El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, explicó en un evento en Arizona la posición política interna del primer ministro, Benjamín Netanyahu, mientras Washington presiona para alcanzar un acuerdo para la liberación de los rehenes cautivos en manos de Hamás a cambio de una tregua en la guerra entre Israel y el grupo terrorista islámico en Gaza.
«Este es un gobierno complicado. Es un acto de equilibrio cuando tienes una coalición. Y si sólo nos fijamos en la política, eso es algo que él tiene que tener en cuenta», manifestó el jefe de la diplomacia norteamericana.
Blinken añadió que, independientemente de lo que uno piense sobre Netanyahu o el gobierno actual, «lo que es importante es entender que mucho de lo que está haciendo no es simplemente un reflejo de su política o sus políticas; en realidad es un reflejo de dónde se encuentra la gran mayoría de los israelíes en este momento».
«Y creo que es importante entender eso si realmente vamos a poder afrontar este desafío».
Cuando se le pregunta por qué las relaciones públicas de Israel han sido tan terribles, Blinken apuntó al cambio en el entorno mediático.
«Estamos recibiendo una alimentación intravenosa de información con nuevos impulsos, entradas cada milisegundo. Y, por supuesto, la forma en que esto se desarrolló en las redes sociales ha dominado la narrativa. Y tenemos un entorno de ecosistema de redes sociales en el que el contexto, la historia, los hechos se pierden y la emoción y el impacto de las imágenes dominan», destacó.
Blinken sugierió que, si bien los palestinos eran anteriormente el obstáculo para un acuerdo de paz, Israel ya han perdido el interés en el mismo.
«Para simplificar demasiado, después de la creación del Estado de Israel, hubo décadas de rechazo básicamente árabe. Eso desapareció cuando Egipto y Jordania hicieron la paz, y otros lo siguieron. Luego hubo, en efecto, algunas décadas de rechazo palestino, porque se pusieron sobre la mesa acuerdos (Camp David, Ehud Olmert, y otros) que habrían dado a los palestinos el 95, 96, 97 por ciento de lo que buscaban, pero ellos no fueron capaces de dar el sí», explicó Blinken.
«Pero creo que la última década tal vez los israelíes se sintieron cómodos con ese statu quo. Y como digo, simplemente no creo que sea sostenible».
Fuente Aurora