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Por Julieta Pelcastre
Mediante el uso de tácticas de desinformación, represión económica y acciones políticas abiertas y encubiertas Rusia ha debilitado las instituciones democráticas en Latinoamérica. Tales son las conclusiones de un informe de finales de octubre de la ONG Instituto de Paz de los Estados Unidos.
“Esta maquinaria rusa es extremadamente perniciosa y peligrosa”, dijo el 17 de noviembre a Diálogo Jorge Serrano, experto en seguridad y miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú. “Posee la capacidad de causar daño y deslegitimar procesos electorales, que constituyen uno de los pilares más valiosos de todo sistema democrático”.
Moscú desarrolla desde 2000 un complejo ecosistema de desinformación y propaganda, como parte de su aparato de seguridad nacional, precisa el informe. Esta red experimentó un marcado aumento durante la anexión de Crimea en 2014 y en la invasión a Ucrania desde febrero de 2022.
El complejo de operaciones de desinformación activo en Latinoamérica, busca contrarrestar los EE. UU., presentando a los EE. UU. bajo una visión maligna y respaldando regímenes represivos, dice el informe. Con narrativas persistentes, las operaciones rusas no se limitan a lo digital, sino que incluyen esfuerzos de divulgación dirigidos a diversas audiencias.
Esta realidad alternativa, más oscura de lo que Moscú reconoce, se basa en alianzas del Kremlin en la región (junto con las de naciones afines como Irán), para socavar la influencia estadounidense, fortalecer el autoritarismo y proyectar una sólida red internacional de aliados para Rusia, detalla el informe.
La maquinaria de influencia rusa respalda protestas violentas en países amigos de los EE. UU., mientras oculta ejecuciones, abusos y violaciones de derechos humanos en naciones afines a Moscú, detalla. Aunque se identificó intromisión rusa electoral en Colombia, México y Bolivia, debido a esta deformación de la verdad, la percepción pública positiva de Rusia en la región persistió, hasta la invasión y masacres en Ucrania.
“Una red activa de Rusia en la región se compone de empresas con directorios superpuestos, liderados por altos funcionarios de inteligencia rusos, operando bajo el paraguas del ‘Comité Nacional Ruso para la Promoción del Comercio Económico con Países de Latinoamérica’, con sede en Santiago de Chile”, comentó Serrano. “Rusia es cada vez más agresivo”.
Influencia a sueldo
El 7 de noviembre, el Departamento de Estado de los EE. UU. alertó sobre los intentos del Kremlin de difundir desinformación mediante empresas de “Influencia por contratación”, para “blanquear sus esfuerzos de propaganda y desinformación” a través de los medios locales, buscando una integración orgánica con las audiencias latinoamericanas.
El gobierno estadounidense identificó a tres entidades -la Agencia de Diseño Social; el Instituto para el Desarrollo de Internet; y Estructura- como responsables de coordinar estas campañas de manipulación de la información dirigida para promover la mentira rusa, con enfoque específico en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela.
Según el Departamento de Estado, estas entidades de “Influencia por contratación”, tienen la capacidad de reclutar de forma abierta y encubierta a medios de comunicación locales e influenciadores en redes sociales, para difundir noticias falsas. Empresas con experiencia y capacidad técnica explotan entornos de información abiertos, para promover la torcida propaganda rusa.
Asimismo asegura que Moscú, mediante una red que incluye medios estatales, representantes e influenciadores “siembra” historias o amplifica y modifica discursos populares o divisivos, intensificando el contenido para penetrar aún más en el entorno informativo occidental.
“Estas actividades pueden incluir difusión de contenidos falsos y la amplificación de información, que se percibe como beneficiosa para las teorías de conspiración o los esfuerzos de influencia rusos”, refiere el comunicado del Departamento de Estado.
“Moscú busca disfrazar su propaganda, consciente de que los servicios de inteligencia de los EE. UU. y Europa siempre identifican sus redes, plataformas, contactos y la trama de desinformación que tejen en Latinoamérica y en el mundo”, dice Serrano. “Si no se detiene a esta maquinaria maléfica rusa se hará más agresiva y destructiva”.
Nueva Resistencia
Un Informe Especial del Centro del Departamento de Estado de los EE. UU. para la Participación Global, destaca a Nueva Resistencia como ejemplo de manipulación de información y difusión de ideologías antidemocráticas y autoritarias a nivel mundial, orquestadas por el Kremlin.
Nueva Resistencia, una organización cuasi paramilitar neofascista, con operaciones en América y Europa, tiene conexiones profundas con entidades e individuos dentro del ecosistema de desinformación y propaganda rusa. Según el informe de mediados de octubre, respalda las ideologías neofascistas del ruso Aleksandr Dugin, sujeto a sanciones por parte de los EE. UU. y principal promotor de un movimiento antioccidental imperialista euroasiático, liderado por Rusia.
La sección brasileña de Nueva Resistencia (Nova Resistência) es activa y trabaja para extender la influencia maligna en Latinoamérica, coauspicia eventos con Dugin, donde participan funcionarios rusos de alto nivel y organiza seminarios “académicos” y cursos de capacitación en su canal de YouTube y sitio web con profesores, historiadores y filósofos locales e internacionales, detalla el informe del Departamento de Estado.
A nivel regional, Nova Resistência desempeña un papel central en la creación de grupos de mentalidad similar, “organizaciones nacionalistas y revolucionarias” en toda la región latinoamericana, abunda. Sus esfuerzos no se limitan a la organización política y filosófica, sino que también se extienden al apoyo de actividades paramilitares.
Además de la propaganda abierta y la desinformación de apoyo a la guerra de Rusia contra Ucrania, Nova Resistência participa en esfuerzos de movilización de brasileños, para luchar del lado de Rusia en la región de Donbás, en el este de Ucrania. “Este es un caso tangible para denunciar a Rusia ante organismos internacionales”, señaló Serrano.
Enfrentar la maquinaria rusa
Para contrarrestar la influencia rusa en Latinoamérica, es fundamental dar prioridad a la creación de una evaluación y un mapeo interinstitucional de referencia de las operaciones de información rusas en la región, para comprender de manera más completa los objetivos y operaciones estratégicos de Rusia, precisa el informe del Instituto de Paz de los EE. UU.
“Es imperativo que los gobiernos y países democráticos difundan estos informes entre la población”, alertó Serrano. “Cada nación debe denunciar las tácticas operativas de Rusia, instar a sus fuerzas de seguridad y centros de ciberguerra a prepararse y enfrentar la maquinaria de Moscú y trabajar en conjunto para establecer un bloque unificado contra esa estructura de desinformación y mentiras”.
Fuente Diálogo-Americas
