La intendente de Quilmes, Mayra Mendoza, reinauguró una peatonal hecha y modificada por los gobiernos anteriores que todavía se encontraba en buen estado. A los pocos días, se hundió en un gran bache que ahora complica el tránsito cotidiano.
El objetivo de Mayra Mendoza era mostrar gestión es una zona clave de Quilmes, por donde camina una gran cantidad de vecinos. De hecho, la peatonal Rivadavia comprende un total de seis cuadras, que nace en la plaza de la estación Hipólito Yrigoyen y llega hasta la plaza Sarmiento, donde se encuentra la catedral y el viejo palacio municipal, hoy convertido en Casa de la Cultura.
A lo largo de esas cuadras se mueve buena parte del comercio que sufrió una notable disminución de ventas durante los meses que vieron cerrada la calle, a raíz de una obra que más de uno calificó como “innecesaria”. Es que la avenida había sido hecha a nueva por el intendente Francisco “Barba” Gutiérrez y luego modificada por Martiniano Molina.
Éste último eliminó unas luminarias instaladas en el centro de la peatonal para permitir el acceso de ambulancias y bomberos, cuando fuese necesario. Sin embargo y pese al buen estado de la misma, Mayra Mendoza se embarcó en la tarea de levantar todo el asfalto y hacerla de nuevo, generando un gasto presupuestario de 650.016.563 pesos, en una ciudad con enormes falencias.
A menos de un mes de inaugurada, un gran bache deboró parte del adoquinado con el que se realizó la obra, en la esquina de Rivadavia y Alvear, a menos de diez cuadras de la actual municipalidad.
La situación cayó como un balde de agua fría para los comerciantes de la zona, que vieron deterioradas las ventas a raíz de la decisión gubernamental de modificar la avenida y ahora deberán volver a afrontar una obra en el lugar para poner en condiciones lo desarreglado.
Fuente RealPolitik