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Por José Gregorio Martíne
Mientras la exportación de camarón venezolano a EEUU viene disminuyendo progresivamente en los últimos cinco años, en 2023 se registró la cifra más alta de importación desde que se empezó a llevar este registro hace 57 años por parte del Departamento de Agricultura de EEUU. También llama la atención un aumento de 3.777 % en la compra de arroz “made in USA”
Durante todo el año 2023 Venezuela redujo 9 % la importación de productos agroalimentarios de Estados Unidos pese al alivio progresivo de sanciones por parte del Gobierno de Joe Biden a la dictadura de Nicolás Maduro. Sin embargo, destacan dos productos que se movieron en la dirección totalmente opuesta. Mientras por un lado se observa una caída de 45 % en la compra de maíz estadounidense y de 33 % en la adquisición de trigo, Venezuela registró el año pasado un aumento de 3.777 % en la importación de arroz y de 1.010 % en la compra de camarones, siendo esta última incidencia la más inusual, ya que Venezuela, un país con una extensa costa que exporta productos del mar, nunca en la historia desde que se empezó a llevar este registro hace 57 años había importado camarones de EE. UU. por un monto tan elevado.
El más reciente reporte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) muestra que la venta de arroz a Venezuela entre enero y diciembre de 2023 le generó a los proveedores estadounidenses un total de 31,3 millones de dólares, mientras en todo el año 2022 esa cifra ni siquiera alcanzó el millón, pues cerró en tan solo 808.000 dólares.
Se trata de la segunda cifra anual más alta por este concepto desde el inicio de las sanciones, pues en 2021 se alcanzó al cierre del año un monto total de 80,5 millones de dólares. Antes de 2018 era común observar cifras altas en el renglón de importación de arroz de Estados Unidos por parte de Venezuela. Incluso en 2013 se superaron los 135 millones de dólares pese al discurso antiestadounidense que por más de dos décadas ha mantenido el régimen chavista.
Venezuela rompe récord en compra de camarones a EEUU
Pero sin duda resulta más inusual el aumento de 1.010 % en la compra de camarones a Estados Unidos por parte de una nación con una extensa costa caribeña que históricamente ha exportado este producto a varios países del mundo, incluyendo a la primera potencia mundial. Según el USDA, Venezuela pasó de comprar 281.000 dólares en camarones de EE. UU. en 2022 a 3,1 millones de dólares en 2023. Esta cifra es además la más alta en la historia por la compra de camarones a Estados Unidos desde que se empezó a llevar este registro en 1967.
Fue en 1990 la primera vez que Venezuela importó camarones de Estados Unidos y la negociación anual fue por tan solo 5.000 dólares. En los años anteriores las casillas correspondientes a este rubro se mantuvieron en cero. Desde entonces se registró una compra muy puntual y esporádica que nunca en la historia había llegado al millón de dólares anual. De hecho, la mayor importación que hizo Venezuela de camarones de EE. UU. previo al récord de 3,1 millones registrado el año pasado había sido en 2008 por apenas 563.000 dólares.
Exportación muestra un progresivo desplome
Históricamente Venezuela había sido un proveedor de camarones a Estados Unidos, pero ahora los números muestran un comportamiento opuesto. Si bien EE. UU. destinó el año pasado 6,6 millones de dólares a la importación de camarones y langostinos venezolanos, esta cifra evidencia una caída de 23 % con respecto a 2022, cuando la negociación había sido por 8,6 millones. La disminución progresiva en los últimos cinco años es evidente. En 2020 el monto se ubicó en 10,2 millones y en 2019 había sido de 27 millones de dólares.
Hoy, a pesar de que la industria pesquera en Venezuela sobrevive en medio de la debacle económica propiciada por el chavismo –concentrándose en el Lago de Maracaibo el 80 % de la producción de camarones para exportación– el inusual récord de importación de este producto desde Estados Unidos registrado el año pasado evidencia que no hay la capacidad para satisfacer la demanda interna o que existe una élite que prefiere consumir camarón importado del tan satanizado imperio norteamericano.
Fuente PanamPost
