Por Natalia Iocco
Dos “ex amigos” contaron que le llevaron dinero a un campo en General Rodríguez, donde le pagaron una deuda y el trader devolvió la camioneta que le habían prestado.
Cuando Fernando Pérez Algaba (41) se despidió de sus “ex amigos” Nahuel Vargas y Maximiliano Pilepich estaba en un descampado de General Rodríguez. Tenía, curiosamente, 75 mil dólares que acaba de cobrar. Según declararon, lo dejaron solo. Alguien, no supieron quién, lo iba a buscar. Y eso fue lo último que se supo del trader al que terminarían matando y descuartizado.
Las deudas eran tantas que en el entorno de “Lechuga”, especulan, era “irrecuperable”. Los acreedores aparecían por todos lados. Las amenazas, los gritos y las denuncias cruzadas se apoderaron de su vida.
Agobiado por la situación financiera, en el departamento de alquiler temporario de Ituzaingó en el que se instaló el 13 de julio, encontraron un certificado médico firmado por un psiquiatra que hablaba de un “cuadro depresivo y de ansiedad“, por lo que le recomendaba viajar con “Cooper”, su perro, un bulldog francés que fue encontrado el viernes por una joven en Villa Lugano.
Pérez Algaba pesaba 119 kilos. “Ya no era el chico de las fotos” que subía a redes sociales, dijeron a Clarín. Tenía la piel brotada por la psoriaris y decía que estaba “fundido“. Al menos esos indicios empezaron a reconstruir en su entorno.
Casi no tenía familia, sólo su hermano Rodolfo Pérez Algaba (62), con quien se llevaba poco más de 20 años. Sus padres habían muerto y después de varios negocios fallidos perdió a la mayoría de sus amigos.
Nahuel Vargas y Maximiliano Pilepich fueron de su círculo más íntimo. Pero ese negocio también “falló”. Le debían plata. Vargas denunció a Pérez Algaba el 13 de febrero por amenazas. Según su versión, dijo que “Lechuga” pasó por la puerta de su casa y le dijo: “Te tiro, te tiro”, le dijo.
Forman parte de una charla de 40 minutos que mantuvieron previo al crimen del comerciante de 41 años, que apareció descuartizado en Ingeniero Budge.
Según su declaración, en ese momento, Pérez Algaba le reventó el vidrio trasero de su Toyota Hilux. No está claro por qué Pilepich le prestó la camioneta Land Rover Evoque 2012 blanca con la que se movilizó Pérez Algaba hasta que fue visto por última vez.
“Suena raro que lo hayan dejado en ese lugar, solo y con 70 mil dólares en el bolsillo”, confiaron a Clarín en el entorno del trader. Esa camioneta “apareció” después del hallazgo del cuerpo. Fue Pilepich el que la entregó a la Justicia el viernes y declaró que se la había “prestado” a Pérez Algaba para usarla y que el 18 de julio se la devolvió en General Rodríguez.
Vargas y Pilepich reconocieron haber estado con Pérez Algaba, dijeron que se encontraron con él en un campo en General Rodríguez para saldarle una deuda y que, luego de darle 75 mil dólares, se fueron y se quedó solo.
Ese es el último indicio del hombre con vida. Este lunes hubo una inspección ocular en esa propiedad realizada por policías de la DDI Lomas de Zamora en busca de algún rastro del trader.
La Policía hizo una inspección ocular en el campo donde Pérez Algaba se habría encontrado con sus acreedores.
Fuentes judiciales y policiales aseguraron a Télam que la inspección “no obtuvo resultados” positivos. No encontraron elementos de importancia para la investigación.
El audio
“¿Qué hacés, Nahuelito? Divertite ¿eh? Divertite mucho que cuando vuelva te vas a tener que ir a vivir al country de Gustavo Iglesias. Con él, ahí. Los dos. Porque a vos te voy a buscar por cielo y tierra”, le dice Pérez Algaba a Vargas en un audio amenazante.
“Todo eso lo tengo todo guardado, y mil cosas más tengo de vos. Te voy a arruinar la vida, ‘pedazo de loro’. Te haces el vivo. Me traicionaste, traidor. Me vas a pagar cada peso que me debés, hijo de remil puta”, siguió “Lechuga”.
El audio es uno más de los que trascendieron en la investigación, mucho antes incluso de ser incorporados al expediente.
“Te voy a ir a buscar. Si fui a buscar un pibe a México (…) y a vos te voy a ir a buscar hasta abajo a la tierra, pedazo de gil. No vas a tener a Gustavito todo el día atrás, ¿sabés? Mandale el audio a quien se te cante las pelotas, la concha de tu madre”, lo amenazaba.
Los 75 mil dólares que recibió frente a un escribano correspondían a esa deuda a la que refiere “Lechuga”. Eran 150 mil dólares en total. Restaban 75 mil más que que, según especulan en el entorno, habría recibido de manera irregular, “en negro, por afuera”, el último día que la víctima fue vista con vida en el campo de General Rodríguez.
Sigue siendo llamativo que Pérez Algaba esperara solo con ese dinero, sin auto y sin nadie que lo custodiara. “Dijo que lo iban a ir a buscar”, declararon Vargas y Pilepich.
Lo cierto es que Gustavo Iglesias vuelve a aparecer en escena. Se trata de un presunto integrante de la barra brava de Boca Juniors que se presentó espontáneamente a declarar en la fiscalía de Marcelo Domínguez, en Lomas de Zamora.
Fernando Pérez Algaba (41) cruzó insultos y amenazas con Gustavo Iglesias.
Iglesias y su hijo, apodado “Naza”, también surgen de varias conversaciones telefónicas que Pérez Algaba se ocupó de grabar y conservar. Intercambios violentos, cargados de insultos y el reclamo de dinero también fueron incorporados al expediente después de que circularan en los medios.
La querella
La familia más cercana de Pérez Algaba es su hermano Rodolfo, con quien no tenía demasiado vínculo. Según pudo saber Clarín, el hombre se descompensó “varias veces” a medida que avanza la investigación por el crimen de su hermano. Es pintor y no “tiene nada que ver con la vida” que llevaba su hermano.
Ahora, además de la representación legal de Sebastián Queijeiro, sumó al ex fiscal Javier Baños. Ambos confirmaron a Clarín que no han tenido acceso al expediente para empezar a pedir medidas de prueba y acompañar la investigación.
Esta semana se reunirían con Domínguez en la fiscalía N° 5 de Lomas de Zamora, mientras esperan el resultado de las pericias a “Cooper”, el perro de Pérez Algaba, y en la casa de Nicol Ámbar Chamorro, la mujer trans detenida en la causa (la única que tiene el caso), donde se detectaron algunas manchas que se investiga si son de sangre.
Quién es Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, el hombre que apareció descuartizado en la localidad de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora.
El abogado de la mujer, Marcelo Ponce, dijo que esas manchas “son de salsa” de tomate, ya que al ser apresada Chamorro estaba cocinando.
Este lunes, el juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, rechazó la excarcelación de Chamorro. Su defensor había hecho el pedido por cuestiones de salud y, subsidiariamente, el arresto domiciliario.
La valija en la que encontraron restos de Pérez Algaba y que tenía cuatro DNIs, uno de ellos de Chamorro.
“Cooper” fue encontrado en la plaza Sudamericana, conocida como “El Ombú”, ubicada sobre la avenida General Roca y Lisandro de la Torre, cercana al complejo de edificios de Villa Lugano 1 y 2, por una joven que caminaba por el lugar.
Un cuidador que se preocupó por la mascota de la víctima, porque solía encargarse de él cuando “Lechuga” estaba de viaje, logró dar con esa mujer y entregó el cuerpo a la DDI donde le realizaron algunas pericias.
Este lunes se lo devolvieron a Rodolfo Pérez Algaba, quien podría dárselo en adopción al amigo que encabezó la búsqueda. “Por ahora es lo mejor que me pudo haber pasado”, dijo.
“Cooper” tenía un chip sanitario, pero no aportó ninguna información de interés para la causa, aunque por precaución le tomarán muestras para ver si pueden encontrar en él restos del lugar donde estuvo o de ADN.
Su hallazgo abre un nuevo interrogante: ¿Cómo llegó desde General Rodríguez hasta Villa Lugano? ¿El trader estuvo con él en la Ciudad de Buenos Aires o lo trasladaron después del crimen?
El crimen
El cuerpo de Pérez Algaba fue encontrado en el Arroyo del Rey, en un sector ubicado en la calle Comodoro Rivadavia, entre Figueredo y Azamor, de Ingeniero Budge, Lomas de Zamora. El domingo 23, dos chicos que jugaban a la pelota, vieron una valija roja que contenía los brazos y las piernas del hombre, quien había regresado de Barcelona el 13 de julio.El Arroyo del Rey, el lugar donde apareció “Lechuga”.
Con la intención de encontrar el resto del cadáver, la Policía drenó ese sector del arroyo y hallaron el torso, el lunes por la mañana. El pecho tenía otros dos disparos. La cabeza estaba en otra bolsa y la encontraron el martes a las 11 de la mañana.
Según confirmó la autopsia, el hombre murió por “mecanismo violento” y “a consecuencia final de un paro cardio-respiratorio traumático”. Tenía dos disparos en el torso, uno de ellos con ingreso por la espalda.
MG – EMJ
Fuente Clarin