Por Nicolás J.Portino González
La reciente conducta de la ONU ha sido, sin lugar a dudas, una vergüenza para la comunidad internacional. Es indignante que una organización supuestamente dedicada a la paz y la seguridad global se vea envuelta en la financiación y apoyo a grupos terroristas. La evidencia de que la UNRWA, una agencia de la ONU, ha proporcionado recursos y respaldo a los terroristas responsables de la masacre en Israel el 7 de octubre de 2023 es innegable y profundamente indignante.
En este contexto, es crucial reafirmar -como occidentales- nuestro apoyo incondicional a Israel. Este apoyo debe ser firme y decidido, no solo en palabras, sino en acciones concretas que demuestren nuestra solidaridad y compromiso con la seguridad y el bienestar del pueblo israelí. Israel no está solo en esta lucha, y es esencial que todos los países occidentales reconozcan el peligro que enfrentan y se unan en una respuesta coordinada y decidida contra Palestina y contra cualquier otra entidad que haya atentado o atente en el futuro contra esta parte del mundo. Incluso, contra las autoridades de países occidentales que enlazan con el terrorismo miserablemente, como el Presidente Español, Pedro Sánchez y el Francés, Emmanuel Macron.
La reciente votación en la ONU a favor de Palestina ha puesto de manifiesto una preocupante fractura geopolítica. Mientras el mundo árabe y el continente africano apoyaron en bloque la posición mayoritaria, América Latina y Europa mostraron posturas divididas en la Asamblea General. Esta división solo debilita nuestra posición frente a amenazas terroristas y socava los esfuerzos para garantizar la paz y la seguridad global.
Es hora de dejar de lado las diferencias y unirnos en un frente común. Solo a través de la unidad y la determinación podremos enfrentar y derrotar a aquellos que buscan sembrar el terror y la destrucción. La crisis en Medio Oriente no solo afecta a Israel; es un desafío que nos compete a todos. La respuesta de occidente debe ser clara y contundente: apoyo total a Israel y a todos los países que se unan para defenderse frente a las amenazas terroristas.
La ONU debe rendir cuentas por sus acciones y rectificar su rumbo o debe ser fragmentada, reemplazada y gestada otra organización similar con aquellos países que decidan no ser cómplices del terrorismo. No podemos permitir que una organización internacional siga apoyando a aquellos que buscan destruir nuestras democracias y poner en peligro la vida de millones de personas inocentes. Es momento de actuar con firmeza y determinación para garantizar un futuro seguro y próspero para todos.