
Desde hace unos días, puede verse a una pareja de patos que se ha asentado en la lámina de agua que rodea la estatua de Carlos III, frente a la Real Casa de Correos, en plena Puerta del Sol. Una imagen que sorprende a los que transitan por la zona, que no dudan en fotografiar la simpática escena.
Madrid es una caja de sorpresas y esto de la pareja de patos en plena Puerta del Sol no hace sino ratificarlo. El espacio ha sido renovado recientemente, pero nadie pensaba que los cambios en asfaltado y en la colocación de las fuentes y otros monumentos pudiera llegar a atraer a animales en libertad.
Como decía uno de los protagonistas de Jurassic Park, «la vida se abre camino». En Madrid ocurre con más frecuencia de la que uno pensaría, dada la hostilidad inherente a una ciudad de más de 3 millones de habitantes y centenares de miles de desplazamientos en vehículo al día. Pero la Puerta del Sol, sin tráfico ya aunque con muchos viandantes cada día, les ha resultado a esta pareja de patos un espacio adecuado para vivir. Con el precio de la vivienda en la capital, no es de extrañar.
Lo cierto es que no es la primera vez: en El Retiro se han visto búhos, y en su día hubo ardillas, aquella vez patrocinadas por el Ayuntamiento. Desde que se renaturalizó el río Manzanares, son muchas las especies que han decidido asentarse allí, o tomarlo como lugar de paso.
Tal vez de allí provenga la pareja de patos, que en todo caso, no han sido colocados allí de atrezzo, ni por orden municipal, como maliciaba algún comentario leído estos días en la red social antes llamada Twitter, quejándose de que «las condiciones no son las adecuadas en un espacio mínimo sin adecuarse a esa especie, y una zona muy céntrica a todas horas, esos patos deberían estar en la Casa de Campo o en un espacio más grande».
Fuente ABC