Por Lorena Baires
Ecuador desplegó sus fuerzas de seguridad para combatir y desarticular al crimen organizado transnacional, mientras el país enfrenta su más severa ola de violencia debido al narcotráfico. Desde el 9 de enero, el país se encuentra en estado de excepción, declarando la guerra a las bandas armadas y trabajando para retomar control de las calles y de las cárceles más violentas, después que un grupo terrorista invadió un canal televisivo local, informó la cadena France 24.
Quito, la capital, es el epicentro de la ola de atentados que llevó al Gobierno a declarar la existencia de un “conflicto armado interno”, detalló el periódico español El País. Las autoridades identificaron como terroristas a 22 grupos de delincuencia organizada y ordenaron a las fuerzas militares a ejecutar operaciones para neutralizarlos.
“La primera consecuencia es que, en lugar de ser un problema de delitos comunes combatidos por la Policía Nacional, los actos violentos y contrarios a la ley se transforman en crímenes de guerra. Sus protagonistas son combatientes no Estatales y la respuesta está en manos del Ejército”, dijo a Diálogo el 24 de enero María Paula Romo, exministra de Gobierno de Ecuador. “Se trata de una decisión sin precedentes en el país, para militarizar la respuesta a la crisis de seguridad que se vive, radicalizada en los últimos días por una serie de atentados terroristas, toma de rehenes y fuga de cabezas criminales”.
Entre las estrategias para debilitar a los grupos narcoterroristas, como parte del Plan Fénix del presidente Noboa para erradicar la inseguridad en el país, el 14 de enero las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional intervinieron varias cárceles que habían caído en manos de pandilleros y retomaron su control. Las fuerzas de seguridad liberaron a los rehenes (entre ellos guardias penitenciarios y funcionarios administrativos) e incautaron armas, drogas y dispositivos de comunicación, entre muchos otros objetos, amplió Infobae.
Entre el 9 y el 28 de enero, las fuerzas de seguridad realizaron más de 51 000 operativos; detuvieron a 4181 delincuentes; e incautaron más de 37 toneladas de droga, 1424 armas de fuego, más de 73 000 municiones y 5285 explosivos, entre muchos otros, indicó la Presidencia de Ecuador vía X.
Las fuerzas de seguridad continúan buscando a José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de la banda Los Choneros, grupo delictivo considerado responsable de un repunte de atentados con coche bomba, secuestros y asesinatos, quien escapó de una cárcel de Guayaquil. Alias Fito tiene nexos con el Cártel de Sinaloa, de México, indicó el rotativo ecuatoriano El Universo. Tras su fuga, se activó una búsqueda internacional y sobrevino la espiral de violencia, informó el periódico Ecuavisa.
El 19 de enero, las autoridades argentinas detuvieron a la esposa, hijos y otros familiares de Macías Villamar, así como a sus socios (un total de ocho personas), y los deportaron ese mismo día a Ecuador.
Escenario actual
Los grupos criminales estarían integrados por delincuentes ecuatorianos, colombianos, venezolanos, peruanos y mexicanos; cuyo objetivo principal es controlar los territorios y las rutas de narcotráfico, para establecer centros logísticos de comercio, transporte, almacenamiento y seguridad para drogas y precursores químicos, informó El País.
“El narcotráfico es una amenaza que afecta al Ecuador de una manera sistemática, pero con mayor crudeza en los últimos diez años, a raíz del inicio de las negociaciones de paz en Colombia, que derivó en un repunte del narcotráfico en Colombia”, explicó a Diálogo el doctor ecuatoriano Daniel Pontón, especialista en temas de seguridad y docente de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales de la Universidad de Posgrado del Estado. “Ecuador colinda con el mayor centro de producción de drogas en Colombia que es su frontera sur. Esto genera que el narcotráfico penetre muy abiertamente las estructuras económicas, sociales y políticas del Estado”.
Las Fuerza Armadas Ecuatorianas intensifican las operaciones militares en la provincia costera de Esmeraldas, por el aumento de la criminalidad. Entre los varios golpes a las estructuras terroristas de narcotráfico reportadas se destaca la incautación, el 22 de enero, de 22 toneladas de cocaína, en una finca de Estero Lagarto, una zona rural de la provincia de Los Ríos.
“Ecuador no produce hoja de coca ni la convierte en cocaína, sino que es un país de tránsito desde su frontera con Colombia, pero también con la de Perú hacia los puertos ecuatorianos”, explicó Simón Pachano, sociólogo, doctor en ciencias políticas y profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, a El Diario de Hoy de El Salvador. “Esto genera una situación interna de violencia; porque los grupos narcotraficantes utilizan bandas juveniles, equivalentes a las maras de El Salvador, para el tráfico desde las fronteras hacia los puertos”.
La inteligencia militar presume que la droga ingresa hasta ahí por dos rutas que parten de Colombia hacia Esmeraldas y Sucumbíos. Luego es transportada por grupos armados y bandas aliadas, detalló el diario Metro Ecuador.
Apoyo de amigos
El 22 de enero, la General del Ejército de los Estados Unidos Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM), llegó Ecuador, como parte de la visita de una delegación estadounidense. El grupo se reunió con el Presidente Noboa, altos funcionarios del Gobierno y oficiales de alto rango de las fuerzas militares para analizar formas para acelerar la cooperación de ambas naciones contra las organizaciones criminales.
“Nosotros habíamos firmado el año anterior [2023] un convenio de ayuda con los Estados Unidos. Y lo que está realizando en realidad Estados Unidos es aligerar el arribo de esa ayuda”, explicó el Almirante de la Armada de Ecuador Jaime Vela, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, durante una rueda de prensa. “[La Gral. Richardson] viene con la promesa de incrementar la velocidad de entrega de la ayuda que estaba prevista para el Ecuador por parte de Estados Unidos. Esa es una excelente noticia”.
El primer lote de ayuda estadounidense para luchar contra la violencia en Ecuador llegó el 23 de enero. La delegación entregó más de 20 000 chalecos antibalas y más de USD 1 millón en equipos críticos de seguridad y respuesta a emergencias, incluidas ambulancias y vehículos de apoyo logístico de defensa, detalló la Casa Blanca en un comunicado.
“La presencia de estas altas autoridades [estadounidenses] en el Ecuador es una señal política potente y concreta de respaldo de Estados Unidos, a la gestión del presidente Daniel Noboa, en el conflicto armado no internacional contra el terrorismo, el narcotráfico y crimen organizado transnacional en todas sus manifestaciones, para devolver la paz a nuestros ciudadanos”, expresó a la prensa Gabriela Sommerfeld, ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador. “También es una confirmación al fortalecimiento y cooperación bilateral”.
“Ecuador es un socio democrático valorado y respetado. Los lazos entre nuestros militares son tan fuertes como los lazos entre nuestros países y nuestros ciudadanos. Estamos con el pueblo de Ecuador en su trabajo para fortalecer su seguridad y derrotar a los grupos criminales que buscan socavar la estabilidad y la seguridad de Ecuador y la región”, dijo la Gral. Richardson en un mensaje de vídeo publicado por la Embajada de los EE. UU. en Quito. “Estamos unidos”.
Fuente Dialogo-americas . com