Por Héctor Gambini
En el escándalo por el espionaje ilegal, un archivo menciona que un hombre del ex jefe del Ejército César Milani podría saber “qué pasó con Nisman”.
El archivo se llama “Parte de Información” y tiene 12 páginas. Es apenas uno de los 1.196 informes de Inteligencia que se hallaron en la casa de Junín del espía Ariel Zanchetta. Ése en particular trata sobre el fiscal Alberto Nisman y contiene algunos datos ya revelados por Clarín -como que la SIDE envió agentes a espiar la fiscalía de Viviana Fein mientras investigaba la muerte de Nisman- y una novedad: menciona a un hombre del ex jefe del Ejército, César Milani, como alguien que sabría “qué pasó con Nisman”.
Altas fuentes judiciales confirmaron a Clarín que ese párrafo (que estaría escrito en mayúsculas) no se refiere a lo que ocurrió en el departamento del fiscal después de que hallaran su cuerpo sino, directamente, a su muerte.
Según la investigación judicial que encabeza el fiscal Eduardo Taiano, Nisman fue asesinado durante la madrugada del 18 de enero de 2015. Como partícipe necesario de su crimen está procesado el experto informático de la fiscalía de Nisman, Diego Lagomarsino.
De acuerdo con el informe que recibió el fiscal Gerardo Pollicita, quien investiga al espía y ex policía federal Zanchetta -ahora la cara visible de una red de espionaje ilegal que obtenía datos de jueces, dirigentes políticos y periodistas-, la documentación que se obtuvo en los allanamientos a la casa de Zanchetta, en Junín, incluye datos sobre un presunto “grupo de tareas” -así lo llama Zanchetta- para espiar, cuyos integrantes serían Milani, el agente Diego Raitano -mano derecha del ex alto jefe de la SIDE Fernando Pocino-, un policía de la Bonaerense llamado Ariel Difilippo y Joaquín Conrado Pereyra, un suboficial mayor del Ejército retirado, experto en el área de Inteligencia y mano derecha de Milani.
Es éste último –”Conrado” – quien aparece mencionado en ese “Parte de Información” de Zanchetta como quien tendría datos acerca de “qué pasó con Nisman”.
Zanchetta habla de él como el hombre que lo reclutó para empezar a hacer tareas de Inteligencia por fuera de la Policía. Como “agente inorgánico”.
“Conrado” aparece mencionado varias veces por los espías que estuvieron activos el día en que Nisman fue hallado asesinado en su departamento de Puerto Madero.
Todos los jefes operativos de la SIDE lo conocían como “un hombre de Milani” que actuaba de nexo entre ese organismo y la inteligencia del Ejército que comandaba Milani y que en ese momento funcionaba como una inteligencia paralela para la presidenta Cristina Kirchner.
En la práctica, eran “fuentes independientes” que Cristina tenía insertadas en la SIDE por vías informales.
Es decir, Conrado -todos los agentes lo mencionan en sus declaraciones como “El verde”, en alusión a su uniforme militar- no dependía de ningún jefe de la SIDE pero se movía con frecuencia y con absoluta familiaridad por sus instalaciones.
Clarín confirmó en cuatro fuentes independientes entre sí que “Conrado” y “El Verde” son la misma persona. Un espía de Milani que trabajaba en la estructura de inteligencia paralela de Cristina Kirchner.
Donde más se lo veía era en la base de operaciones que la SIDE tiene en el barrio de Palermo, muy cerca del Alto Palermo Shopping. Esa dependencia respondía directamente a Pocino.
Él “hacía y deshacía sobre todos los que trabajaban allí formal o informalmente”, contó a Clarín un agente de Inteligencia que trabajó en esa base cuando hallaron muerto a Nisman.
Pocino era amigo personal y aliado de Milani.
Junto al actual viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, integraban el ala más ultra kirchnerista de la conducción de los espías del Estado.
Los tres cruzaron varias llamadas aquel domingo lluvioso en que Nisman ya estaba muerto pero aún nadie había encontrado su cadáver.
Sugestivamente, los policías federales a cargo de la seguridad del fiscal tardaron 11 horas en decidirse a llamar a un cerrajero y entrar al departamento de Nisman. Lo hicieron recién a las diez de la noche, aunque estaban tratando de ubicarlo desde las 11 de la mañana.
El hecho de que las “nuevas” revelaciones aparezcan en casa de Zanchetta, que fue policía federal durante más de 25 años, llama por estas horas la atención de los investigadores de la muerte de Nisman.
¿Fue Zanchetta compañero, jefe o subalterno de los policías federales que debían custodiar a Nisman y lo dejaron solo durante 15 horas, el lapso dentro del cual lo asesinaron?
Habrá un pedido oficial de la justicia a la Policía Federal para tratar de determinar si estos vínculos existían.
La pregunta lleva a otras.
Si el policía federal Zanchetta recibía órdenes de agentes de la SIDE que ignoraban sus jefes jerárquicos de la Policía, ¿pudo ocurrir lo mismo con los custodios de Nisman?
Y más. La calificación de “agente inorgánico” de Zanchetta -un espía que trabaja para organismos donde su nombre no figura en ningún lado– vuelve a alimentar las sospechas sobre Lagomarsino, el informático que llegó a Nisman de la mano de un espía de la Policía Aeroportuaria, aunque Lagomarsino ha negado siempre ser un agente y los organismos de inteligencia -igual que con Zanchetta- dicen no haber tenido registrado.
El espectro sobre el espionaje a Nisman se abre así en nuevos abanicos, tras la revelación reciente acerca de que dos expertos informáticos -igual que Lagomarsino y que Zanchetta- le habían mandado al fiscal un virus “troyano” para infectar su computadora y celular y acceder a sus contenidos vía remota, poco antes de que Nisman denunciara a Cristina Kircher y su gobierno por el Pacto con Irán.
Esos informáticos -Pablo Palá y Alexis Lesa_ trabajaron hasta hace un mes en el gobierno de la Provincia de Entre Ríos, de donde fueron echados luego de que se supiera que Nisman había sido espiado desde dispositivos de computación que dependían de ellos. Eran militantes del ex gobernador kirchnerista Sergio Urribarri.
Después de que los echaron, el Colegio de Informáticos de Paraná emitió un comunicado afirmando que esos funcionarios no estaban inscriptos para ejercer el trabajo de informáticos en la Provincia.
Es decir, sus colegas no los conocían.
¿Trabajaban para una delegación de la SIDE en el interior? El organismo tiene 14 delegaciones en distintas ciudades de la Argentina. En aquel momento, el jefe de todas ellas era el director de Reunión Interior: otra vez, Pocino.
Los sospechosos entrerrianos -que ahora están procesados por hacer espionaje ilegal- habían pedido informes de Migraciones sobre el ex agente Antonio Stiuso y la jueza Sandra Arroyo Salgado con claves del área de la SIDE que en ese momento manejaba el actual diputado nacional Rodolfo Tailhade.
Cuando mataron a Nisman, él era el jefe del área de Contrainteligencia del organismo, conducido en ese momento por Oscar Parrilli como director y Juan Martín Mena como segundo.
El ahora diputado Tailhade es el mismo a quien pasaba sus informes de espionaje ilegal el espía Zanchetta, quien a su vez recibía órdenes del asistente de Pocino.
“Conrado” o “El Verde”, el hombre mencionado ahora por Zanchetta como alguien que sabe “qué pasó con Nisman”, coordinaba con ese sector de la SIDE la inteligencia paralela de su jefe Milani.
Como ha dicho Cristina Kirchner más de una vez, todo tiene que ver con todo.
Fuente Clarin