santilli representa un proyecto “distinto” al suyo y que ungirá a un dirigente que no la desperfile y sostenga las “ideas de cambio”. Esa sentencia disgustó a Santilli.
Entre los socios bonaerenses de Bullrich perciben que “no hay condiciones objetivas” para pensar en que podría reabrirse la discusión por la unificación de la candidatura en la provincia. “¿Por qué uno de los dos va a ceder? El que pone el candidato se queda con demasiado”, analizan.
Fuente La Nación