Vladímir Putin comenzará el martes su quinto mandato como presidente ruso con una opulenta toma de posesión en el Kremlin, después de destruir a su oposición política, lanzar una devastadora invasión militar a gran escala en Ucrania y concentrar todo el poder en sus manos.
Ya en el poder durante casi un cuarto de siglo y el líder del Kremlin con más años de servicio desde Josef Stalin, el nuevo mandato de Putin no expira hasta 2030, cuando podrá postularse para otros seis años bajo el amparo de la Constitución.
El mandatario ha transformado a Rusia de un país que salía de un colapso económico en un Estado paria que amenaza la seguridad global.
Tras la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, que se ha convertido en el mayor conflicto de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, Rusia ha sido fuertemente sancionada por occidente y está recurriendo a otros regímenes como China y Corea del Norte en busca de apoyo.
¿Qué hará Putin en esta nueva legislatura?
La pregunta ahora es qué hará Putin en el transcurso de otros seis años, tanto en casa como en el extranjero.
En un discurso pronunciado en febrero, Putin prometió cumplir los objetivos de Moscú en Ucrania y hacer lo necesario para “defender nuestra soberanía y la seguridad de nuestros ciudadanos”.
Poco después de su reelección orquestada en marzo, Putin sugirió que es posible una confrontación entre la OTAN y Rusia, y declaró que quería crear una zona de contención en Ucrania para proteger a su país de ataques transfronterizos.
Una economía en pie de guerra
En casa, la popularidad de Putin está estrechamente ligada a la mejora del nivel de vida de los rusos de a pie. Cuando comenzó su mandato en 2018, prometió llevar a Rusia a una de las cinco principales economías mundiales, proclamando que debería ser “moderna y dinámica”. En cambio, la economía rusa se ha puesto en pie de guerra y las autoridades están gastando cantidades récord en defensa.
Los analistas dicen que ahora que Putin se ha asegurado otros seis años en el poder, su Gobierno podría tomar la impopular medida de aumentar los impuestos para financiar la guerra y presionar a más hombres para que se unan al Ejército.
Al comienzo de un nuevo mandato, el Gobierno ruso se disuelve habitualmente para que Putin pueda nombrar un nuevo primer ministro y un nuevo Gabinete.
El Ministerio de Defensa, un área clave
El año pasado, el Ministro de Defensa, Sergei Shoigu, fue presionado por su conducta en la guerra, y el líder mercenario Yevgeny Prigozhin lanzó duras críticas contra él por la escasez de municiones para sus contratistas privados que luchaban en Ucrania.
El breve levantamiento de Prigozhin en junio contra el Ministerio de Defensa representó la mayor amenaza al Gobierno de Putin. Después de que Prigozhin muriera dos meses después en un misterioso accidente aéreo, Shoigu parecía haber sobrevivido a las luchas internas.
Pero el mes pasado, su protegido, el viceministro de Defensa, Timur Ivanov, fue detenido acusado de soborno en medio de informaciones sobre corrupción rampante.
Los analistas sugieren que Shoigu podría convertirse en víctima de la reorganización del Gobierno, a pesar de que los combates aún continúan en Ucrania.
Feroz represión de la disidencia
En los años posteriores al inicio de la invasión a gran escala, las autoridades han reprimido cualquier forma de disidencia con una ferocidad no vista desde la época soviética. Nada indica que esta represión vaya a disminuir en el nuevo mandato de Putin.
Su mayor enemigo político, el líder opositor Alexéi Navalni, murió en una colonia penal del Ártico en febrero.
Otros críticos destacados han sido encarcelados o han huido del país, e incluso algunos de sus oponentes en el extranjero temen por su seguridad. Además, se han promulgado leyes que amenazan con largas penas de prisión para cualquiera que desacredite a los militares.
El Kremlin también apunta a los medios independientes, grupos de derechos humanos, activistas LGBTQ+ y otros que no se alinearían en lo que Putin ha calificado como los “valores familiares tradicionales” de Rusia.
Fuente Euronews