Por Malú Kikuchi
Finalmente, después de una eterna campaña electoral, esta llegará a su término el domingo 19/11. Una elección con final abierto. Todo balotaje más que elección es una opción, en este caso entre Massa y Milei.
Massa representa y es responsable de la actual situación del país. Hacer un recordatorio sobre la misma es reiterativo. Los sufridos argentinos que la sobreviven a diario con enormes dificultades, la conocen bien.
Milei es una incógnita. Hace casi 2 años que es diputado nacional por LLA y representa la anti política. Es un liberal convencido, que pretende un país en las antípodas del actual. Sueña con el país que soñó J. B. Alberdi.
Massa entró en la política desde la UCD en su extrema juventud y pasó al PJ de la mano de Barrionuevo y su ex mujer Graciela Camaño. Es abogado, recibido a los 41 años. Su vida es política, desde la campaña presidencial de Palito Ortega en los 90 hasta la jefatura de gabinete de CFK. Fue varias veces diputado e intendente de Tigre. Hoy es el ministro de economía y virtual presidente de la nación.
Milei fue arquero de las inferiores de Chacarita, cantante y baterista de una banda de rock en su juventud. Es economista, profesor universitario, escritor de muchos libros, conferencista, siempre trabajó en el mundo privado. Salvo 2 asesorías a Antonio Bussi que duraron meses, cuando este fue gobernador electo de Tucumán. El resto de su vida adulta trabajó en el mundo privado, estudio Broda, Corporación América.
Massa es un político sumamente hábil y le ha hecho olvidar al 37% de los votantes que él es desde hace 15 meses el ministro de economía que sumió en la pobreza a 2 millones más de personas. También es un hábil declarante. Lo probó en el debate. No es el caso de Milei.
“El debate fue una prueba más del divorcio entre la habilidad para acceder al poder y la capacidad para gobernar eficazmente”. Dice Sergio Crivelli en La Prensa.
Se supone que los argentinos necesitan un gobierno que los rescate de este desastre. Massa y su partido ya demostraron su poder de destrucción. La crisis en que está sumido el país es inédita, y conste que Argentina es experta en crisis.
Por el otro lado Milei sigue siendo una incógnita. Pero es el hombre que habla de libertad, de acabar con la “casta” política corrupta que roba los impuestos que pagan los ciudadanos. Habla de futuro, de esperanza, del respeto a la Constitución Nacional.
Los próximos 4 años dependen del voto de la gente. Las personas tienen que saber qué es lo que van a elegir, con conocimiento y en libertad. La campaña del miedo instalada por el gobierno ha calado hondo en la población. Miedos infundados. Irreales.
Imaginen que Argentina es una empresa (en pésimas condiciones) que debe elegir a su gerente general, para dirigirla durante los próximos 4 años. Después de hacer un amplio casting quedaron dos postulantes. Al elegido por los accionistas le pagarán un buen sueldo y le darán casa, comida y transporte. Todo pagado por los accionistas. El elegido (mandatario) deberá responder ante los mandantes (accionistas) por su trabajo. Si el trabajo ha sido satisfactorio, realizado con solvencia y honestidad, tendrá la posibilidad de quedarse 4 años más. Y eso es todo.
Los ciudadanos necesitan conocer la verdad, instruirse en sus derechos y sus obligaciones. Necesitan conocer a los candidatos, saber lo que han hecho y lo que piensan hacer. No dejarse correr con el miedo a perder derechos. Milei promete que los políticos perderán privilegios.
Y tienen que ir a votar. El voto es un privilegio, es el único momento en que un ciudadano ejerce su soberanía al elegir al empleado que lo servirá durante 4 años y deberá mejorar su calidad de vida, no humillarlo con una ayuda económica y un comedor comunitario.
Y si está dudando en ir a votar o votar en blanco o en impugnar el voto, todo eso es votar… en este caso por Massa. Cualquiera de esas opciones beneficia al más votado en las generales. Eso también tiene que saberlo. Gana el que tiene un voto más que el otro.
Hace más de 200 años, cuando la Patria empezaba a nacer, Mariano Moreno escribía, “Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale y debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía”.
Por favor, por el bien de la República, ¡vote!