Por Nicolás J. Portino González
En un clima de creciente tensión en la agroindustria española, las protestas que estallaron recientemente tienen como blanco principal al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, así como a las políticas asociadas con la implementación de la agenda 2030 y la situación de los productos de Marruecos. Es crucial destacar que estas manifestaciones no están vinculadas, como se especuló -“operó”- inicialmente, con el acuerdo “Mercosur/Unión Europea”.
En la mañana de ayer y anteayer, los valerosos trabajadores rurales Españoles llevaron a cabo la “REVUELTA” con los muy concurridos “tractorazos” en las principales ciudades del país. Además se lanzaron a la intercepción de camiones cargados con mercancía procedente de Marruecos y la destruyeron en las carreteras. Esta acción es solo un ejemplo de las muy numerosas e importantes protestas que han surgido en diferentes partes del país, con especial incidencia en ciudades como Madrid, Barcelona y La Rioja.
El descontento creciente hacia Pedro Sánchez y su gobierno, es evidente en las consignas y demandas de los manifestantes, quienes exigen urgentemente la nulidad de las políticas que están teniendo un impacto negativo en la agroindustria nacional. El pico del enojo alcanza a los productos marroquíes y la falta de medidas -intencional- estatales para proteger los intereses locales. Casi todos los tractores llevan un manifiesto repudio a la tóxica “Agenda 2030”.
Es fundamental reiterar, dado el prolífico avance del acuerdo “Mercosur/Unión Europea”, que las protestas no mencionan para nada esto como uno de sus reclamos, tal cual se había especulado en un principio. Más bien, reflejan la profunda frustración, el enojo y la preocupación de los trabajadores rurales y otros sectores afectados por las políticas gubernamentales y las decisiones tomadas en el ámbito de los parlamentos Español y europeo, indudablemente en la mira.
En este contexto, se espera una respuesta inmediata por parte de las autoridades. Lo que resulta improbable, dado el nivel de cinismo e improvisación que se pueden ver claramente en cada acción de gobierno -desgobierno- del ya muy alicaído Presidente Español, quien parece ya no tener ninguna autoridad, luego de su payasezca insistencia en favor de amnistiar al criminal fugado, Carles Puigdemont.
El campo ha hablado y la tensión crece. Centrados en los intereses nacionales de los Españoles de bien, cosa que no son por ejemplo los separatistas, los representantes del agro Español seguirán con su protesta que lejos de distenderse, más bien parece incrementarse.