Por Guillermo Tiscornia*
El candidato a Presidente de la Nación -léase el anarco-libertario Javier Milei- no ha ocultado su admiración por el empresario Eduardo Eurnekian.
Se recuerda que mientras corría el feriado judicial de invierno del año 2003 ( mes de julio) quedó definitivamente acreditado que llamarse Eduardo Eurnekian tenía sus beneficios. Al menos ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico sin duda que si.
Corría –como se dijo- por aquel entonces el feriado judicial de invierno en aquel lejano año 2003.
Mientras el responsable de la Agencia de Bolsa Ravello y el arquitecto Jorge Berstein -ambos imputados de evasión fiscal agravada- transitaban sus respectivos procesos judiciales en prisión preventiva ante el mismo fuero en lo Penal Económico, muy por el contrario el empresario estrella admirado por Javier Milei recibía excelentes noticias por aquel mes de julio del año 2003 desde Italia.
En efecto, la misma Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico le concedía la exención de prisión bajo una fianza millonaria (la cual el mismo empresario estrella abonaría de inmediato) y de tal suerte lograba bloquear la orden de captura que había dispuesto el por entonces juez doctor Julio Cruciani y muy a pesar que –al igual que en los casos de Ravello y Berstein- pesaba sobre el empresario estrella una idéntica imputación por evasión fiscal agravada.
Por cierto que la Administración Federal de Ingresos Públicos motorizó la correspondiente denuncia sobre el empresario estrella, al detectar que un fideicomiso de ”administración” encubría un verdadero anticipo de herencia que había dispuesto el mismo empresario estrella a favor de sus sucesores universales.
Mediante tal artilugio el mismo empresario estrella pretendió escabullirse del pago del correspondiente impuesto a las ganancias por una suma varias veces millonaria al montar dicho acto jurídico por cierto simulado.
Y en ese contexto los jueces de Cámara apoltronados en el fuero en lo Penal Económico agudizando el ingenio, dieron lugar a una creación pretoriana notable; esto es la disquisición conceptual entre “evasión” y ”elusión”.
Toda una obviedad el menú administrado para con los señores Ravello y Berstein consistió en incluirlos en la categoría de “evasión”; por el contrario menú el suministrado al empresario estrella consistió en encasillarlo en la categoría de “elusión” y así -admirable dosis de creatividad mediante- Eduardo Eurenkian lograba esquivar la preocupante prisión preventiva.
Quizás –ahora- el doctor Javier Milei considere la posibilidad de extender el alcance conceptual de “casta” no tan solo respecto de la dirigencia política la cual a diario critica sino ahora evalúe la alternativa de incluir esa misma denominación hacia ciertos sectores del empresariado.
Y para concluir no tengo la menor dudar en cuanto a que el peor error en que hubieron incurrido los señores Ravello y Berstein consistió precisamente en no llamarse Eduardo Eurnekian.
Por cierto -y a cuento de un reciente fallo casatorio que benefició a la actual Vicepresidente de la Nación- se trata del mismo doble estándar; esto es la misma historia de hoy de ayer y de siempre.
Toda una obviedad.La Justicia argentina definitivamente hundida en el estanque de la corruptela – la cual entre otras variantes- se expresa consagrando una doble categorización ciudadana; léase justiciables de primera y justiciables de segunda categoría.
*Guillermo J. Tiscornia
Ex juez en lo Penal Económico