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Por Mariana Escalada-Agustín Ronconi
Esta semana se puso sobre la mesa el tema de los recortes a la ciencia. Desde El Disenso recordamos algunos de los proyectos financiados desde el ex Ministerio de Ciencia y Tecnología para que los lectores puedan evaluar si los mismos aportaron un beneficio directo a la sociedad.
En septiembre de 2023, el ex presidente Fernández anunció junto al ex ministro Filmus que el presupuesto 2023 para ciencia y tecnología sería de 500.000 millones de pesos, lo que representaba el 0.34% del PBI. “Lo hacemos porque apostamos al futuro“, dijo el ex Presidente afirmando que “La Argentina no tiene futuro si no desarrolla la ciencia y la tecnología”.
Una de las herramientas para financiar desarrollos es el programa “ImpaCT.AR Ciencia y Tecnología”, cuyo propósito es promover proyectos “destinados a brindar apoyo a organismos públicos en la búsqueda de soluciones a desafíos de interés público, que requieran del conocimiento científico o el desarrollo tecnológico para alcanzar su resolución, y así un efecto positivo en la sociedad“.
Estos son 3 de los desafíos financiados por el Estado desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología:
El desafío 102 presentado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires solicitó el diseño, desarrollo y producción de kits sexuales con siete piezas tridimensionales de diferente tamaño, grosor, forma y anatomía que ayuden a romper estereotipos y puedan ser utilizados por los equipos de salud especializados en educación integral de la sexualidad, a fin de promover “la prevención y el cuidado no sólo en las relaciones sexuales cis, sino con un enfoque de prevención alejado de construcciones pedagógicas sexistas, racistas y homofóbicas.”
La responsable de este desafío de interés público fue Lida Santa Cruz, Directora de VIH, ITS y HV de la Provincia de Buenos Aires, quien requirió el desarrollo de un kit con siete piezas tridimensionales de penes, vulvas y anos diversos que representen “situaciones más reales” para colaborar con la ESI.
De acuerdo a la funcionaria de Kicillof, la finalidad del proyecto era promover y garantizar “el derecho al placer y al goce” considerando como “solución” a esta problemática el desarrollo de “Biomodelos 3D de penes, vulvas y anos con diferentes características físicas que representen situaciones más reales y colaboren con la promoción de educación para la salud de manera integral” con un enfoque de prevención “alejado de construcciones pedagógicas sexistas, racistas y homofóbicas“.
Santa Cruz es la funcionaria de Kreplak que en enero de 2023 adquirió 100 toneladas de gel lubricante para distribuir en el conurbano, justificando la compra en que “el producto es recomendado específicamente para el sexo anal y para personas que sufren de sequedad vaginal y toman antihistamínicos o antidepresivos“, destacando la importancia de proveer a la población de un “elemento necesario para la construcción de sexualidades saludables y placenteras“.
El Desafío 121 presentado por el ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación junto al ex Ministerio de Salud de la Nación solicitó la investigación y creación de prótesis peneanas hidráulicas para brindar “una solución a la disfunción sexual de varones trans y otras identidades, que hayan accedido a una cirugía genital (faloplastía) para garantizar el derecho a la salud integral.”
Las funcionarias solicitantes son Valeria Pavan y Candela Cabrera, ambas nombradas con excepción por no reunir los requisitos mínimos para el cargo.
De acuerdo a la justificación presentada para este financiamiento, la Ley 26743 de identidad de género sancionada durante la segunda presidencia de CFK, otorga los derechos requeridos para “las modificaciones corporales de las personas trans, el acceso a las cirugías de adecuación genital y la posterior cobertura de las prótesis hidráulicas” y el gobierno debe “Promover y garantizar el acceso a la salud sexual, el derecho al placer, al goce, y a la autonomía, requiere como solución primera la investigación y creación de una prótesis hidráulica peneana para varones trans y otras identidades“.
El desafío 53 presentado por el ex Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad de la Nación solicita “la creación de un método profiláctico específico y seguro para la prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en las prácticas sexuales de contacto genital entre vulvas, que contemple el goce, promueva la autonomía en el cuidado del cuerpo y garantice el derecho a la salud integral de las mujeres cis, lesbianas, bisexuales, varones trans, no binaries, intersex, y otras identidades.“
Las firmantes son las mismas funcionarias que solicitaron el desafío 121; en esta ocasión plantean que la investigación y elaboración de un “preservativo para la practica sexual de frotamiento sexual vulva-vulva“ que contemple el goce y no sea de latex (dado que produce alergia en muchas personas), es una “deuda en materia de derechos sexuales de la comunidad LGBTI+” y que se trata de una necesidad urgente de “las personas con vulva (mujeres cis, lesbianas, bisexuales, varones trans, personas intersex y no binaries, entre otras identidades)“.
Tres deudas existenciales que han de ser saldadas con el dinero de todos los contribuyentes.
Fuente El Disenso
