Mar Centenera
El director de Avatar se siente “resentido” tras considerar que intentaron usarlo para limpiar la imagen de la extracción del litio. “En un conflicto entre la industria extractiva y las comunidades indígenas, yo siempre voy a estar del lado de las comunidades”, subraya
El célebre cineasta canadiense James Cameron (Kapuskasing, 68 años), director de Titanic y Avatar y conocido también por su activismo medioambiental, viajó esta semana a Argentina para brindar una charla sobre sostenibilidad. El jueves fue invitado por el Gobierno de Jujuy a visitar el parque solar más grande de Latinoamérica, Cauchari. Los fuertes vientos le impidieron llegar hasta allí, pero le informaron sobre las políticas locales contra el cambio climático y recorrió algunos de los paisajes más hermosos de esta provincia del norte argentino junto a su gobernador, Gerardo Morales, quien se mostró junto a él en redes sociales. Un día más tarde, en una entrevista convocada a última hora con un reducido grupo de medios, entre ellos EL PAÍS, asegura sentirse “resentido” tras víctima de “una emboscada” que pretendía presentarlo como partidario de la extracción del litio que se lleva a cabo en esa provincia. El punto de inflexión fue una carta de comunidades locales en la que le informaban del atropello de derechos — “al agua, al ambiente sano y a la autodeterminación como comunidades indígenas”— realizado por las empresas mineras en connivencia con las autoridades locales.
Pregunta. ¿Se siente usado por las autoridades tras lo ocurrido?
Respuesta. Absolutamente. Fueron muy buenos anfitriones y me mostraron su punto de vista, incluso prepararon una película en inglés para mostrarme todo el trabajo que están haciendo sobre sostenibilidad, el cual es impresionante. Pero no me contaron toda la película y no me dijeron que hay 35 comunidades indígenas en dos provincias de Argentina que están en conflicto directo, peleando por sus derechos y para que sus voces puedan ser escuchadas, cosas que realmente me importan. Espero tener la oportunidad de hablar con ellos directamente y buscaré formas de ayudarlos a través de mi Fundación Alianza Avatar. Quiero dejar claro que en un conflicto entre la industria extractiva y las comunidades indígenas, yo siempre voy a estar del lado de las comunidades indígenas.
P. ¿Por qué?
R. En mi experiencia en tratar con industrias extractivas versus los derechos indígenas y territoriales, lo que suele ocurrir es que el valor creado por estos recursos se va a otro lado, normalmente a las compañías internacionales que invierten y no llega a las comunidades locales. No mejora su nivel de vida ni su nivel educativo. Lo hemos visto en Brasil, con las minas de oro y la extracción de petróleo, en Canadá con el petróleo… los beneficios se van a otro lado y normalmente son grandes cantidades de dinero, pero para las poblaciones locales el impacto es negativo.
P. Parece que ha decidido un compromiso serio a favor de las comunidades indígenas afectadas por la extracción del litio. ¿Se extenderá a toda la región, a lo que se conoce como el triángulo del litio (Argentina, Chile y Bolivia)?
R. Ahora está en mi radar, así que veremos qué se puede hacer. Tengo que investigar más, pero me siento moralmente obligado a involucrarme y eso puede ser en todo el triángulo del litio, exacto. No puedo hablar por las comunidades porque todavía no he podido hablar con ellas, pero he sido bien informado. Parece que uno de los grandes problemas es que no han sido debidamente consultados y que no se están respetando sus derechos en ese sentido.
P. ¿Cuándo va a hablar con las comunidades?
R. Lo antes posible.
P. ¿Había oído hablar alguna vez de la resistencia de las comunidades indígenas a la extracción de este mineral crítico para la fabricación de coches eléctricos?
R. No, lo que se debe a mi ignorancia. Yo siempre pensé que era un proceso de extracción relativamente inocente porque era por evaporación. Nunca se me ocurrió que podía crear problemas de seguridad del agua a gran escala para la gente que vive en esa zona ni degradar la biodiversidad de un ecosistema importante. Tengo contactos alrededor del mundo con comunidades que pelean por los derechos indígenas, pero no tenía en Argentina porque nunca había estado centrado aquí. Lo irónico es que ahora los tendré. Ha sido una estupidez no prepararme como normalmente lo hago porque siento que me han tendido una emboscada, quiero usar esa palabra, emboscada, para que parezca que tengo cierto punto de vista sin estar enterado. Fuente El País
