Los retrasos en la formación de un nuevo Gobierno tras las elecciones no concluyentes de julio podrían ralentizar el desembolso de fondos de la UE, que constituyen un importante catalizador para nuevos proyectos de inversión, lo que frenaría el crecimiento económico y presionaría las finanzas públicas.
Eso es lo que sostienen Jakob Suwalski y Alessandra Poli, analistas de calificaciones soberanas y del sector público de Scope Ratings, la agencia de calificación europea, que sostienen que, “para España, que tiene una calificación A- con perspectiva estable, es crucial que la inversión se desbloquee para lograr un crecimiento y un empleo sostenibles. La formación de capital fijo se ha estancado, con lo que ha quedado rezagada con respecto al resto del sur de Europa, especialmente Italia (BBB+/estable) y Portugal (A-/estable).
El riesgo, a juicio de ambos expertos, es que esto limite las perspectivas de crecimiento a largo plazo de España. Así, el escaso nivel de inversión del país “explica en parte el mediocre mercado laboral. El desempleo del 12,8% en el primer trimestre de 2023 era más del doble de la media de la eurozona y se comparaba con el 11,8%, el 7,8% y el 6,9% de Grecia, Italia y Portugal, respectivamente”.
El largo periodo de desapalancamiento experimentado por el sector privado tras la crisis financiera mundial de 2008-2009 ha frenado la inversión, aunque el saneamiento de las finanzas de las empresas y los hogares es visible en la mejora de la balanza por cuenta corriente y la posición de inversión internacional neta. En la última década, la balanza por cuenta corriente pasó de registrar déficits recurrentes a presentar un superávit del 0,5% del PIB en 2022, “un cambio significativo respecto al déficit del 9,4% de 2007”, sostienen.
La posición de inversión internacional neta negativa de España también ha mejorado hasta el 61% en 2022 desde alrededor del 85% del PIB en 2007, impulsada en parte por el desapalancamiento externo, el aumento del ahorro y una inversión más eficiente, especialmente en el sector energético. “España se ha hecho menos dependiente del capital extranjero”, aseguran.
“España ha recibido hasta la fecha 37.000 millones euros de los 164.000 millones asignados a los fondos de recuperación de la UE (el 12,4% del PIB de 2022, incluidos 77.200 millones de euros de subvenciones y 84.000 millones de préstamos), lo que indica que queda mucho trabajo por delante para aplicar la estrategia de inversión, para la cual un consenso político amplio será probablemente un componente crucial“.
Los retrasos en la formación de un nuevo Gobierno tras las elecciones no concluyentes de julio podrían ralentizar el desembolso de fondos de la UE, que constituyen un importante catalizador para nuevos proyectos de inversión, lo que frenaría el crecimiento económico y presionaría las finanzas públicas.
Fuente El Confidencial