Por Nicolás J. Portino González
30 años pasaron para que finalmente haya una sentencia firme. 30 años en los que…aquellos que tenían 10 años, hoy tienen 40. Los que tenían 30, tienen hoy 60 años y quienes tenían entonces 60 años…hoy tienen 90.
Por que el detalle de los años? Porque demuestra que mientras la política encubre y la justicia demora, se nos va la vida. Lo mismo pasa con la “paciencia” a la espera de que pueda vivirse mejor alguna vez en nuestro país y si fuese posible, la política y la justicia, entendiesen su olvidada representación principal sobre la vida de millones de ciudadanos, no solo ocupando una banca o blandiendo un mallete para una sentencia.
Dicho lo cual, alivia una sentencia categórica, tarde, muy tarde pero aquí está. Quedan muchos interrogantes, mejor dicho disparadores, consecuencia de dicha sentencia. Los juicios en ausencia, las alertas de interpol, los funcionarios que encubrieron, los legisladores que votaron el memorandum con el estado terrorista de Irán, los agentes de inteligencia, los funcionarios policiales y los personajes liminares de la política -conocidos popularmente como “service” (que nada tienen que ver con los buenos agentes de inteligencia)- que ensuciaron la causa y las instituciones, con la complicidad del poder de entonces y el que vino después, y el siguiente, y el siguiente, y el otro, y el otro.
Este fallo, lejos de cerrarlo, abre las aguas para avanzar. Nadie puede ni debe escaparse de lo que ha hecho dentro del desarrollo de sus funciones públicas. Nadie. Lograda esta sentencia, esos son los pasos siguientes, sin dudas, implacables, porque finalmente atacar al poder corrupto es lo que evita la impunidad.
30 años. 7 presidentes; 10.950 días; varios fiscales especializados, Nisman…asesinado. Otra causa que esperamos se resuelva.
Los que eran hijos, ya son padres. Los que eran padres son abuelos y los que entonces eran abuelos, ya no están. Muchos que trabajaron honestamente investigando y haciendo bien su trabajo, desistieron. Otros siguieron, castigados y ocultos…por los sucesivos y cómplices poderes de turno y otros se fueron del país con su pesadumbre.
Finalmente el fallo. Un fallo que alivia pero que obliga a seguir. Hay que seguir. El fallo da certezas sobre las que se puede trabajar para lograr más porque…32 y 30 años hacen de ambos atentados, pero 32 y 30 años transcurrieron luego…de encubrimiento y miserias Imperdonables…imprescriptibles.
Enhorabuena si, pero tan solo un punto de partida. No vayamos a confundirnos.
SERA JUSTICIA.