MIAMI, Estados Unidos. – El negocio de asesoramiento en inmigración ha florecido en Cuba desde la implementación del programa de parole humanitario lanzado por la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en enero pasado, revela un reportaje de la periodista Carla Colomé publicado este sábado en El Nuevo Herald.
Los “asesores”, como se les conoce popularmente a estos cubanos, ayudan a potenciales emigrantes a navegar a través del sistema migratorio en línea de Estados Unidos, que resulta complicado para muchos de los beneficiarios del programa de parole.
Eliane Cabrera, una de las pioneras de este nuevo negocio en la provincia de Ciego de Ávila, se lanzó a esta labor en enero de 2023 tras darse cuenta de la desinformación y errores cometidos por aquellos que buscaban emigrar. En conversación con El Nuevo Herald, afirmó: “Mi trabajo comenzó en enero, desde el momento que veía a las personas tan desinformadas y cometiendo múltiples errores. Creé una oficina en casa para poder atenderlos a todos”.
Estos asesores ayudan a sus clientes a crear cuentas de correo electrónico, cuentas en el servicio en línea My USCIS y la aplicación móvil CBP One. También se dedican a detectar y corregir errores en las solicitudes hechas por el patrocinador en el formulario I-134A, el escaneo de pasaportes y el seguimiento de los casos.
El novedoso “negocio” floreció después de que el Gobierno de Estados Unidos implementara la medida destinada a disminuir el flujo migratorio fronterizo, ofreciendo 30.000 cupos mensuales a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos.
Jorge Carlos Rodríguez Orue, otro “asesor”, contó a El Nuevo Herald: “Me contactan más que todo porque temen errar en algo y pueden perder la oportunidad de obtener el parole humanitario. Un error mínimo puede poner en juego todo”.
A pesar de ser un negocio sin marco legal oficial en Cuba, estos asesores han encontrado en las redes sociales un medio para promocionar sus servicios, ofertando su asesoría en plataformas como Facebook, Telegram y WhatsApp. Aunque las tarifas varían, Eliane Cabrera cobra 3.000 pesos cubanos por persona, un precio que, dice, es el “más justo posible”.
A pesar de la crítica por cobrar por un servicio que la página oficial de USCIS recalca que es gratuito, muchos cubanos sin suficiente acceso a internet o conocimientos tecnológicos se benefician de los servicios de los “asesores”.
Mientras tanto, aquellos que se han servido de estas figuras emergentes en el panorama cubao parecen estar satisfechos. Yadira Almarales Reina, beneficiaria del parole humanitario, dijo a El Nuevo Herald que la ayuda de Rodríguez fue fundamental para su proceso.
Pero esta nueva industria no está exenta de riesgos. Muchos han alertado sobre posibles estafas desde que el parole humanitario se convirtió en una vía de escape para miles de cubanos. De hecho, el abogado Ismael Labrador, de la firma de abogados Gallardo Law Firm en Miami, afirma que muchas de estas estafas también han tenido lugar desde Estados Unidos, con notarios públicos dando consejos legales y llenando planillas, algo que es ilegal.
A pesar de las dificultades, el negocio de asesoramiento en inmigración sigue prosperando en Cuba, reflejo de la ola migratoria impulsada por la crisis económica, política y social de la Isla.
Fuente Cubanet.org