Hoy, los ciudadanos ecuatorianos se encuentran en medio de unas elecciones presidenciales y legislativas extraordinarias que se vieron envueltas en una ola de violencia criminal sin precedentes, que incluyó el asesinato de un candidato. Estos comicios tienen lugar en medio de una crisis institucional y económica que mantiene al país en un estado de incertidumbre.
Un total de casi 13 millones y medio de ecuatorianos están habilitados para ejercer su voto y elegir entre ocho candidatos al próximo presidente, quien completará el mandato dejado por el conservador Guillermo Lasso hasta el año 2025.
“Es un momento decisivo para la patria”, expresó la candidata Luisa González después de emitir su voto en el oeste de Ecuador. González, que encabeza las encuestas más recientes, no tiene el apoyo suficiente para evitar una segunda vuelta electoral que se llevará a cabo el 15 de octubre.
Con fuertes medidas de seguridad, González ingresó al centro de votación en Canuto, la localidad rural donde creció. Estuvo escoltada por militares armados con fusiles hasta llegar a la mesa de votación. “Vamos a tomar la decisión de terminar con este olvido al que han dejado al pueblo ecuatoriano sin seguridad, sin educación, sin salud y sin empleo, o empezar un futuro y una esperanza de patria, obras, dignidad y seguridad”, afirmó González.
Otros dos candidatos también tomaron medidas extremas de seguridad al ejercer su derecho al voto. Christian Zurita, reemplazante del asesinado Fernando Villavicencio, y quien ha recibido amenazas de muerte, votó vestido con chaleco antibalas y llevaba un casco en una escuela de Quito. Zurita comentó a la prensa: “Son momentos oscuros y difíciles para el país”, añadiendo que están enfrentando estas circunstancias con determinación y trabajando para llevar adelante el país bajo sus principios y programa.
Otro candidato, Daniel Noboa, votó en la ciudad costera de Olón vestido con un chaleco antibalas.
Ecuador, que solía ser un país pacífico, experimentó un aumento en la actividad de carteles de droga, tanto locales como extranjeros, en los últimos años. Esto resultó en un aumento de la violencia con matanzas en las calles y en las cárceles, secuestros y extorsiones.
Además de la violencia, el país también enfrenta una crisis institucional desde hace tres meses, cuando el presidente Lasso decidió disolver el Congreso y convocar a elecciones anticipadas para evitar un juicio político por corrupción.
Estas elecciones, ya de por sí inusuales debido a la disolución de la Asamblea Nacional, están marcadas por un ambiente enrarecido y tenso. La seguridad es una de las principales preocupaciones en la mente de los votantes, especialmente después del asesinato del candidato Villavicencio y otros ataques a postulantes y dirigentes.
Las urnas cerrarán a las 17 horas, y el país espera ansiosamente los resultados que podrían traer cambios significativos a esta nación sudamericana.
Fuente El Cronista