Esta semana se dio a conocer el hallazgo del segundo casco de guerra greco-ilirio que fue enterrado aproximadamente en el siglo V a VI a.C en Croacia. Días atrás, el Centro de Investigación Prehistórica había informado del primero en su tipo y ahora se informó de otro junto a diferentes joyas que pertenecieron a una comunidad tribal del sur de ese país. Según explicaron los arqueólogos, esto podría arrojar luz sobre cómo vivió el pueblo antes de la llegada del Impero Romano.
Europa es un gran museo a cielo abierto y en sus profundidades todavía se encuentran diferentes secretos listos para ser vistos por todo el mundo, por lo que diferentes gobiernos apoyan la investigación en busca de conocer más sobre su historia. A medida que se realizan diferentes excavaciones, afloran restos arqueológicos milenarios, capaces de aclarar cómo fue el estilo de vida de sus predecesores.
En diálogo con Europa Press, el profesor Hrvoje Potrebica de la Universidad de Zagreb dio detalles sobre este trabajo que dio mucha ilusión entre el cuerpo de profesionales que se desempeñan en el yacimiento de Gomile.
Este hecho se dio en el pueblo de Zakotorac, en la península de Peljesa, en donde, además del casco, también se desenterraron diversas joyas lujosas, a diferencia de la primera campaña que ubicaron elementos funerarios. Se estima que hace 700 años surgieron en la costa oriental del Adriático las primeras civilizaciones ilirias, por lo que sus costumbres quedaron impregnadas en estos objetos mucho antes de que los romanos invadieran y colonizaran con sus ideales la zona.
Poco se sabe de los ilirios y su idioma, el cual se disipó hasta extinguirse. Se especula que la tribu prosperó en la región meridional de Croacia gracias al control de las rutas comerciales y su importancia estratégica en el Adriático y la península.
“Ambos fueron encontrados como objetos separados, colocados de tal manera que indica que se trataba de una especie de práctica de culto”, explicó el profesor Potrebica. Incluso, se determinó que los cascos no fueron parte del rito funerario, sino que se depositaron allí mucho después como parte de una ceremonia religiosa, a diferencia de lo que se pensó en un primer momento. Además, cabe aclarar que estos mismos se colocaron sobre las cabezas de los difuntos.
“Estos fueron obsequios votivos dejados para rendir homenaje a deidades o personas enterradas aquí. No creemos que estén relacionados con ninguna persona específica enterrada aquí porque el sitio contiene restos de docenas de individuos”, agregó el investigador. Asimismo, señaló que este punto geográfico pudo tener un significado espiritual.
La llegada del Imperio Romano y el despojo de su tierra
Cuando los romanos llegaron a lo que en la actualidad es Croacia, invadieron toda la costa del Adriático donde se ubicaban los ilirios. Los cascos son uno de los pocos vestigios que sobrevivieron a su tradición, ya que los asentamientos fueron arrasados en su totalidad 500 años después.
Para el historiador Iván Pamic, “estos montículos [las tumbas] probablemente fueron saqueados por los romanos, que llegaron aquí en las últimas décadas del siglo I a.C. En ese momento, Octavio, el futuro emperador romano, dirigió expediciones militares contra los ilirios en el Adriático oriental”.
Entre los elementos que se retiraron para el consecuente estudio, se encuentran piezas de joyería, hebillas y broches de vidrio para sujetar la ropa.
Fuente La Nacion