Por Carlos Ruckauf
¿La duplicidad entre lo prometido en Washington y lo concedido en Beijing tendrá consecuencias en las gestiones pendientes en el FMI?
“En la relación con China, las ayudas se realizan sin ejercer ningún tipo de presión”, dijo Máximo Kirchner.
En una obvia referencia al FMI, el vástago de la líder del Frente de Todos quiere convencernos de que han obtenido resultados positivos para nuestro país durante la gira por Shanghai y Beijing y de las bondades de la dictadura comunista, marcando diferencias con la maxima creacion de los acuerdos de Bretton Woods.
Todo es falso.
La tasa de interés que cobra el gobierno de Xi Jinping es el doble que la del organismo multilateral de crédito que conduce Kristalina Georgieva. También suele pedir garantías que nunca reclama el Fondo.
Se presume que en este caso es el litio. En África han sido otros minerales estratégicos.
Todo lo que trae de este viaje la delegación presidida por Sergio Massa es la renovación del Swap. El resto son promesas antiguas, nunca cumplidas, algunas de la época de Néstor Kirchner.
El mayor fracaso tanto de este viaje como del que realizó Alberto Fernández a Brasilia ha sido la negativa de los BRICS a respaldar, con su Banco, el tráfico comercial en reales entre Brasil y Argentina. La excusa del poderoso ministro de Economía de nuestro vecino ha sido risible; lo que comento en off, dramático.
Otro papelón, sumado al seguidismo de la Casa Rosada a la absurda pretensión de Lula de convertir a Nicolás Maduro, el siniestro violador de los Derechos Humanos, en una víctima.
La diplomacia del gigante asiatico parece, en cambio, haber logrado objetivos centrales, contradictorios con las promesas hechas por el gobierno argentino en las reuniones realizadas con motivo de la visita de Alberto Fernandez a Joe Biden.
La visita de Maximo Kirchner a Huawei, el cálido homenaje a la delegación de los importadores chinos de litio en bruto, las reuniones con los vendedores de los aviones de guerra JF17 (solo usados por Pakistán), son claras muestras de que en esta relación bilateral solo los negociadores de Wang Yi tienen motivo de alegría.
La Guerra Fría del siglo XXI es entre Estados Unidos y la República Popular China.
¿Esta duplicidad entre lo prometido en Washington y lo concedido en Beijing tendrá consecuencias en las gestiones pendientes en el FMI?
En el Board de ese organismo pesan mucho dos países que ya miraban con desconfianza a Buenos Aires, Japón y Alemania. Ambos, por motivos diferentes, siguen nuestro acercamiento a China con desconfianza.
¿Continuará el fuerte respaldo de la Casa Blanca a Sergio Massa? En dos semanas se revelará el misterio. Días antes del cierre de listas para las PASO, comienzo del proceso electoral de recambio presidencial en nuestra querida Argentina.
Fuente Infobae