La historia de Alejandra Medrano contiene escasas dosis de felicidad y enormes cuotas de tragedia. Sobre todo en los últimos años de su vida.
Su derrotero es brutal, precipitado en los últimos años de su existencia, que culminó de manera inquietante un 27 de octubre de 2019.
Días antes había osado denunciar una trama de corrupción y narcotráfico que involucraba al mismísimo Sergio Massa. Más aún: lo vinculaba con una banda de narcotraficantes y lavadores de dinero en Tigre.
La trama, que no existe en ningún rincón de Google, aparece revelada en mi libro “Massa confidencial”, aunque sin los detalles que se contarán en esta nota. Acaso una suerte de “apéndice” de aquella investigación.
Arranca en un bar de Mendoza hace algunas semanas, donde un hombre llamado Carlos viajó a encontrarse conmigo, solo para contarme puntuales situaciones que refieren a lo sucedido con la malograda mujer.
“Conocí a Alejandra en 2015, me contactó porque vio cosas que posteaba en Twitter. A partir de ese momento empezó a contarme cosas que le habían pasado, parte de lo que contás en tu libro”, me cuenta Carlos.
-Primero contame quién era Alejandra Medrano…
-Era una chica de Villa Ballester, de clase media, padres ancianos, gente trabajadora. Tuvo un matrimonio con un empresario mayor que la abandonó estando embarazada. Una mujer muy sensible, de espíritu puro, que no aceptaba ni asimilaba la maldad del mundo.
-¿A qué se dedicaba?
-Era proveedora de informática.
-¿Cuándo empezaron sus problemas?
-Según ella me contó, fue después de conocer a una mujer que fue la causante de todo lo que vino después, su nombre es Andrea Franco. una supuesta modelo que iba y venía de Miami. Se volvió conocida en 2017 luego de denunciar por supuesta violencia a su entonces pareja, Gustavo Mazzitelli.
-¿De qué trabajaba?
-Era una especie de viuda negra que salía con hombres y los vaciaba. De hecho, había agarrado a un tipo llamado Octavio Russo que es un ejecutivo de Speed, empleado de (Víctor) Stinfale. Dicen que es un tipo pesado, un presunto narco que vivía en Nordelta.
-¿Cuándo se conocen Medrano y esta mujer, Andrea Franco?
-En esos días, Franco le dijo a Alejandra que Mazzitelli la golpeaba y empezaron a tener diálogo. Ahí se enteró que Franco estuvo casada con un hombre llamado Norberto Sturma, procesado por narcotráfico.
-Es el que yo menciono en mi libro, el narco amigo de Massa…
-Ese mismo, que supo estar en la Cámara Argentina de Emprendedores, una agrupación integrada justamente por muchos empresarios narcos. Sturma era el dueño de Way Makers, la empresa que asfaltó gran parte de Tigre siendo Massa intendente.
-Ok, pero no nos vayamos de tema. Me interesa la relación entre ambas mujeres…
-Ok, ella empieza a moverse en el círculo de Franco porque buscaba alquilar. Franco le alquila una casa a Alejandra y se hacen amigas. Obviamente Alejandra desconocía estos manejos turbios. Hacen un contrato entre partes y empieza a alquilar. Todo va bien hasta que un día Franco hace algo indecoroso y se distancian. A partir de entonces, Franco le pidió el título de su camioneta Duster para seguirle alquilando la propiedad. Hasta que un día ingresaron y le vaciaron todo.
-Y entretanto apareció la denuncia…
-Claro, porque Alejandra odiaba la corrupción y todo lo que fue descubriendo lo guardó. Tenía audios, documentos, de todo. Y se presentó a hacer una denuncia en la Justicia con todo eso. Hizo la primera parte de su exposición y quedó en volver para aportar todo eso que tenía con ella, pero no pudo, porque cada vez que iba la dejaban esperando durante horas y horas. me consta que fue muchas veces.
-¿Y allí aparecía Massa?
-Sí, ella quería demostrar que todos esos narcos eran socios de Massa, pero no la dejaron. Ahí descubrió que Massa tenía al Poder Judicial bajo su propio brazo. Es algo que pocos conocen. Es un pulpo. El único que quiso avanzar fue el fiscal Washington Palacios, los demás hicieron lo posible para que no se investigara.
-Y en medio de todo eso aparece muerta…
-Sí, un día apareció muerta, a fines de octubre de 2019, desnuda en un sillón de su casa. Dijeron que se había suicidado y quedó todo ahí. Todo muy raro y sospechoso. Más porque nadie quiso investigar nada.
-¿Algo más que quieras agregar?
-Solo que espero que algún día se haga justicia, no solo por Alejandra que era un ser excepcional, sino por el bien de todos los argentinos.
Fuente Mendoza Today