Por Natalia Iocco
Analizan cámaras de seguridad, antenas y teléfonos celulares para determinar si el trader salió solo del descampado. Peritan 11 rastros en busca de sangre de “Lechuga”.
Fernando Pérez Algaba (41) se esfumó. Las amenazas, sus deudas y su adicción a las apuestas quedaron flotando como quien describe a alguien que pasó sus últimos días invadido por la desesperación.
Desde el 18 de julio por la tarde ya nadie lo vio ni logró hablar con él. Su celular, que permanece desaparecido, fue utilizado en el kilómetro 59 de la Ruta 7 por última vez, alrededor de esa hora. El resto es fatal: “Lechuga”, como lo conocían, fue asesinado de dos disparos. Su cuerpo -desmembrado- descartado en el Arroyo del Rey de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora, al sur del Gran Buenos Aires, a 50 kilómetros de ahí.
Lo que pasó con él es el punto de partida de una investigación que busca dar con sus asesinos.
Renacer
El loteo donde lo dejaron sus ex amigos, ex socios y deudores, es un proyecto de barrio cerrado del que Pérez Algaba era parte. Desde vender lotes y quedarse con una comisión, hasta alambrar el perímetro y construir la entrada eran su parte de un negocio que no prosperó.
Nahuel Vargas (43) lo acompañó a este punto el día de su desaparición. Dice, lo llevó a buscar a Maximiliano Pilepich (45) para que le pagara 60 mil dólares que le debía. Fueron ellos dos los que lo vieron vivo por última vez. Por eso, sus declaraciones son la clave del misterio.La Land Rover Evoque que usaba Pérez Algaba antes del crimen.
En el descampado que es “Renacer” hay tres obradores (oficinas container) y dos edificaciones, una de ellas utilizada como galpón para guardar herramientas.
De ahí los investigadores tomaron 11 muestras que, por estas horas, buscan determinar si se tratan de sangre humana, si tiene rastros de ADN que permitan establecer este punto como la escena del crimen.
Esta información será determinante para la causa que lleva adelante Marcelo Domínguez, de la Fiscalía N°5 de Lomas de Zamora.
“En el primer contenedor, ubicado en el ingreso al predio, la Policía Científica levantó tres rastros papilares de la puerta de entrada. Y secuestraron una alfombra de baúl de auto con manchas pardo rojizas y filamentos pilosos“, informó Télam.
Además, indicaron, “levantaron dos muestras de presunto tejido hemático, uno en el marco de la puerta del baño y el otro en el inodoro”. De la tercera oficina contenedor, se llevaron el resto de las muestras. Nicol Chamorro (35) es la única detenida en la causa que investiga el homicidio de Fernando Pérez Algaba.
Las antenas
El recorrido de las cámaras de seguridad y de las antenas de telefonía celular son la otra punta del ovillo. Según pudo saber Clarín, Pérez Algaba dejó este lugar a cerca de las 19 (al menos su teléfono). Luego lo tomaron antenas que indicarían que circulaba por Acceso Oeste con sentido a Paso del Rey, en la bajada de Puente Gnecco y la calle Quilmes.
Lo curioso es que Vargas y Pilepich hicieron un recorrido similar, confiaron a Clarín fuentes con acceso al expediente.
¿Pérez Algaba y ellos iban para el mismo lado? ¿Estaban juntos a diferencia de lo que declararon Pilepich y Vargas? ¿Lechuga seguía vivo para esa hora? Esas preguntas intentarán responder los investigadores en las próximas horas.
El trader usaba tres líneas de teléfono celular pero la que tenía activa al momento del crimen dejó de operar a las 2.58 del 19 de julio en la zona de Hurlingham, infrecuente en su historial. A las 10 de la mañana recibió un llamado pero no se concretó. La incógnita está en esas siete horas.
El misterio del Mercedes
Pérez Algaba llegó al predio de Renacer con Nahuel Vargas, que hasta 2002 fue Policía de la Federal, en la camioneta Land Rover modelo Range Rover Evoque blanca con techo negro que le había prestado Pilepich.
Pilepich, que tiene una constructora, llegó más tarde a General Rodríguez en un Mercedes color oscuro, al menos eso registraron las cámaras de seguridad.
Luego de esta presunta reunión en la que -dice- le pagó 60 mil dólares a Pérez Algaba, se fue en la Land Rover que le había prestado a “Lechuga”. Dejó ahí estacionado el Mercedes y llevó a Vargas a su casa.
¿Porqué dejaría el Mercedes en General Rodríguez si Vargas había llegado manejando la Land Rover? Es otra de las dudas que giran alrededor de esa tarde.
Según la declaración de Vargas y Pilepich, el empresario de la construcción llevó a su amigo en su casa de Castelar y siguió camino hasta otra obra en construcción en Hurlingham, en la calle Londres al 1600.
Según declara Pilepich volvió a buscar el Mercedes a General Rodríguez por la noche, aunque -dijo- no recordar el horario. Según su celular, lo hizo de madrugada.
Hay varias pericias en curso que serán determinantes para la investigación. Peritos de la Policía Federal y de la Policía de la Ciudad trabajan para extraer información de los teléfonos analizados. También analizan otros en la DDI de Lomas de Zamora.
Una testigo de identidad reservada aportó información importante para acceder al Ipad y a la Macbook Pro de la víctima. Esperan de ahí obtener algún registro más de los movimientos de dinero y deudas de Pérez Algaba.
El crimen
El cuerpo de Pérez Algaba fue encontrado en el Arroyo del Rey, en un sector ubicado en la calle Comodoro Rivadavia, entre Figueredo y Azamor, de Ingeniero Budge, Lomas de Zamora. El domingo 23, dos chicos que jugaban a la pelota, vieron una valija roja que contenía los brazos y las piernas del hombre, quien había regresado de Barcelona el 13 de julio.
Con la intención de encontrar el resto del cadáver, la Policía drenó ese sector del arroyo y hallaron el torso, el lunes por la mañana. El pecho tenía otros dos disparos. La cabeza estaba en otra bolsa y la encontraron el martes a las 11 de la mañana.
Según confirmó la autopsia, el hombre murió por “mecanismo violento” y “a consecuencia final de un paro cardio-respiratorio traumático”. Tenía dos disparos en el torso, uno de ellos con ingreso por la espalda.
PS
Fuente Clarin