El volante metió tres caños en una misma jugada. El primero fue a Molina, tras pisar la pelota, y luego dos consecutivos a Escalante. Lo pararon con un foul…
Luego, con su habilidad, siguió poniendo nerviosos a los jugadores del equipo sanjuanino. De hecho, durante el largo descuento del primer tiempo (por los incidentes), en una jugada se comió dos patadones.
Fuente OLE