En 2019, Martín Insaurralde aun no era jefe de Gabinete bonaerense, solo un inocuo intendente de Lomas de Zamora. Tampoco aparecía en el horizonte la figura de la “modelo” Sofía Clerici, a quien en las horas blanqueó como su pareja.
Eso sí, en aquellos días un operativo policial llevado a cabo en la oficina municipal de Habilitaciones de Lanús por parte de las fuerzas federales le cayó como un baldazo de agua helada.
En efecto, el 8 de agosto de 2019, un equipo de la Policía Federal irrumpió en la oficina municipal buscando información sobre el pedido de habilitación de un local ubicado en la esquina de Perón y Oliden, en el que iba a funcionar la marca American Burguer.
Dicho local pertenecía a Eber Ruso, el jefe de una banda de lavado de dinero que facilitó facturas apócrifas por un monto superior a los 4 mil millones de pesos.
La asociación ilícita utilizaba como pantalla una constructora cuyo titular es el actual detenido Claudio Gómez, para llevar adelante estafas inmobiliarias –entre ellas la perpetrada por la constructora Lasa, que dejó un tendal de estafados que ahora no saben a quién reclamarle la escritura de su departamento- y facturaciones truchas.
A Ruso le encontraron 77 propiedades, 240 autos de alta gama, 8 barcos y 35 camiones. Además, era dueño de una agencia de autos, una pizzería y una constructora.
Dicho delincuente, que supo estar prófugo de la Justicia, tenía una estrecha relación con Insaurralde. Tan estrecha, que cuando la policía allanó sus galpones en la avenida Remedios de Escalada al 1.300 en Gerli Oeste y en la calle Pico al 3.373, entre las decenas de autos robados encontraron estacionado el auto de su amiga personal y ex esposa del intendente de Lomas de Zamora, Jésica Cirio.
Como dice una conocida canción de Coti Sorokin, “nada de esto fue un error”.
Fuente Mendoza Today